Cap 27: El baile

1.3K 68 7
                                    

El aire se respiraba pesado, tenso y venenoso, podía oír mis latidos y el sonido de los zapatos al cocar con el suelo a cada paso quedábamos mis guardaespaldas y yo, era la segunda vez que ve veía en una situación como esa pero esta era muy delicada incluso más que la anterior.

Simplemente no podía creer que la última voluntad del Camaleón, condenado a pena de muerte, era hablar conmigo pese a la oposición de todos y a mi negativa a acceder a esa tortura al final tuvimos que acceder aunque el señor Alberto se tomó muchas medidas de seguridad para que me sintiera tranquila.

Nos detuvimos frente a una enorme puerta gris, estaba blindada, y sentí que mi espalda se tensó al ver como se abría, por supuesto que nadie pensaría que una chica de dieciocho años que llevaba puesto un discreto vestido rosa viejo con un suéter color crema y zapatos sin tacones podría tener un rostro de hielo como el mío.

Mi cabello iba ondulado dando un aire natural e inocente complementado con un maquillaje sencillo para dar la impresión de que era de lo más inocente y tranquila, claro estaba que mi personalidad no pegaba para nada con esa apariencia pero me vestía así o no había trato, personalmente no me importaba la ropa lo que si me ponía tensa era encontrarme con Eustacio.

Pasamos todos los controles y aquel detective americano que había ido a interrogarme desde que Eustacio dijo cuál era su voluntad me dirigió una mirada acusadora, sabía que algo no se le contaba y que el hecho de que un criminal como él se haiga declarado culpable en el juicio a pesar de que tenía un buen abogado y que fuera una de los más grandes mentes del mundo no tenía ni pies ni cabeza el que decidiera por sí mismo declararse culpable de todos los cargos.

Solo tuve que decir que Eustacio era un médico que mi familia había contratado para atenderse y la historia de cómo lo conocimos, pasando por alto el Hecho de que atentó en mi contra varias veces y que estuvo a punto de matar a Leonardo frente a mis ojos, ante la última imagen sentí terror porque pese a cada intento de borrarlo de mis recuerdos ese día seguía como pintura fresca en mi memoria.

Entré a la habitación iluminada con una lámpara de techo y sin ventanas reales, solo había cristales que simulaban ser espejos, frente a mi estaba la peor persona que habían visto mis ojos, Eustacio, sentado en una silla y atado con correas de cuero para que no pudiera moverse estuve imaginando ese momento por varios meses y aunque Leonardo estuvo apoyándome con llamadas de ánimo no me sentía lo suficientemente fuerte como para enfrentarlo.

— Aquí estoy— dije a ponerme de pie justo delante de él notando el cristal que dividía la habitación en dos.

— Seguro que te preguntas porque pedí verte— dijo levantando la cabeza encontrado sus verdes ojos con los míos.

— Solo quieres molestarme, tú no tienes nada que ver conmigo— respondí queriendo exigir respuestas pero no podía exponer toda la verdad de esa manera, nos vigilaban y ese asunto del virus los gobiernos se lo habían callado y hay del que se atreviera a revelar su existencia.

Lo sentía por aquellos que solo hacían su trabajo pero desconocían los verdaderos crímenes de Eustacio como el agente que fue a interrogarme.

—Sabes que he sido el médico de tu familia por muchos años y no quería irme de este mundo sin despedirme primero... es una pena que tus padres murieran en un accidente meses atrás se suponía que solo me tendrías a mí pero no soy apto para cuidar de ti— la versión oficial era esa, yo era una niña huérfana que se quedó sin padres por un accidente durante sus vacaciones.

— Solo di lo que tengas que decir, quiero irme de aquí— le corte rápidamente.

— fría como siempre... quiero decirte que cometí muchos errores y me vi cegado por la ambición no caigas en lo mismo tú tienes mucho futuro por delante, sabía que les arruinaba la vida a muchos pero a la vez el querer descubrir grandes cosas invalidaba mi conciencia— no creí que pensara en cosas como esas y cuando las dijo solo dude de su veracidad.

La princesa de Hielo (Evitando la catástrofe: parte I ) [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora