Cap. 16: las notas, la fiesta y el piano

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No le había prestado atención a la pequeña cabaña que nos habían asignado pero se sentía bastante cómoda y un poco rustica, seguro Carolina las diseño, todo lo que ella crea es cálido y de buen gusto, no sé cómo una mujer como ella pudo terminar en un matrimonio con Ulises, un hombre dado a los frívolos negocios que solo piensa en ganar, son polos totalmente opuestos.

—Tu mamá nos trajo unos bonitos vestidos el tuyo es ese verde, ella es muy cálida ¿cómo es posible que seas una chica fría teniendo una mamá como ella?— pregunto Sofía mientras se ponía un vestido naranja pálido.

— Sabes que no tenemos relación sanguínea, ella es mi verdadera madre y Ulises tampoco es mi padre, se los dije antes— respondí mientras yo también cambiaba mi ropa.

— Tranquila Maite, ella solo hacia una pregunta curiosa... ten en cuenta que no sabe mucho de ti como tú sabes muy poco de ella— Reiko, siempre estaba lista para calmar cualquier roce que surgiera—Te entiendo un poco Sofí la primera vez que vi a Maite tuve la misma impresión que todos, fue hace casi dos años, era el primer día de clases y en sima de todo una escuela nueva para todos los que entrabamos a primer año... en la entrada había un mundo de gente observándola mientras ella solo se mantenía en pie solo dijo seis palabras "entonces debes estar preparado para morir" y se fue — yo recordaba también ese día.

— Maite... ¿tu... porque dijiste algo como eso? cualquiera se hubiera asustado—  dijo Sofía.

—Recuerdo ese día, hacía calor, la gente no dejaba de aglomerarse y un alumno de tercer grado se me acercó diciendo "se mi novia, desde que te vi me enamore" por ese tiempo yo aún creía que era la causante de la muerte de mi mejor amigo y pensaba que cualquiera que se me acercara tendría el mismo final y ese chico apenas me había visto era claro que respondería algo así— La cara de las dos mostraba algo de compasión pero no por mi sino por el chico que fue rechazado.

—pobre chico, después de ser tan valiente como para decir algo así en público... era mejor decir "gracias por tus sentimientos pero no tengo intención de estar en una relación por ahora" — murmuró Reiko.

—lo mejor era decirle "lo siento pero apenas nos conocemos pero podemos ser amigos"— refunfuño Sofía.

eso era lo que cualquier adolecente normal diría si no aceptaba a alguien pero creo que mi visión de las cosas nunca fue como la de otras personas, pero ¿que se suponía que hiciera? siempre que alguien se acercaba a mi ese sentimiento de culpa a parecía y terminaba siendo una persona fría por eso desde ese día todos me apodaron "la princesa de Hielo" era un apodo que nunca me gustó pero me mantenía en un lugar seguro, lejos de lastimar y ser lastimada, Si Leonardo no hubiera aparecido en mi vida seguro seria aún más solitaria.

— Sí, supongo que hubiera sido más aceptable pero estamos hablando de mi... bueno me voy mamá quiere que le toque algo en el piano las veo en el restaurante— salí rápido con la intención de encontrarme "casualmente" con Ulises y sacar a flote el tema del tatuaje pero no pude hacerlo.

Carolina me intercepto cuando salí de mi habitación y se quejó un poco sobre mi desinterés en el maquillaje y de mi peinado simple, pero al final se dio por vencida con ese tema y me llevo al piano, hacia un buen rato que no tocaba, en la escuela había uno pero pocas veces tenía tiempo de ir al salón de música para tocarlo y desde el asunto de los atentados ese lugar alejado de todos los otros no era mejor opción que ir a la piscina por eso lo estuve evitando.

Entramos al salón y lo vi... era Hermoso, tenía un color blanco inmaculado con acabados dorados y un grabado único en el interior de la cola, era el piano más bello que había visto, seguro carolina lo compro pensando en mí, di unos pasos al frente y pude ver la marca, sin duda era uno de los mejores pianos porque ellos siempre hacían un excelente trabajo.

La princesa de Hielo (Evitando la catástrofe: parte I ) [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora