Los rayos del sol me pegaban en el rostro, abrí mis ojos lentamente y al levantarme un brazo me detuvo atrayendome a su cuerpo, giré un poco mi cabeza encontrándome con Jacob. Mis ojos se agrandaron y las imágenes de anoche se pasaban en mi cabeza como una película y solo una cosa se quedo en mi mente... entregue mi mayor tesoro. Aún no puedo creer que ya no soy virgen y que Jacob fue el primero. En mi rostro se formó una sonrisa sintiendo como se calentaba, con sólo pensar que me comporte como lo hice anoche me muero de la vergüenza pero me deje llevar y para eso no hay excusa.
-No te muevas. Estoy cómodo asi contigo-dijo en un susurro en mi oído. Me reí bajo agarrando sus brazos que me tenían abrazada por la cintura.
-Pero quiero ir al baño y también tengo hambre-le dije en un susurro y con un quejido de su parte y a duras penas me dejó libre. Me puse la camisa de Jacob y con mi cachetero que estaba junto con los pantalones de Jacob. Al levantarme mi vagina ardió como el mismísimo infierno, dolía bastante y caminé como pude hasta el baño, hice mis necesidades y me arreglé el cabello, bueno no es que me lo arreglará a la perfección, pero algo es algo. Salí y Jacob estaba en posición indio con su mirada puesta en mi con una sonrisa nerviosa.
-¿Te duele mucho?-pregunto con cautela.
-Tranquilo, estoy bien ya se pasará-me acerque aún sintiendo el dolor y lo abracé por el cuello, no me podía sentar en sus piernas porque el dolor se extendería.
-No tienes que fingir que no te duele Vanessa. En verdad lo siento-en su voz pude notar su preocupación. Le levanté la cabeza y sus ojos estaban cerrados, le dije que los abriera y que me mirara.
-Es un dolor que vale la pena soportar Jacob-y sin dejar que diga algo más, lo besé demostrándole todo lo que no podría decirle. En ese momento el mundo a mi alrededor no era nada para mi, solo Jacob ocupaba todos mis pensamientos. Sus brazos agarraron mi cintura con firmeza. Este es el momento donde mi miedo hace presencia, esa opresión en mi pecho, sentía ganas de llorar. Y creo que ya tomé mi decisión.
Jacob se separa y deja pegada su frente con la mía. Mantuve mis ojos cerrados un momento recordando en que tal vez sea mi ultimo beso. Las siguientes palabras me dejan congelada.
-Te amo y daría mi vida por ti-¿por qué me tiene que pasar esto a mi? Cuando quiero hacer las cosas bien siempre hay algo que lo arruina. Pero esto no es de cosas de ratos, hablo de que esto es mi primera vez y me lo están arrebatando bruscamente y yo quiero que dure, pero en las sircunstancias en las que me encuentro no será posible.
-También te amo Jacob y sin pensarlo dos veces me entregaría a los lobos- pensando bien lo que dije fue cierto. Jacob me sonrió y se levanto mientras me agarraba de la mano. Yo pensaba, juraba de que llevaba algo que tapara al gigante que trae entre las piernas. Me ruborise.
-Te ves linda sonrojada-me dice Jacob tranquilo mientras yo sufro un colapso.
-Jacob por dios, tapate-le dije en tono de nervios y con algo de súplica mientras me cubría mis ojos. Jacob se ríe y sentí sus pasos acercarse.
-¿Por qué te cubres? Si lo has visto y sentido cariño-no puedo creer que su ego esté por los aires.
-Podre haberlo sentido, pero ¿quién dice que lo disfrute?-si quiere jugar, pues jugaremos.
-Anoche no decías lo mismo-me contraataco.
-Esta bien, esta bien egocéntrico, ganaste ésta-me rendí, debo admitir que era cierto lo que decía. La sonrisa de Jacob se agranda.
-No puedes conmigo mujer-estoy casi segura de que ahora me fastidiara y me restregara en mi cara lo que pasó. Se puso sus boxers y su pantalón. Bajamos a la cocina y nos preparamos unos panes a la plancha. ¿Mi madre en dónde estará? .
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Caminos Cruzados [En Edición]
RomanceVanessa una chica de 17 años, está en 4º año, era de Mississippi y se mudó con su madre a New York City, una chica de carácter fuerte, cerrada con las personas y sentimientos, no confía ni en su propia sombra ya que tiene un pasado no muy satisfacto...