Caminos Cruzados [En Edición]

Capítulo 65

Un mes después

Estaba en mi habitación con mi pequeña en brazos, le había dado pecho y ya le había quitado los gases. Le susurraba una canción para dormirla, viendola de a poco como cerraba sus pequeños ojos y finalmente sentir su respiración más pausada y tranquila. La coloqué dentro de la cuna que me regaló la madre de Jacob y la abrigo con su cobija. Me quedé observándola por lo que me pareció una eternidad mientras se me formaba una pequeña sonrisa.

-Te ves hermosa cuando sonríes-giro la cabeza para encontrarme con el dueño de la voz, era Jacob. Estaba recargado sobre el umbral de la puerta con sus brazos cruzados y una sonrisa cálida.

-Ella es la causa-le respondo y vuelvo la mirada a mi hija. Escucho sus pasos para después sentir como sus brazos rodeaban mi cuerpo y apoyaba su mentón en mi hombro derecho.

-Gracias a mi-suelta engreído a lo que yo me río mientras me giro entre sus brazos y quedar frente a frente.

-Deja de alimentar tu ego, idiota-se ríe entre dientes y aumenta su agarre en mi cintura atrayendome más hacia él. Y sin previo aviso, me besa. Era apasionado, dulce y lento como si quisiera detener el tiempo en ese instante, abracé su cuello con mis brazos mientras me colocaba de puntillas para poder profundizar el beso. Una de sus manos descendió a mi trasero dándole un fuerte apretón, por la sorpresa abrí mi boca y aprovechó para introducir su lengua, una guerra de lenguas se inició como tratando de demostrar quién mandaba, la intensidad del beso fue disminuyendo y antes de separarnos, atrape su labio inferior dándole un ligero tirón y por haberme dando ese apretón a mi pobre trasero le dejé una hermosa marca.

-Ahg, Vanessa ya deja de morderme-se queja sosteniendo su labio algo lleno de sangre mientras me reía.

-Esa es mi manera de demostrar mi amor, además tenías que pagar por darle un apretón a mi trasero-alcé una de mis cejas cruzandome de brazos. Me ve como si lo que acabo de decir era una completa locura.

-Claro que no tenia que pagar nada, ese trasero es mío y hago lo que yo quiera con él mujer. Ahora como la cosa será asi pues, yo también me la voy a cobrar-al instante no capté lo que quiso decir y al hacerlo ya me encontraba como un saco de papas sobre su hombro. Ahogue un grito en mi garganta para no despertar a mi hija.

-¿Qué carajos te pasa? Casi haces que se despierte la niña. Bajame ahora, Jacob-patalee y golpeé su dura y sexy espalda con mis puños, pero no se detenía. La situación me hizo reír un poco, venga, tengo una excelente vista de su trasero.

Pasamos al cuarto de huéspedes, cierra la puerta de una patada aún yo estando en su hombro, camina unos metros más y me baja.

-¿No crees que deberia de recibir algo de atención ya? Estoy falta de amor, por todos los cielos mujer. Me tienes en el olvido-me dice mientras está cruzado de brazos. Trataba por todos los medios mantener la compostura de seriedad, pero no lo resistí. Rompí a carcajadas.

-Tu... dios... que...-no podía articular una frase coherente, la risa no me dejaba, pero al ver el rostro de mi novio para nada divertida, paré de reírme.

-Hablas en serio.

-Pues claro que lo hago. Si no estas conmigo, estas con la niña y sino con Armando-me lo dice en un tono para nada agradable.

-¿Celoso amor?-alzo una de mis cejas.

-Celoso ¿yo? Que va, esa palabra se queda corta-me responde. Me río y lo tomo del cuello para acercarlo a mi rostro y juntar nuestros labios. Él me corresponde de inmediato tomándome de la cintura y de una de mis piernas para enroscarla en su cintura y así quedar en el aire.

-Está bien, amor-me separo a pocos centímetros de él-Tienes toda mi atención, pero silencio que la niña duerme y no creo que te agrade la idea de que me levante en pleno acto ¿o si?-le pregunto interrogante a lo que él niega repentinas veces con la cabeza y vuelve a besarme.

Y así nuestros cuerpos se unieron una vez más.