Capítulo 41

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Jacob

No saben nada de Vanessa y ya me estaba desesperando, estaba harto de esperar. Emely se encuentra en el hospital, tiene unas costillas rotas y algunas apuñaladas no tan profundas en su espalda que necesita puntos. Pero lo que nos preocupa más es que no habla, cada persona que se le acerca grita y solo deja a una persona que se le acerque, y ese soy yo, ni siquiera a su familia, hay días que me quedo con ella y en las noches dice valvuceos o se sobresalta por las pesadillas. Los doctores le asignaron a un psicólogo y hasta ahora le a ido muy bien.

-¡Jacob. El desayuno esta listo!-grita mi madre. Dejé lo que estaba haciendo en el escritorio y soltando un gran suspiro. Bajaba las escaleras lentamente, mis piernas las sentía débiles, más bien, me sentía débil. Con todo lo que me esta pasando es como volver otra vez a mi pasado, oscuro y sin vida.

-Aquí estoy-mi voz salió ronca. Mi mamá me miró por un segundo asustada y llego al comedor con platos en mano.

-Por dios hijo... esto te esta consumiendo lentamente-no podía verla pero sí sé que su mirada es de tristeza y de dolor. Mi madre está viendo a un chico sin vida, tan frágil que con solo tocarme me rompería en mil pedazos, ya no ve a ese chico sonriente, seguro de sí mismo y llenó de energía.

-Mamá... estoy bien-mentía, no me moví de mi lugar. Todo mi cuerpo lo sentía pesado y eso que estoy sentado, pero no quería moverme, no quería hacer nada. Solo quiero a mi Vanessa, la quiero a mi lado, la quiero oír reír de mis estupideces, quiero escuchar sus reclamos, la quiero en mis brazos y hacerle saber con ese gesto tan significativo, estaba protegida. Todo de ella me... ¡ahg! no se como explicarlo, todas esas palabras comunes que utilizan los hombres para explicar este tipo de cosas no son las correctas, hasta son cortas para las palabras exactas que busco. Sentí un hormigueo en mi mano y en el estómago

-¿Estas bien hijo? Estas pálido-su voz era notoria, estaba alterada. Mi vista se nubló haciendo que me tambaleara en el asiento, mi cabeza dolía. Mi mamá me tomó del hombro y trató de levantarme. Todo se volvió negro.

Caminos Cruzados [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora