Cap. 23: Plan "B"

1.1K 74 6
                                    

(LEONARDO)

“— Prometido.

— No, si no usas el menique no cuenta.

—Bueno... Yo... Max prometo proteger a Mai para siempre. “

Dijo el pequeño niño que vestía un uniforme completamente blanco, mientras enlazaba su dedo menique al de la pequeña niña de ojos azules que llevaba puesto un vestido rosa pálido con encajes beige. La imagen era borrosa y lejana pero al mismo tiempo parecía bastante bien grabada.

Por supuesto que estaba soñando con un recuerdo del pasado, uno que me perseguía donde quiera que estuviese, incluso en el fondo del océano no podía escaparme de él, esa promesa que hice años atrás me ataba a Maite para siempre y no me molestaba en absoluto.

Estos meses encerrado en este submarino me estaban volviendo loco, literalmente, había demasiado tiempo para pensar y reflexionar que pude darme cuenta de algo bastante obvio para otros pero para mí no, siempre estuve enfrascado en mis planes, que me olvide de un detalle...también soy humano.

Era casi imposible para mi perdonarme por haber tomado la decisión de entregarme al camaleón, por supuesto que fue algo bastante planeado... era sencillo... solo debía entrar al Liberty, apoderarme del sistema operativo (SO), aislar el virus y destruirlo todo, tan fácil como se puede oír.

¿Qué pasaría conmigo? lo más seguro es que no pudiera salir de este lugar pero eso no me importaba, sacrificar a un individuo por el bien de millones era comprensible, que me tocara ser ese individuo era algo bastante sorprendente pero que un sentimiento egoísta me estuviera pidiendo abortar la misión era intolerable.

Me había mentalizado, mi promesa de cuidar de Maite era importante y sentía la necesidad de cumplirla estando siempre cerca pero cuando la situación se agravó no me quedó de otra más que irme yo solo al matadero.

Los primeros días fueron pasables, ejercicios, vitaminas, muestras de sangre, pero mi mente me torturaba día con día, cada que cerraba los ojos ella estaba ahí culpándome por tomar esta decisión, cuando quedaba solo envuelto en el silencio de mi habitación escuchaba su voz diciendo "Leo... yo voy a encontrarte y te traeré de vuelta tu solo asegúrate de no morir ¿de acuerdo?"

oficialmente estaba enloqueciendo... me incorpore en la pequeña cama donde dormía y recorrí con mi vista toda la habitación, odiaba ese color blanco que tenía todo, incluida mi ropa, otra vez llevaba ese traje de tela delgada que tanto tiempo usé de niño.

Camine hacia la puerta que se abrió cundo me puse en frente y un guardia me esperaba para acompañarme, no me había costado nada ponerlo de mi parte, fingía tratarme como una rata de laboratorio pero me ayudaba e entrar al sistema cada que podía.

— Hey chico, no se te olvide nuestro trato.

— Sí, sí, esto no estalla hasta que estés de vacaciones— le respondí, en realidad lo soborne para que me ayudará. Creo que su vida es muy importante para él así que acepto ayudarme a cambio de que hundiría el Liberty cuando saliera de permiso el cinco de diciembre.

Llegamos al laboratorio principal y recibí mis vitaminas del día, por la dosis pude notar que me preparaban para administrarme la primer vacuna del virus, como aquella vez en el escondite del desierto, apenas puede salir con vida, fue una dosis fuerte pero pude escapar aunque vague un día bajo el sol abrazador.

— Aquí no hay donde huir chico listo— dijo el camaleón mientras se acercaba.

— Dic. Me impresiona que el sentido del humor sea lo único humano en ti— Dic. Era una abreviación de su verdadero nombre, el que hacía muchos años todos habían olvidado.

La princesa de Hielo (Evitando la catástrofe: parte I ) [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora