Capitulo 23

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-No Damian, ni Kiara ni David pueden ver estas cartas nunca. Escucho decir a mi madre detrás de la puerta de su habitación.
- Pero Juliet, ellos tienen derecho, ¿que pasara si algún día ya no podemos protegerlos?, no sabrán la razón. Le contradice mi padre con voz suave.
- Ya veremos que hacer cuando eso suceda, por ahora ni una sola palabra, las dejare en el ático, ninguno de los dos sube para allá. Me asomo por una pequeña rendija pero el ropero tapa mi vista, soy mas baja por mi edad, pero eso no impide que vea como mi madre mete una cofre mediano al mueble junto a su cama. Ir a la recámara de mis padres por no poder dormir no sirve, funciona mas cuando me voy con David, pienso.

Me despierto de golpe por el sueño que he tenido, bueno en si no es un sueño si no un recuerdo, algo que viví cuando era mas pequeña, tal vez cuando tenia 6 o 7 años. Debo recuperar esas cartas, no creo que las hayan movido de lugar, ¿pero como le hago para que no se den cuenta que me voy?. Busco la ropa que me quite antes de darme un baño, al igual que mi pasamontañas y mi arma, tengo que volver a mi casa como sea.

Bajo las escaleras con cautela, tratando de hacer el mínimo de ruido.
- ¿Vas a salir extraña?. Me pregunta Raúl, que esta sentado en uno de los taburetes de la cocina, ¿como es que no lo vi?.
- Mmm... Si.
- ¿Puedo saber a donde?. Me pregunta levantándose, se que no me podré deshacerme de el, no tengo mas remedio que dejar que me acompañe. - En el camino te explico, ¡rápido!. Digo poniendo mis ojos el blanco.

En el ático de mi casa hay de todo, creo que mi padre subió todas las cosas de mamá aquí.
- ¿Como es exactamente lo que estamos buscando?. Pregunta Raúl con mi oso de felpa mugriento en su mano, recuerdo que no me separaba de el nunca y también que mi madre me dijo que lo había regalado a la caridad, ¡me mintió!.
- Es un cofre de madera idiota, no es muy grande, por favor busca rápido, no me gusta estar aquí. Mi voz esta llena de melancolía, solo a mi se me ocurre volver al lugar donde asesinaron a mi padre, que estúpida soy.
He revisado todas las cajas que hay cerca de mi y nada.
- ¿Como vas?. Me acerco a Raúl que esta rodeado de tiliches.
- ¿Tu que crees?. Me responde irónico. - ¿Segura que esta aquí?. No es para nada posible que lo cambiaran de lugar, nunca alguien subió aquí después de ese día.
- Si estoy segura.
- Pues no hay nada. Me levanto y doy unos paso para atrás, no me doy cuenta y me tropiezo con algo, me he golpeado mi trasero.
- ¡Extraña!, cuidado. Me ayuda a levantarme y con lo que me caí es una baúl enorme. No vemos mutuamente y me pongo de rodillas preparada para abrirlo.
- ¿Ya lo revisaste?.
- No, aparte de cajas llenas de polvo y estupideces, no he revisado otra cosa extraña.
- Si no hay nada aquí, entonces... Nos vamos. Comienzo a abrirlo y todo lo que tiene en su interior no tiene ni un gramo de polvo, hay libros, álbunes de fotos, ropa, y debajo de una prenda vieja esta el pequeño cofre de madera que ví en mi sueño. Veo a Raúl y le sonrio con suficiencia.
- Bien, bien, ya lo tienes, ahora vámonos, este lugar me da escalofríos. Estoy de acuerdo con el, así que bajamos y volvemos a la casa de Manuel.

-¡¿Donde carajos se meten ustedes dos?!, ¡¿están locos?!. Nos grita furioso Manuel cuando llegamos al salón principal.
- Si. Respondemos ambos al unísono.
- ¿Caramelo, a donde fuiste?. Pregunta Bastían un poco estrezado, pero calmado.
- Fui por esto. Le digo mostrándole el cofre.
- ¿Una cajita?. Interviene Marisol.
- ¿De donde sacaste eso Kiara?. Pregunta mi hermano.
- De casa, era de mamá, y es un cofre. Sin dar mas explicaciones subo los escalones hacia mi habitación, se que todos deben estar pensando que me he vuelto loca, pero no les diré nada hasta que pueda abrirlo.

El cofre tiene un candado pequeño, pero se ve que es resistente, no me gustaría meterle un disparo, no se lo que tiene dentro aparte de las cartas que mi madre mencionó, así que no me arriesgo. Veo la entrada del candado, es obvio que la llave también es pequeña y... Se parece a la que llevo en el cuello. Cuando me estoy quitando el dije Bastían entra a mi habitación.
- El avión esta listo para llevarte a Tennesse, pero Manuel me pidió que antes hablaras con el. Ignoro la información que me da y sigo observando la llave, rogando porque sea la que habré el candado. La introduzco en la entrada sin el menor esfuerzo, es la correcta, sonrío.
Bastían se sienta a un lado mio y también observa el cofre.
- Debe ser algo importante como para que volvieras a tu casa. Me dice.
- Tan importante, que mi madre me dio la llave antes de morir. Giro el dije ( que no es un dije en realidad) y el candado se abre, al igual que el cofre.

Dentro están las cartas que menciono mi madre, unas fotografías, de las cuales me llaman la atención las de una chica que se parece algo a mi junto con un hombre unos 2 años mayor muy atractivo y la de dos bebes varones exactamente iguales, y una pequeña cajita que tiene dentro una llave que según parece abre una puerta y un sobre con un papelito dentro con números y letras escritos en el. No era lo que esperaba.
- No lo entiendo. Digo en un susurro. - ¿Que es esto?.
- Tal vez al leer las cartas encuentras alguna respuesta, caramelo. Me anima Bastían, y después me da un beso en la frente para irse.

Una de las cartas es de mi madre a quien según yo es mi tío, Franco Varcelli.

29 de julio 2009

Querido hermano:

Agradezco que guardes mi secreto ahora que ya lo sabes, me es muy reconfortante saber que cuento contigo.

Por mi creación, no te preocupes, somos pocas las personas que lo sabemos, y son de mi absoluta confianza, no estoy en peligro, pero gracias a ese invento ahora soy otra y me complace informarte que soy feliz con mi esposo.

Te quiere y extraña
Tu hermana: Juliet Varcelli.

¿De que secreto habla mi mama? ¿A que creación de refiere?. Todo es tan confuso. Tomo una de las cartas que Franco le envío a mi madre y la leo. Parece que es la respuesta de la que leí.

3 de Junio de 2009

Julee:

A mi me alegra que tuvieras la confianza de contarme algo tan... revelador, pero concuerdo con tu marido, tus hijos tienen todo el derecho de saberlo y tu la obligación de contárselos.

Por favor no descartes esa posibilidad, piénsalo, como también el hablarles de mi, me encantaría que mis sobrinos me conocieran y yo a ellos.

Extrañandote
Franco Varcelli

Ellos tenían una buena relación, entonces ¿porque nunca nos habló de el?. Debo hacerle una visita a mi tío Franco.

- Llevamos mucho tiempo tratando de encontrar la contraseña y abrir el archivo, ningún informático lo ha logrado. Dice Manuel frustrado al chico de lentes sentado frente al monitor de la computadora que tiene conectada la USB que robe. En eso una idea poco probable viene a mi mente, tal vez los números y letras que mi madre tenía son la contraseña y la creación de la que habla sea la droga auditiva.

¿Es posible que mi madre hiciera algo así?

Difícil Promesa ⭐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora