Capitulo 45

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Hemos cambiado tanto de trenes que ya hasta perdí la cuenta de cuantos he abordado en 3 días y medio, ahora estamos haciendo el cambio a nuestro ultimo tren, después de eso ya estaremos en Maine, y debo confesar que nunca en mi vida había sentido tantos nervios.

Mientras esperamos a que el tren comience a avanzar, Alex y Mar van al oxxo para comprar algo de comida, Fer decide quedarse dentro, ya que aquí si se siente mucho el frío, yo bajo y comienzo a deambular por las calles y me encuentro con una floreria, no me gustan mucho las flores pero unas que están fuera llaman mi atención, tienen un color azul muy hermoso.
- Nomeolvides. Dice una voz dulce detrás de mi.
- ¿Perdón?. Pregunto desconcertada.
- La flor, ese es su nombre, nomeolvides, son muy hermosas, sobre todo el color. Dice la chica con corte de chico y cabello naranja, nunca había visto a alguien como ella.
- Son muy... bonitas. Comento distraída.
- Vez la belleza en la rareza. ¿Quien se cree esta chica?, ¿poeta?.
- Supongo, ¿podria... tomar una?. Espero que no quiera que la pague, deje el dinero que me dio Mar en el tren.
- Claro, debes regalarla a alguien que le haga honor a su nombre. La chica entra a la floreria y yo tomo la flor, saco un libro de mi mochila y la pongo en el medio, cuando vuelvo el tren esta por irse, así que llego a tiempo.

- Enana. Siento que Alex me sacude en mi asiento, me quedé dormida, y espero que sea importante porque si no lo voy a golpear, abro los ojos y lo veo. - Te vez tierna cuando duermes, pero ya llegamos a Maine. En cuanto dice eso me levanto y me pongo mi chaqueta negra que combina con mis botas y resalta mi suéter azul.
- ¿Alguien puede decirme la hora?. Pregunto cuando ya estamos fuera de la estación, aquí ya esta empezando a nevar, las aseras están cubiertas de una fina capa de nieve, al igual que los techos de las casas y edificios, en los cristales de las tiendas se ven adornos navideños, se ve muy hermoso.
- Nueve en punto. Me responde Fer.
- Perfecto, muevan su trasero.
- ¿A dónde vamos?. Dicen todos al unisono.
- Voy a llevarte con tu hermano, con el estarás seguro para terminar la parte del plan que te toca. Hablo mientras camino y ellos están detrás de mi.

Después de unos 45 min llegamos a casa de Ismael, sigue siendo igual que cuando lo visite hace unos meses para preguntar acerca del medallón, toco la puerta y me encuentro con el chico flacucho y rubio de ojos color avellana, Ismael.
- No es cierto, debo dejar el alcohol. Dice asombrado e incrédulo.
- Deja de decir estupideces y abre la maldita puerta. Entro de golpe e Ismael aun no cree lo que ve.
- Te prometí que lo traería de vuelta. Fer se acerca a Ismael y lo abraza, 3 años sin verse, me alegra saber que yo fuí quien los reunió de nuevo.
- Aquí tienen la tarjeta de crédito, cuando saquen el dinero deben destruirla, hay suficiente para que vivan bien mientras todo se calma. Interrumpe Mar y le tiende el pedazo de plástico a Fernando.
- Vete con toda tu familia Fer, busca un lugar seguro y termina con el plan. El se acerca a mi y me da un abrazo, cosa que no me esperaba.
- Gracias por regresarme a mi familia, nunca lo voy a olvidar y espero volver a verte Kiara. Solamente asiento porque no se que decir, rápidamente nos despedimos de todos y salimos de su casa.
- Ok, primera parada, listo, ¿que sigue?. La parte a la que no quería llegar, después de casi dos meses, volveré a ver a mis amigos y a Bastían.
- Al Instituto Alex, es tu turno de ver a tu familia.

Llegamos al Instituto durante el descanso, que es lo que yo tenía en mente.
- ¿Como vamos a encontrar a mi hermano entre tanta gente enana?.
- Es la hora del descanso Alex, tu hermano siempre esta en su casillero a esta hora porque se deshace de los libros que ya no necesita, vamos. Nos encaminamos a los pasillos en donde se encuentran los casilleros, donde se encuentra el de Bastían para ser exactos.
Cuando estamos a unos metros me paro en seco porque no puedo creer lo que veo, ahí están todos, Máx como siempre impecable, Dinora con sus típicos colores fluorescentes abrazada a Raúl que tiene una sonrisa del color de la nieve, Joseph con su atuendo de chico malo reclinado en los casilleros y mi sexy novio besándose con la estúpida de Sabrina, en ese momento sentí como algo se quebró en mi, me encantaría que hubiera sido un hueso, pero no, simple y sencillamente fue mi corazón. Joseph le da un golpe en el hombro a Bastían que se gira para verme, sus ojos grises me consumen, su mirada nunca había sido tan intensa cuando era dirigida a mi, nunca me veía con odio.
- Ya cumplí, te traje Alex, el es tu hermano. Hasta yo me sorprendo de que mi voz no se haya quebrado.
- ¿No vienes?. Pregunta esperanzado, yo vuelvo a mirar a mis amigos y muy a mi pesar me doy cuenta de que los perdí a todos, pero aun así les sonrió tristemente.
- No, ya no pertenezco aquí. Busco en mi mochila el libro, de el saco una flor de un azul extraño. - Toma, entregársela por mi, la flor se llama nomeolvides. Vuelvo a colgar mi mochila en el hombro, le doy un apretón en el brazo a Mar y me giro para irme.

Tengo tantas ganas de llorar, pero no lo haré, al menos no aquí, simplemente me alejaré mientras todo se va a la mierda.
Ahora entiendo porque siempre me dieron miedo las personas que son capaces de hacerme feliz, eso les otorga la capacidad de hacerme doblemente triste en el momento en que se van, aunque claro, yo y solo yo soy la responsable de esto, me fui para que no les hicieran daño, y no me arrepiento, sin dudarlo volvería a hacerlo, además le regrese algo que el ama, su hermano y estoy tranquila porque cumplí otra promesa.

Difícil Promesa ⭐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora