11| Luke

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Terminamos por llegar al camping a media tarde y ya tenemos otro problema

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Terminamos por llegar al camping a media tarde y ya tenemos otro problema. 

—Los vehículos deben quedarse en la zona de parking, la reserva natural solo se puede recorrer a pie —advierte el chico recepcionista luego de pasarnos un QR para informarnos de los servicios que el camping Yellowood ofrece. 

Sam y Sophie, los encargados de reservar los sitios que visitaríamos, eligieron este camping por la buena pinta y las buenas reseñas. Había baños comunes, una tienda de alquiler de carpas e instrumentos de senderismo y un enorme valle de no se cuentas hectáreas repleto de colinas, cascadas y árboles. 

Personalmente, me duele el culo de estar sentado tantas horas y ya no siento las extremidades. Caminar un par de kilómetros por un sendero no me resulta una idea desagradable. Hicimos paradas para que el pobre filmore sobreviviera a la carretera sin morir, así que dejar que el motor descanse un par de horas tampoco resulta una mala opción. 

—Entonces iremos a la tienda de alquiler por una carpa familiar y comenzaremos el sendero. 

—A tres kilómetros en dirección al Oeste —apunta hacia un mapa pegado en la pared —Se encuentra el primer campamento. Pueden quedarse ahí con otros campistas o armar el suyo propio en cualquier otro sitio de la reserva. Pero donde se indican los puntos rojos —vuelve a señalar el mapa —Están los sectores céntricos, ahí están los baños, las tiendas de comida y las duchas. Si es la primera vez que acampan, les recomiendo quedarse por allí, con los demás turistas. 

—Pues yo quiero vivir la experiencia completa de acampar —expresa Sam, luego de que salgamos de la recepción y se adueñe del mapa—. Miren, tenemos un lago, un mirador en el monte y la cascada de los enamorados. 

A continuación, pagamos el alquiler de la carpa familiar y compramos un par de víveres como botellas de agua y alimento antes de ir a por el primer trayecto. La reserva tiene en total, veintiocho recorridos de senderismos, los cuales de alguna manera u otra se interconectan para formar un laberinto. Se supone que lo divertido es perderse y al final de algún sendero encontrarse con una cascada o en la cima de una colina. Por ahora, y una hora y media después de cargar con una carpa enorme de no sé cuánto peso y no llegar a ningún sitio, lo único que quiero es encontrarme con alguno de esos puntos estratégicos. 

—¿A cuánto es que estamos del siguiente campamento? 

Sam arrastra los pies agotado. 

—Bordeamos el anterior, así que el siguiente debe estar lejos —Le contesta Sophie. 

—Te dije que no deberíamos haberlo hecho —me quejo. 

—Tu querías ir al mirador. 

Miro directamente a la duele irritante de dicha voz. 

—Pues ahora quiero encontrar civilización. 

La misma le pide el mapa a Sophie para observarlo y encontrar un punto de referencia. 

Dos veces hasta prontoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora