El timbre resuena en toda la casa, de un salto me paro del sillón y en un movimiento rápido agarro el bolso y salgo corriendo a la salida, mirando por la cámara me percato quien es. Salgo al jardín delantero y voy hacia el portón donde me espera Chad con un jean gastado con una remera blanca de escote en v y vans. Su cabello rubio está a medio peinar, una sonrisa se apodera de sus labios mostrándome sus dientes perfectos.
Le doy un beso en la mejilla como muestra de saludo, su mirada viaja de mis ojos a la casa con un asombro impresionante.
-¿Debes estar bromeando?- dice mientras se refriega los ojos como si quisiera ver aún mejor.
-¿Qué?- él gira y me ve a los ojos.
-¿No es obvio? Vives en una mansión, esto no se ve todos los días. Tu casa es inmensa.
-Tengo ojos - digo sonriendo.
Nos dirigimos a un auto blanco de cuatro puertas, podría decir hasta decir que este auto es nuevo. Sus asientos negros y bien tapizados sin ningún rasguño.
-Es uno de los últimos- dice Chad señalándolo. Lo que eso me hace confirmar que ese auto es último modelo. Es espacioso y grande.
-¿Dónde vamos?- digo en el trayecto del camino hacia un lugar que desconozco.
-Son las seis de la tarde a sí que vamos a un parque que esta por acá y luego a cenar- su mirada esta fija en el camino.
Pasamos toda la tarde en un parque donde todo estaba tranquilo. Los chicos corrían y jugaban, gente mayor pasaba la tarde tomando café, los perros iban en busca de una pelota que le tiraba él dueño y parejas pasaban las tardes en bancos sentados mientras cuchicheaban, reían y besaban.
Después del parque Chad me llevo a mí casa diciéndome que la noche no terminaba ahí. Me dijo que me cambiara formal, por lo que opte por un lindo vestido y él tomo un traje de su baúl.
Nos encontramos en un restaurante, había demasiada gente, pero por suerte Chad reservo antes de venir. El restaurante era demasiado fino, dos hombres abrían la puerta a cada persona que salía o entraba. La iluminación de todo el restaurante era lo que sobraba, las mujeres estaban vestidas con vestidos o faldas caras y formales. Los hombres con trajes y bien peinados. No había menores, era todo tranquilidad. Se escuchaba una leve melodía que tocaba un hombre en el piano. . Las mesas eran redondas con una lámpara chica en el centro y varias sillas alrededor. Los 5 tenedores se encontraban a un lado de 2 platos y tres copas vacías. El mantel era de tela color beige al igual que las servilletas.
Nos acercamos a un hombre que estaba a un lado de la puerta en el interior; tenía un traje negro con una corbata blanca, esté s tenía su mirada en unos papeles que se encontraban arriba de recibidor. Donde se supondría que hay debería tener todas las reservaciones.
-Buenas noches, tenemos reservaciones- dice Chad al hombre.
-¿Nombre?- dice el hombre aun sin mirarnos. Su forma de atendernos era demasiado grosera, ni siquiera devolvió el "Buenas noches"
-Chad Evans
-Sígame- dice el hombre y después levanta la vista para observarnos-Señorita Brooks es un placer tenerla en nuestro restaurante- la sonrisa se formula en sus labios. El hombre debe tener unos 30 años aproximadamente, pero algunas arrugas se encontraban del lado de sus ojos color negro.
-El placer es mío- nos dirige a una mesa, saca un papelito que decía reservado y Chad me corre la silla para que me siente.
-Enseguida vendrá su mozo- dice el hombre, me dedica una sonrisa y se retira.
-Odio cuando hacen eso- digo en un susurro más para mí que para Chad, que ahora se encuentra frente a mí.
-¿Qué cosa?- dice confundido.
-Eso, cuando entramos era re frio y amargado, pero cuando se dio cuanta quien soy se hizo el amable.
-No le des importancia, no valen la pena- dice tranquilizándome.
-Tienes razón- me acomodo más en la silla arrimándome a la mesa.
La gente me miraba de reojo disimulando, otras me miraban constantemente como si quisieran asegurar quien era. Había demasiados empresarios con traje y mujeres con vestidos. Gracias al vestido que elegí me veía formal.
-¿Juli?- dice Chad después de unos minutos de silencio.
-¿Si?- digo mientras centro la mirada en él.
-¿Por qué evitaste el tema de tu padre en el parque?- dice sin esperarme esa pregunta. Me pongo tensa y trato de mirar a cualquier lado menos a él. La incomodidad de esa pregunta hace que me sienta nerviosa. Mi mente va a mil por hora tratando de no pensar en lo que paso hace unos varios años atrás. – Te entiendo, no quieres hablar de eso.- lo miro a los ojos y asiento por no querer decir ni una palabra.
Un mozo llega a nuestra mesa con dos cartillas en la mano poniéndola frente a nosotros. La interrupción del mozo hizo hace que me libere de la respiración que estaba conteniendo por la pregunta hace un minuto.
-Buenas noches, yo seré su mozo de esta noche. Vendré en unos minutos para tomar su pedido ¿Les parece bien?- los dos asentimos a la misma vez. El mozo se va y yo agarro mi cartilla para poder elegir que ordenar y él hace lo mismo.
Nos quedamos varios minutos eligiendo hasta que apareció el mozo y tomo nuestro pedido. Chad carraspea la garganta para empezar a hablar cuando el mozo ya se había retirado.
-¿Qué te parece?- dice sonriente.
-Es hermoso.
-Solo dilo soy un gran amigo. Hice un gran ahorro durante años para traer a la persona que lo merezca.
-No debiste, enserio. No puedes gastar lo que ahorraste en años por mí, yo puedo pagarlo...- antes de que pueda terminar el me interrumpe.
-Ni lo pienses, quiero hacer esto. Debes de estar acostumbrada a las cosas grandes. Después de ver tu casa dudo mucho que quieras ir a un simple restaurante.
-Yo no elegí mi casa, lo hizo mi madre. Yo me arreglo con cualquier cosa, solo es la intención lo que me llama.
-Entiendo, lo hubieses dicho antes.- dice sonriendo- además yo quise traerte aquí. Me caes muy bien.
-A mí también.
Fue muy atento conmigo en toda la noche. La gente que llegaba me miraba con asombro y varios se acercaron para que les firme algún autógrafo o foto, por suerte no estábamos tan cerca de la ventana, porque la gente de afuera nos vería y sería un problema. Me contó algunas cosas de cuando eran chico y yo también, pero cuando hablaba de mi padre sabía que mi cara se trasformaba en tristeza, era inevitable.
Reímos y bromeamos toda la noche, en algunas oportunidades algunos fotógrafos quisieron entrar, pero por suerte fueron sacados de inmediato, odio los chismes que inventan en la televisión. Una vez me habían fotografiado con mi ex e inventaron que me comprometería, tuve que ir personalmente a la televisión para aclarar las cosas y los berrinches que se armaban solos.
Después de la cena, me despedí de él frente a mi casa y lo que me espero dentro fue Lina muy entusiasmada con que le cuente cada detalle de lo que había pasado, eso hice por horas ya que ella preguntaba cada cosa, hasta de qué color era el mantel del restaurante.
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We are so different (Editando y corrigiendo)
RomanceSinopsis: Ella (Julliette Brooks) la mejor cantante, líder de una banda. Rebelde, carismática y celosa. Pelo rubio oscuro con ojos verdes. Esconde su identidad, por una morocha ojos oscuros y esconde su fama para no convulsionar a la escuela ni ten...