XXV

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Lobos
||Wolves||

"En la mitad de la noche, vienen los lobos, llegan directo a tu corazón como una bala perdida".

- ¡Perrie!

Una castaña grito a las afueras del edificio al ver correr a su amiga asi.

- ¡Ahora voy Jade!

La rubia corría preocupada hacia su casillero, había olvidado la chaqueta de Louis dentro.

Se paró cuando vio una nota pegada a este.

"Te jure que vendría".

Su cara se torno pálida buscando a alguien conocido, el miedo la lleno y de inmediato su estómago se revolvió.

Quito la nota arrugandola en su mano izquierda, abrió el casillero encontrando la chaqueta en una esquina, suspiro aliviada.

Pero aquella emoción no duro mucho, el olor se le hizo extraño por unos segundos, luego comprendió todo. Era de Zayn.

Se alejo tirando la chaqueta en el suelo, retrocedió dos pasos, maldijo mentalmente al recordar que todos estaban en sus respectivas clases, en otro edificio. Puso su mano en su mejilla. Camino fuera de aquél pequeño edificio, con la mirada perdida, tal vez le jugaron una mala broma.

Una de muy mal gusto.

Alcanzó a dar unos tres pasos, cuando sintió unas manos fuertes apretandola con el árbol más cercano. Lo miro, sin reconocer esos ojos grises que le helaban la sangre. ¿Quien era? Sollozo negando, no quería que le hiciera daño.

- Basta -suplicó.
- Shh, te necesito callada, a la jefa no le gustará que llores o grites, hará todo mas difícil.
- ¿Quien eres? Te daré todo lo que tengo, déjame por favor.
- Me llamo Thomas, y no necesito tu dinero.
- Pero.

El hombre le tapó la boca al sentir que alguien venía, la llevo al otro lado del patio con demasiada Rapidez.

- Te quiere muerta -Escupió.
- ¿Qué? -Las lagrimas brotaron de nuevo.

Thomas hizo que se sentara en el suelo detrás del gran edificio color marrón con vino. Un ligero toque de elegancia.

Miro a la mujer delante de él y se sintió peor de lo que estaba, no dejaba de llorar, ¿Cómo alguien podría lastimar a esta mujer tan hermosa y pequeña?

- Necesito que me escuches.
La ojiazul asintió sumisa y pérdida, la estaba ayudando.

¿Cierto?

El hombre se volteo sacando uns pequeña jeringa que contenía un líquido tranquilizante, odiaba hacer esto pero necesitaba el dinero.

- Perdóname -Inserto con brusquedad la jeringa en el cuello de la joven.

Un grito resonó por todo el lugar, Perrie pataleo adolorida mirando a Thomas con miedo. Hasta que cayó dormida minutos después, la tomó en sus brazos llevándola hacia su pequeño automóvil.

La puso sobre el asiento trasero con delicadeza, observándola unos segundos, era realmente hermosa. Negó y cerró la puerta quitándose la gorra de béisbol que llevaba puesta.

Se dio la vuelta entrando ahora él. Aceleró hacia una cabaña lejos de la ciudad, justo a las afueras de esta.

Se detuvo a medio camino con una mirada desesperada buscando una solución rápida, suspiro triste por la rubia, miro el maletín de dinero que tenia en su lado de copiloto y volvió a acelerar sin detenerse.

En cuanto llegó la bajo con sumo cuidado, escucho la puerta de un auto abrirse, miro por última vez a Perrie antes de entregarla a la mujer que le había pagado demasiado por traerla.

Gigi sostenía una sonrisa triunfal sosteniendo otro maletín en su mano, se acercó a ellos.

- Veo que pudiste hacerlo.
- Sólo dame el dinero.

La mujer señaló la camioneta con la mirada, Thomas entendió y llevo a la pequeña rubia que tenia en sus brazos hacia está. La dejo sobre el asiento de copiloto, tomando un pañuelo le amarró las manos con fuerza.

Los ojos de Perrie se abrieron lentamente sintiendo dolor al moverse.

- Necesito que me digas donde vive tu novio -Murmura.
- En la sexta avenida...cerca de Park avenue.
Thomas se aleja poniéndole un pañuelo en la boca.

Gigi lo mira de arriba a abajo, le tira el maletín y camina a su camioneta sin decir alguna palabra.

El hombre toma el maletín, sube a su auto, acelerando de nuevo a la ciudad sintiendo ligeramente el sudor recorrer su frente.

Una hora mas tarde se detuvo frente a la casa de Louis, trago duro al ver el tamaño de esta.

Estaba seguro que era esa, había tocado unas cuantas casas pidiendo ayuda para encontrar al novio de la chica que secuestro hace unos minutos. Se acercó a paso decidido mirando todo el lugar, toco el timbre y se alejo un poco de la puerta.

Cinco minutos después un joven castaño, con unos lentes y papeles en sus manos abrió, junto sus cejas sin reconocer al hombre que estaba delante de él.

- ¿Necesita algo?
- Yo... -Thomas sintió nervios- Perrie Edwards.
- ¿Qué sucede con ella? -Se acerca a él preocupado- ¿Le hicieron algo?
- Si, se la llevaron -Tembló.
- ¿Quien? -exigió tomándolo del cuello.

Louis temió lo peor, sintió su corazón acelerarse, ¿Zayn habría vuelto? Mataría a quien fuera que lastimara a tan bella mujer como ella. ¿Quien podría ser tan desgraciado como para lastimarla?

- Gigi Hadid.

Su mundo se detuvo un segundo, paso su mano por su barbilla gruñendo enojado caminando hacia su teléfono.
El hombre lo siguio cerrando la puerta detrás de él.

- ¿Qué haces?
- Lo último que quería hacer, pero él es el único que puede parar esto.

Esperaron dos minutos.

- ¿Diga?
- Zayn necesito tu ayuda -Suspiro mirando el suelo- es sobre Perrie.
- ¿Qué ha pasado?
- Necesito que vengas ahora está en problemas.
- Llegare en cuanto pueda.

Colgó, Louis tiro su teléfono y corrió hacia su despacho.

- ¿Qué haces Louis?

El castaño tomó su arma guardandola en su pantalón.

- Voy a matar a esa mujer.

~♡~

Gigi miraba a Perrie quien estaba sollozando en el suelo. Rodó los ojos y le quito lo que tenia en la boca.

- Por favor...
- Cállate de una vez.

La mayor camino afuera de la cabaña y entonces soltó una risa fuerte.

Lo había logrado, de seguro Zayn ahora estaría con ella.
Ya no estará Perrie y eso le daba puntos.

Perrie por el contrario tapaba su boca con sus manos amarradas. ¿Por qué le hacía esto?

Se intento levantar adolorida, respiro fuerte.

Un golpe en su nuca la hizo caer con fuerza. Cerró sus ojos y gimió.

Seria una noche larga.

Lovers || LourrieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora