cap 13: Resolución

1.5K 67 7
                                    

La razón por la que tengo acuafobia es porque cuando era pequeña caí accidentalmente, desde un yate, a las profundidades del océano. Mis padres estaban tan asustados que casi se dejaban caer junto conmigo pero una persona se les adelanto y salto primero, gracias a él pude salir con vida de ese desastroso accidente.

Esa persona se identificó como “Mauricio”  y dijo que era un médico, desde entonces se hizo gran amigo de mis padres y yo por mucho tiempo lo vi como un héroe admirable…  hacía ya varios años que no lo veía hasta ahora, de todas las personas que podían ser el camaleón tenía que ser el ¿porque? Él me había salvado la vida, se convirtió en un amigo muy cercano a la familia y ahora intentaba ¿desaparecerme?  Era una locura incoherente.

Me arme de fuerza y valor para enfrentar lo que estaba sucediendo y volví a solicitar que respondiera mi pregunta— ¡responde!—él se quedó en silencio mientras observaba mi cara con mucha concentración— Díaz déjame ponerme en pie—aun sentía las piernas débiles pero quería verme fuerte, Leonardo me bajó con cuidado y aunque me tambaleaba un poco me esforcé por no caer—  solo dime ¿Por qué Mauricio? Tú me salvaste en una ocasión y ahora intentas hacer lo contrario—

— Es increíble que despertaras tan pronto pero bueno siendo descendiente de esa mujer seguro que heredaste su fuerza, no me mal interpretes no soy yo quien te quiere hacer daño pero mi socio te considera un peligro para nuestro negocio y no estoy dispuesto a perder mi dinero por ningún motivo, ni siquiera por la bella Maite Valle—respondió sin ningún gesto de remordimiento.

Mi cara tampoco mostró ningún gesto aunque por dentro estaba hecha pedazos, no dejaba de imaginarme ¿cómo es que pude haber confiado tanto en las personas equivocadas? Seguro que su “socio” debe ser el tío Ismael  otro que no hizo más que ganar mi confianza mientras planeaba eliminarme. La cara de Héctor y Luca reflejaba algo de asombro revuelto con miedo creo que jamás imaginaron que escucharían algo así.

  A lo lejos se empezó a oír movimientos, alguien debió haber avisado que desaparecí o algo así quizás fue Reiko o Sofía pero lo más probable es que Leonardo lo hubiera hecho. –Ya es hora de que me valla de aquí, nos veremos otro día y no olvides que aunque seas fuerte no eres indestructible—

— ¡EUSTACIO!— grite con mis pocas fuerzas— Tu tampoco lo olvides desde hoy somos enemigos—él se rio en tono de burla ¿Cómo una niña sin fuerzas y sin experiencia retaba a alguien tan peligroso como él? Seguro le pareció gracioso.

Leonardo debía estar molesto porque volví a hacer y decir cosas innecesarias pero desde hace tiempo me propuse a no depender de las fuerzas de otros  tratar de cuidar de mi misma a como pudiera y si descubría que más personas tenían las mismas intenciones que el tío Ismael, no me importaría lo cercanas que fueran a mí, las enfrentaría sin dejar que eso me deprimiera.

Miré la cara e Leonardo esperando que estuviera con una mueca de molestia pero parece que no estaba sorprendido de mi reacción sino de el hecho de que sus amigos estuvieran presentes durante ese pequeño encuentro con el camaleón parece que jamás imagino que las cosas se pusieran de ese modo.

— ¿Algo que quieras explicar Leo?—pregunto Héctor muy serio.

—Si porque yo ya no entiendo nada—reclamo Luca.

Era una situación difícil y yo estaba atrapada en medio sin poder moverme, al parecer mi cuerpo estaba adormecido todavía, sentía que no aguantaba más, me iba a desplomar sobre el suelo en cualquier segundo y si caía no podría ni meter mis manos para amortiguar el golpe, todo eso porque quería plantar cara estando de pie, yo y mi gran ego.

—Les explico después—dijo Leonardo mientras me cargaba otra vez—tengo que llevar esto a la enfermería—y con “esto” se refería a mí por supuesto.

La princesa de Hielo (Evitando la catástrofe: parte I ) [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora