The Driver and The Nurse

Capitulo 1: Nuevos comienzos

Capítulo 1:

Mi nombre es Juliette O'Connor, tengo 25 años y acabo de graduarme en Enfermería en la Universidad de Jacksonville, en Estados Unidos. Mi madre es española y mi padre era americano. Nos fuimos a vivir a Estados Unidos cuando yo tenía apenas unos meses. Cuando tenía cinco años mi padre falleció en un accidente de tráfico y mi madre y nos quedamos solas. Mi madre desde ese día lo sacrificó todo por mí, dejando de trabajar para cumplir el papel de madre y padre a la vez. Mi madre era enfermera en una residencia de ancianos y aunque yo era muy pequeña cuando dejó de trabajar siempre recordaré con el cariño con el que trataba a sus pacientes. Siempre teniendo presente el ejemplo de mi madre cuando terminé el instituto y contra todo pronóstico de mi familia y amigos empecé a estudiar Enfermería. Cuando estaba en mi último año de carrera y antes de empezar mis prácticas, mi tío que vivía con mi madre desde que yo me fui a la Universidad me llamó. Mi madre había tenido un accidente de tráfico. Rápidamente y sin dar explicaciones a nadie cogí el primer vuelo que pude y volví a casa.

Una vez en el hospital y después de saludar a mis familiares, pedí hablar con el equipo médico que trataba a mi madre. Después de hablar con ellos, supe inmediatamente que las lesiones de mi madre eran irreversibles y que ya nada se podía hacer por ella. Lo único que los médicos podían hacer era que no sufriera hasta que llegase el momento en el que se fuese para siempre. A pesar del mal estado de mi madre y de lo duro que era para mí dejarla allí y tener que volver a la Universidad tenía que hacerlo. Mi consuelo era que mis tíos estaban con ella y que no moriría sola. Sabía que sería lo que mi madre me diría sería lo mismo que le dijeron a ella cuando falleció mi padre, que la vida seguía y que los que aun estábamos en ella teníamos que seguir con nuestras vidas.

Al volver a la universidad recibí una llamada de mi tío. Tan solo habían pasado dos días desde que volví a la Universidad y ya tenía que irme. Después del funeral de mi madre el tiempo pasó muy rápido. La Universidad me ayudó a no sentir tanta tristeza y cuando quise darme cuenta estaba en mi último día de prácticas. El último día de prácticas fue triste, pero a la vez estaba deseando que llegase. Las horas pasaron rápido y después de muchas lágrimas de alegría y tristeza en ocasiones salí por la puerta deseando comerme el mundo.

Al mes de haber terminado la carrera recibí una llamada de mi tío, que trabajaba como mecánico jefe en el equipo Toro Rosso. Me contó que había un puesto libre como enfermera en el equipo, que les había hablado muy bien de mí y que si quería me podía unir a ellos. Estuvimos un buen rato hablando y me dijo que tenía un día para pensármelo, que me llamaría a la mañana siguiente. Fue todo tan precipitado que no sabía que decir. Si mi madre estuviese todavía conmigo habría dicho que desde el primer segundo por no dejarla sola. Pero ahora la que estaba sola era yo y tenía que seguir con mi vida. Sin poder esperar al día siguiente, llamé inmediatamente a mi tío y le dije que aceptaba su oferta.

Lo que yo no me imaginaba es que ese "Sí" me abriría las puertas a tantas nuevas experiencias y que a raíz de ello conocería al único y gran amor de su corta pero intensa vida.