Adelanto

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Sus ojos azules se encuentran sumergidos en aquel teléfono celular que costaría la hipoteca de cualquier empleado de la tienda. Su vestimenta consiste en una remera lisa blanca, una chaqueta de cuero encima de está. Pantalones de jean negros, botas negras y un gorro de lana descansa en su platinado cabello liso.

En su mayoría, no le interesa lo que las personas puedan decir de él, pero que lo juzguen por algo que no es, que crean que su vida está solucionada por tener una cuanta bancaría y un casa de maravilla, es algo que le fastidia. Él nunca restregó el dinero que lleva en sus bolsillos y siempre fue solidario con las personas.

-Hola- la voz seductora de la cajera le llamo la atención por unos minutos desviando la vista de su teléfono, pero siguió con lo que hacía sin importarle las intenciones de la chica.

Se dispuso a caminan a los estand salados para obtener las frituras que buscaba. Tomo un paquete y camino con él hasta las heladeras donde tomo una soda. Le dio enviar al mensaje para su amigo y en ese instante se llevó por delante a alguien tirando sus monedas por el suelo.

Noah se agacho arrepentido por no ver donde caminaba y comenzó a juntar las monedas del suelo.

-Lo siento- se disculpó sin saber aun de quien se trataba.

-No, no sucede nada, yo estaba distraída contando las monedas-la voz dulce de la chica lleno sus oídos por completo exigiéndose así mismo a ver a la dueña de aquella voz. Unos ojos marrones oscuros lo observaban con agradecimiento pero ocultaban algo debajo de ellos, algún sentimiento de angustia o dolor.

-Pero es que yo...- lo interrumpe.

-No, enserio, no te hagas problemas- le devuelve las monedas. La chica toma una bolsa transparente que al parecer había dejado. Frunce el ceño al ver unas verduras no en muy buen estado, se veían que le faltaban trozos faltantes o se veían algo picado.

¿Eso va a comprar?

Intento no prestar atención a lo que hacía, solo que su semblante se veía preocupado al volver a contar las pocas monedas que llevaba en la palma de su mano. La chica comenzó a observar el suelo en cada esquina e incluso se arrodillo algo desesperada.

-¿Sucede algo?- termino por preguntar. Levanta su rostro.

-Sí, me falta una moneda- contesta algo rendida. Sus manos tiemblan al dejar la bolsa a un lado y contestar el teléfono que comenzó a sonar en su bolsillo. -Estoy en el supermercado- es lo primero que dice.-Me falta una mon... No, no, hare lo que pueda. Sí, está bien- se puede ver el miedo en sus facciones al volver al suelo a buscar la moneda...

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Acá les dejo una parte de la segunda parte. Pronto la comenzaré a subir, pero no les puedo dar una fecha exacta. Espero que puedan esperarme y no dejen de leer, si es así, fue un placer. 

We are so different (Editando y corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora