Capitulo 14

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Por mas que quiera dormir debo mantener los ojos abiertos, este lugar es peligros y necesito estar alerta, no quiero que me suceda lo mismo que la ultima vez. Alguien toma mi brazo y yo mas por instinto que por otra cosa me giro rapidamente y tiro un puñetazo, pero logra esquivarlo, cuando me centro bien me doy cuenta que es Bastían, ¿me siguió?.
- Estas muy alterada caramelo. Suelta mi muñeca y sonríe.
- ¿Me seguiste?. Le pregunto incrédula.
- No es fácil mantenerse alejado de ti.
- Pero si necesario. Me preparo para marcharme pero el me lo impide.
- Quiero hablar contigo, me lo debes, termine el ensayo yo solo, y tal vez no me vea muy caballeroso pero contigo ya no sé que mas hacer. No, no lo haré y punto, además yo ni le debo nada pudo haberme pedido ayuda y no lo hizo.
- No. En sus ojos se refleja la desesperación y el enojo.
- Como quieras. Se agacha y me toma de las piernas para después cargarme y llevarme hasta sus hombros, en conclusión me lleva cargado como un costal de papas, yo siento que el mundo se habré debajo de mi, siento como si un millón de mariposas estuvieran volando en mi estomago, las piernas se me hacen gelatina, es increíble lo que tan solo me provoca su toque, me intento soltar y le grito que me suelte pero por mas que lo intento no puedo.

No se a donde me lleve en su auto, lo que si se es que si no llegamos rápido en definitiva me quedare dormida, y eso me daría mucha pena.
- Llegamos. Tiene estacionado su coche en una especie de desviación que da a un bosque bonito, pero hace frío, bueno es un clima normal aquí en Maine. Baja del auto y me abre la puerta a mi, pudo traerme pero yo decido si me bajo o no.
- Puedes bajar tu sola o yo puedo ayudarte. Lo miro y levanto una ceja para desafiarlo, el va a agacharse para volver a cargarme, pero yo me levanto antes de que lo haga, no pienso pasar por eso otra vez.
- ¿Porque no te puedes mantener lejos Bastían?. Le pregunto porque se que el no se atreve a hablar, o mas bien no sabe como comenzar, he notado que hablar tampoco se le da muy bien.
- No eres como las demás Kiara, eso es lo que mas me atrae de ti, entre otras cosas.
- Tu tampoco eres como los demás. Las palabras salen de mi boca sin que mi cabeza lo analice, rayos debo dormir.
- Lose, y ¿sabes? Se que tienes secretos, por la forma en que te comportas, yo también los tengo y quiero contártelo, porque quiero estar contigo. Oh por dios ¿estar conmigo?, me siento a los pies de el tronco de un árbol, estoy mas mareada y mi cabeza sigue doliendo.
- Todos tenemos un secreto guardado bajo llave en el ático del alma Bastían. - Yo no soy una buena persona caramelo, y estar contigo, es como si fuera alguien diferente, no me siento mal por lo que he hecho. Es extraño, pero me pasa lo mismo, cuando estoy con el, me siento... Completa.
- Yo tampoco soy una buena persona. Digo después de un silencio.
- He practicado como no tienes una idea el como decirte esto, me da pavor que cuando lo sepas no tenga otro opción y me aleje de ti, como me lo pides. Mi estomago duele y siento nauseas, respiro hondo y me tranquilizo.
- No le des mas vueltas, solo dilo. Después de otro silencio, Bastían habla.
- Yo... Soy el jefe de una organización aquí en Maine, he asesinado personas, he robado a personas y posiblemente todos los días mueren personas por las drogas que les distribuyo. Ahora si me a dejado sin palabras, la vida no juega limpio, me he enamorado de mi igual, no hay mucha diferencia entre el y yo, no se porque pero se me escapa una risita, el me mira, no entiende mi reacción. - No encuentro la gracia, no es un chiste lo que te he dicho Kiara. Su cara es seria he inmediatamente mi sonrisa desaparece, si el tuvo el valor de contarme eso, yo también debo contarle la verdad.
- En realidad no me transfirieron de Wisconsin a aquí, yo pedí mi traslado por que era la única manera que tenía para que no mataran. Me mira con los ojos abiertos y yo continuo. - Cuando tenia 15 conocí a un chico que me facilito la entrada a una organización en Wisconsin, ahí me enseñaron a disparar y a golpear, por conclusión también a... Matar.
- Esto es increíble. Dice Bastían negando. - Resulta que nuestro secreto es el mismo caramelo. Acaricia mi mejilla con sus manos y yo tiemblo por dentro, dios como amo su tacto. - ¿Porque quieren matarte?. Suspiro, cuando el pregunta en tono preocupado.
- Es una larga historia, que algún día te contaré.
- Me encantas, y ahora mucho más, creí que después de esto no volvería a verte. Suelto una risita.
- Pues no, pero ahora si no te molesta, quiero ir a casa, no me siento bien. Era cierto, tenia mucho frío, y mi cabeza había empeorado, mi estomago dolía y la nauseas no se iban, me ve preocupado y toca mi frente, pero no se para que.
- Tienes fiebre caramelo, vamos, te llevare a un médico.
- ¿Que? No, solo necesito dormir, ayer no pude. Trato de levantarme y si lo consigo, aunque después todo se ve borroso.
- No es una opción, voy a llevarte y punto.

No puedo creer que esto me suceda a mi, todo el camino e ido vomitando por la ventanilla, se supone que no estaba enferma, pero claro se me tenía que ocurrir comer en la cafetería del instituto aunque Dinora y Máx me dijeron que no. Cuando llegamos al hospital me siento pésima y casi estoy inconsciente porque ni siquiera noto cuando Bastían me lleva en brazos hasta que ya estoy recostada en una camilla.

La habitación en la que estoy es completamente blanca y sin ningún ruido, no se cuanto tiempo a pasado pero cuando abro los ojos ya no me duele la cabeza ni el estomago y tampoco tengo nauseas, pero si me siento débil, levanto la mano y veo que tengo una vía por la cual me están suministrado suero, no llevo puesta una batita como las de los enfermos, llevo puesta mi ropa. - Caramelo, estas despierta, ¿como te sientes?. Es Bastían y acaba de entrar a mi habitación, no se ha ido.
- ¿Cuanto tiempo he estado dormida?. - Solo unas cuantas horas, iré por el médico, no te muevas. Sale y después de unos minutos vuelve con un médico chaparrito de piel morena y cabello blanco a causa de las canas.
- Kiara te presento al doctor Ibáñez, es el director del hospital y quien te atendió. ¿Director? Vaya si que estaba mal.
- Mucho gusto. Le respondo sentandome en la cama con ayuda de Bastían.
- Igualmente, su novio estaba muy preocupado por usted, tanto que no dejo que nadie que no fuera yo la atendiera. ¡Novio!, veo a Bastían, el alza los hombros y no puede borrar su sonrisa de sus labios.
- Oh, y ¿que fue lo que me pasó?.
- Una infección estomacal muy fuerte, la combatimos con antibióticos y la reidratamos con el suero, se quedo dormida por un rato por el cansancio y la debilidad, pero ahora esta bien, solo debe tomar algunos medicamentos y cuidar mas lo que come.
- ¿Ya puedo irme a casa?.
- Por su puesto deje que firme su alta y pueden irse. Se acerca y me quita la vía que tengo en el brazo para después irse.
- ¿Desde cuando somos novios?. Le pregunto a Bastían levantándome de la cama. El sonríe y pasa su mano por su cabello negro alborotado, me gusta su cabello.
- Estaba muy preocupado por ti caramelo. Eso no fue lo que le pregunte.
- ¿Tienes mi celular?. El asiente y me lo entrega, lo reviso y tengo un mensaje sin leer, es de Raúl así que lo abro inmediatamente.
- Extraña no tengo buenas noticias, iré a Maine y te lo explicaré llego a las 8 pm. ¿Raúl vendrá a Maine? ¿Que paso?, las 8 pm reviso el reloj de mi celular y falta media hora para que llegue, debo ir por el al aeropuerto.
- ¿Puedes llevarme al aeropuerto, por favor?. Le pregunto a Bastían, no entiende mi pregunta y estoy segura de que cree que la fiebre me afecto. - No estoy loca... Bueno si, pero esto es importante. El asiente y el doctor llega con mi pase de salida.

Difícil Promesa ⭐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora