Capitulo 7

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El señor director fue tan amable de darme la información necesaria para poder llegar al edificio en donde se encuentra el apartamento que sera mi nuevo hogar, en el hay otros estudiantes que también obtuvieron el beneficio de la beca, así que tendré vecinos.

El edificio no esta nada mal, no es ni muy grande ni muy pequeño, pasando las puertas dobles de cristal que están a la entrada me encuentro con una señorita con bastante lápiz labial que supongo es la recepcionista, me acerco a ella y tratando de ser lo mas amable que se puede ser en la madruga (porque a esa hora llegue a Maine) le pregunto.
- ¿Podría decirme cual es mi departamento, por favor?. Me inspecciona de arriba abajo.
- ¿Cual es tu nombre?.
- Kiara Bratcher. Comienza a buscar en su ordenador, da unos cuanto clics y asiente.
- Oh, si te transfirieron de Wisconsin, tu departamento esta en el séptimo piso, numero 512. Me tiende la llave del departamento. - Los elevadores están a la izquierda, bienvenida.
- Gracias. Arrastro mis dos maletas de tamaño considerable dentro de los elevadores y marco el piso 7.

El departamento es bonito, tiene una sala pequeña, cocina-comedor, un baño y una recamara, todo es en colores cremas y cafés, y lo que mas me gusta es que mi recamara tiene una enorme ventana en donde se ve la nueva ciudad, debo reconocer que no esta nada mal. Tomo una ducha y de inmediato me voy a dormir, aun no ha llegado el correo en el que me avisan que puedo comenzar clases, además llegue en Sábado.

Después de tomar una ducha por la mañana reviso mi correo electrónico, y tengo un mensaje de mi antiguo director:

Señorita Bratcher:

Solo para informarle que su nuevo director de instituto el Prof. Mendez, a aceptado que usted comience el curso mañana día lunes, pidiéndole de la manera más atenta que en cuanto llegue se presente a su oficina para darle algunas indicaciones, sin nada mas que desearle mucha suerte, me despido.

Prof. Rodriguez

Bien eso es bueno, mientras mas rápido me ocupe en algo mejor, quiero desayunar pero no he ido a comprar nada así que saldré a una cafetería, después tal vez pueda llamar a David para avisarle que estoy bien.

- ¡Hola!, tu eres nueva ¿cierto?. Me pregunta una chica con el cabello rizado y color castaño, con un vestido que parece que un millón de flores le exploto encima.
- Si. Hasta yo misma me sorprendo de lo seca que soné.
- Oh, bien, yo también soy nueva, bueno casi, llegue la semana pasada, mi nombre es Dinora. Me tiende su mano para saludarme y yo hago lo mismo.
- Soy Kiara, espero no te importe pero tengo hambre y...
- ¡Fantástico! Yo tampoco he desayunado, vamos apuesto que no tienes ni idea de en donde hay una cafetería decente, yo te llevare a una, te encantará, yo amo sus donas rellenas. Joder, esta chica habla mucho, pero debo admitir que tiene razón, no tengo ni idea de en donde puedo desayunar aquí y tal vez si mi paciencia no me falla puedo convencerla de que me acompañe a un supermercado.

Mientras llegábamos a la cafetería, Dinora me pregunto a que instituto me transfirieron, y resulta que estaré con ella, espero que en otro grupo, habla como 1000 palabras por minuto, siempre se está riendo, y es muy efusiva. La cafetería se llama "Bagel Central" , tiene unas ventanas enormes con decoraciones rosa fiusha por fuera y por dentro, las sillas y mesas son de metal y madera, hay algunas macetas a juego y en cada mesa hay un cervilletero, azúcar, leche en polvo y otras cosas.
- Normalmente, desayuno aquí los fines de semana, cuando no lo hago en casa. Dice Dinora, viendo el menú.
- ¿Porque no desayunas en la escuela?. Le pregunto haciendo lo mismo.
- La comida es un asco. ¿Puedo preguntarte algo?. Vaya, no llevamos ni 30 min de conocernos y ya quiere interrogarme.
- ¿Puedo pedir su orden?. Pregunta una rubia con un delantal rosita, muy educadamente.
- Claro, yo quiero dos donas rellenas de mermelada y un expreso por favor. Le dice Dinora.
- Yo... Dos donas con chocolate y... Un Capuchino con crema, por favor. Tengo tanta hambre que incluso cuando pido mi orden la boca se me hace agua. La mesera se va y observo que Dinora no me quita la mirada de encima.
- ¿Entonces...?. Me pregunta.
- ¿Entonces? Que.
- ¿Puedo hacerte la pregunta?. Pues ya que.
- Oh, supongo.
- Genial, no te ofendas pero ¿siempre vistes así, o es solo porque no pensabas salir a la calle?. Miro mis jeans y mi playera vieja color negro, bueno de hecho todo lo que llevo es negro siempre, que ella sea una flor primaveral no quiere decir que yo igual.
- No... Siempre visto así, creo que una ropa bonita y maquillaje esconde lo que en realidad eres, no te ofendas pero eso es lo que creo. No es la primera persona que me hace esa pregunta, así que ya no me molesta.
- Ya veo, cada quien tiene su opinión y la respeto, es genial tener una amiga frick. ¿Amiga? ¿Frik? Yo no soy frik.
- ¿Amiga?. Pregunto probando la palabra, realmente hace mucho que no tengo amigas, siempre me he relacionado mas con hombres, de hecho me llevo mejor con ellos, pero bueno tal vez pueda tener una aquí.
- Amiga. Afirma Dinora comenzando a comer las donas que la mesera rubia ha traído.

Después de desayunar, Dinora acepto acompañarme a un supermercado y compre suficiente comida para toda la semana, debo llamar a David, tal vez este preocupado.
- Hola hermano. Le digo por teléfono cuando responde mi llamada.
- ¡Hey! Kiara ¿como estas? ¿Ya llegaste? ¿Porque llamas hasta ahora?. Bien, si estaba preocupado.
- Tranquilo, estoy bien, si ya llegue, y llame hasta ahora porque llegue aquí en la madrugada, estaba cansada y decidí dormir, y hoy en la mañana no pude porque salí a desayunar y a comprar comida. ¿Eso responde a tus preguntas?. Noto que sonríe por la línea, maldita sea como quisiera abrazarlo, no llevo ni un día alejada de el y ya lo extraño.
- Si, si lo hace.
- ¿Como esta todo por halla?.
- Bien, de hecho, Raúl acaba de llegar, y creo que se dio cuenta que estoy hablando contigo porque esta implorandome que le de el celular. Río por lo que dice.
- Vamos, no seas malo, yo también quiero hablar con el.
- De acuerdo, te lo paso.
- Hola idiota. Le digo a Raúl, cuando se que a tomado mi llamada.
- Extraña, gusto escucharte. Me responde y se que esta sonriendo.
- Eso es genial, quiere decir que mi suerte a mejorado.
- ¿Porque lo dices? .
- Porque estoy hablando con un negro con suerte que además es un idiota.
- Bien eso me ha dolido.
- Oh vamos, tu mismo lo has dicho, no seas bebe, ¿que ha pasado con Royer?.
- Sigue buscándote, sabe que ya no estas en Wisconsin, cuando se entero se puso hecho una furia. Mierda.
- ¿Cómo lo saben? .
- Carlos y Marisol aceptaron ir de infiltrados, es una manera de saber todo lo que Royer decide hacer. Cielos, nunca creí que ellos harían algo así por mi, solo espero que no les hagan nada.
- Bien, ¿David lo sabe?.
- No se lo he dicho, creí que seria buena idea decírtelo primero a ti y después...
- No se lo digas, no quiero que se entere de nada, solo asegúrate de que tanto el como Damian estén seguros. Lo interrumpo.
- Cuenta con ello extraña, cuídate.
- Siempre, adiós.

Tengo que mantener al margen a mi "familia", no puedo dejar que se involucren, seria como si firmaran su sentencia de muerte, no voy a condenarlos a una vida que yo escojí, fue mi decisión y yo misma debo aceptar las consecuencias.


Difícil Promesa ⭐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora