Epilogo

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(MAITE)

Algo de luz molestaba en mi rostro y sentía los ojos pesados, no podía abrirlos, tampoco sentía que podía moverme con facilidad ¿en dónde rayos estaba? sentía una suave sensación cubriendo mi piel pero ¿quera? ¿Porque dormía? algo no andaba bien...

Abrí los ojos lentamente y empecé a ver algunos bultos, eran personas, deje de verlas borrosas cuando parpadee unas cuantas veces...

un hombre alto, moreno con cabello lacio negro oscuro hasta poco arriba de los hombros estaba parado frente a mi viéndome fijamente con sus ojos grises plateados y sin mover ni un solo musculo de su rostro ¿quién era ese tipo?

Junto a él estaba una mujer con cabello ondulado castaño y piel mucho mas blanca se veía feliz y preocupada a la vez, de sus ojos marrones salían lágrimas y no dejaba de tomar la mano del hombre pero ninguno hablo se quedaron expectantes ¿esa mujer quién era?

Centre mi vista en otros dos, un muchacho y una niña él, era bastante parecido al  hombre de ojos gris pero el chico era de verdes ojos, la pequeña tenía la piel un poco más clara y ojos color ámbar, parecía una copia de la mujer que no paraba de llorar.

— señorita está bien, se encuentra en un lugar seguro, no somos peligrosos por favor, solo para estar seguros de que este bien dígame su nombre, edad y que es lo último que recuerda— a mi lado estaba un anciano de cabello blanco y con barba ¿un médico? 

Algo debía estar mal conmigo, no conocía a nadie pero si había un médico eso quería decir que estaba siendo atendida intente responder sus preguntas sin quejarme.

— Soy... soy... mi nombre es... ¿cuál es mi nombre?— intentaba pensar y recordar pero no pude ¿quién se supone que era yo?

— no se altere intente responder las otras preguntas— insistió el doctor.

— no recuerdo mi nombre y mucho menos mi edad y lo último que recuerdo es... nada no recuerdo nada que tenga que ver conmigo— "respóndeme cuando nos encontremos de nuevo" eso era lo único en mi memoria pero por alguna razón preferí no decirlo.

...

 (LEONARDO)

Sobreviví por poco a aquella explosión, si nos hubiéramos tardado unos segundos más en salir hubiésemos muerto todos, pero gracias a que los guardaespaldas vieron la bomba logramos salvarnos pero los que iban en el helicóptero... ellos pensaron que no lo habíamos logrado.

Tenía asuntos pendientes por eso tuve que quedarme en México unos meses antes de ir a buscar a Maite, si la hubiera acompañado aquel día como ella quería seguro que todo estaría mejor ahora. El abuelo seguía negándome o aplazando mi partida con miles de pretextos pero ya era hora de seguir. Tome mi celular y le marque.

— Abuelo salgo inmediatamente rumbo a Nueva Esperanza, ya no hay nada que me detenga, quiero ver a Maite y sé que ella cuando ella despierte se sentirá igual— le dije en cuanto contesto la llamada.

— Espera Leo, hijo antes debes saber algo importante, Maite ya despertó del coma pero...— sí, Maite también sobrevivió por poco, gracias a la armadura no sufrió lesiones garbes a excepción de su cabeza, recibió un golpe que la dejo inconsciente, los doctores de su familia la mantuvieron en coma hasta que se recuperara.

— Si ya recobro el conocimiento entonces seguro quiere verme— se oía vanidoso de mi parte pero si yo le había prometido buscarla entonces ella confiaba en que iba a hacerlo.

— Leo escúchame eres un Díaz y debes comportarte como el científico que eres, con madurez, respeto, serenidad y sobretodo sabiamente...—

— ¿A qué viene eso ahora abuelo?— no pude evitar reír por esas palabras

— Maite despertó pero ella... ella no recuerda nada... nos ha olvidado... te ha olvida dado Leonardo—

La noticia me callo como agua fría, y yo sé que se siente cuando el agua fría te cae encima, me faltaba el aire, ¿cómo era posible algo así? ella no podía olvidarse de nosotros, no podía olvidarme.

— ¿Leo sigues ahí?— pregunto el abuelo.

— Sigo aquí pero aun así tengo que buscarla y si no me recuerda creare recuerdos nuevos en su memoria o buscare la manera de que ella me recuerde, no dejare que me olvide, abuelo sabes lo importante que es ella para mí y lo vulnerable que debe ser si no recuerda ni a sus propios enemigos— colgué y me dirigí al Helicóptero de tecnología avanzada que me esperaba oculto en algún almacén.

Nadie sabía la ubicación de esas Islas a menos que fuera un ciudadano o un aliado, ocultas en el inmenso océano y protegidas por la misma fuerza magnética de la tierra se encontraba el Archipiélago de nueva esperanza, para muchos un mito, una trampa que los maestros de geografía ponen a sus alumnos pero la realidad era que si existía. Ese lugar tenía tecnología más avanzada que el resto del mundo, una sociedad diferente y lamentablemente había también algunos frutos podridos como en todo árbol.

Eleve el helicóptero, mi copiloto era un programa de computadora, salí con un propósito, mi voluntad... Maite...

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La princesa de Hielo (Evitando la catástrofe: parte I ) [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora