Capitulo 34

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Todo hubiera sido perfecto ayer, pero claro, las pocas horas que tenia para dormir estuvieron llenas de malditas pesadillas, y después por la tarde cuando intente volver a dormir, mi preciada amiga termino tocando mi puerta desesperada por noticias acerca de mi cita con mi novio, y cuando por fin se fue la noche llego, al igual que las pesadillas una vez más.

- ¿Iras así a la escuela?. Me pregunta Dinora mientras caminamos hacia el ascensor para llegar al estacionamiento.
- Si. Digo con determinación.
- Pero... Ahora tienes novio, tienes que arreglar tu aspecto. ¿Es enserio?, esto es estúpido.
- Si, tengo novio, que esta conmigo por como soy, no necesito una asesora de imágenes, gracias. O me levanto temprano o de buen humor, no puedo con todo.

- Buenos días chicas, espero que no te importe Dinora pero me gustaría llevar a mi chica a la escuela. Esto si que mejora mi día, Bastían esta aquí.
- Por su puesto que no, disculpa su aspecto, prácticamente tuve que sacarla de la cama. Eso es mentira, cuando llego por mi ya estaba lista, pongo los ojos en blanco pero me ahorro cualquier comentario.
- Pues para haber pasado eso, esta perfecta, como siempre. Sus halagos me hacen que le regale una sonrisa.
- Nos vemos en la escuela Dino. Me despido de mi amiga y me subo al auto cuando mi apuesto novio me abre la puerta, ¡si novio!, ni yo misma me lo creo pero así es.

- Me va a fascinar ver la reacción de todos cuando nos vean juntos, aunque claro, mas de unos que de otros. ¡Joder! No había pensado en eso, ahora toda la escuela nos vera y hablara de nosotros, por mi esta bien, pero Bastían.
- ¿No te importa que te vean con migo?. Se me queda mirando y frunce el ceño, baja del auto y se acerca a la puerta de mi lado, la abre y me ayuda a bajar. Se acerca a mi y me besa, todos los alumnos están en el estacionamiento, así que todos vieron nuestra muestra de afecto.
- No quiero, nunca, que pienses eso, porque no hay nada en este mundo que ame mas que estar contigo, y que todos se enteren de que tu eres mi chica.
- ¿Tu chica?, en ese caso tu eres mi chico y no te pienso compartir con nadie, ni siquiera con la señorita desabrida. Le digo en susurro cuando distingo a Sabrina acercándose y no se ve muy contenta que digamos.
- Esto es un muy mal chiste, por favor, ¿tu con esta...?.
- Te recomiendo que no termines tu oración, si no quieres terminar en el hospital. No pienso dejar que me insulte.
- No es ninguna broma Sabrina, Kiara es mi novia. Sus palabras hacen que me sienta segura y feliz. El timbre suena y es hora de ir a clase así que entramos, los lunes nuestro horario es pesado, tenemos Química, Álgebra, Historia y Orientación vocacional, no se como sobreviviré con tanto sueño, debo encontrar una manera de arreglarlo.

- ¿Como harán el trabajo del profesor Félix?. Pregunta Raúl cuando se sienta en la mesa de la cafetería con su burrito de carne, es increíble que siga vivo.
- Ese es el problema ¡ese es el maldito problema!, ni siquiera me hablo con la estúpida de Sabrina y ahora debo hacer este trabajo con ella. Cierto, pobre de mi amiga, con el profesor Félix tomamos la clase de Orientación Vocacional y el tema de hoy es conocer a todas las personas de nuestro alrededor, con el fin de lograr que exista una convivencia entre nosotros, tengo suerte de que mi pareja en este trabajo sea de nuevo Bastían.
- Tranquila Dino, todo saldrá bien, solo ten paciencia. No puedo evitar la risa, así que se me escapa un poco, me imagino a Sabrina y a Dinora trabajando juntas.
- Si ella termina decapitada te culpare a ti. Me lanza una mirada asesina y masacra con el tenedor su ensalada.
- Pues yo tengo tiempo después de clases Raúl. Dice Máx, su pareja es Raúl.
- Me parece bien.
- Bueno, solo no hagan planes para hoy por la noche. Avisa Bastían. Me volteo a verlo tratando de saber porque. - Hoy tengo carrera caramelo, y me gustaría que todos me acompañaran.
- ¡Estupendo!, podre estrenar mi motocicleta. Exclama Raúl emocionado ¿desde cuando tiene una motocicleta?.
- ¿Carreras?. Pregunta Dinora asombrada dejando olvidado su enojo, es muy fácil de distraer. Y no se porque este pensamiento me recuerda que de las clases que falte cuando estuve "enferma", me falta entregar un trabajo, la profesora Ming siempre esta en su salón en hora de descanso.
- Expliqiuenselo, yo debo entregar un trabajo, nos vemos en el salón. Digo esto levantándome.
- ¿Te acompaño caramelo?. En sus palabras distingo una promesa oscura, así que no creo que sea una buena idea. Me inclino y deposito un beso tierno en sus labios.
- No gracias. Y sigo mi camino.

La profesora Ming me ha felicitado por mi trabajo, dijo que había sido el más bueno de la clase, así que llevo mis hojas a mi casillero, por si me lo pide luego. Cuando voy caminando hacia el salón de clases alguien me sostiene el brazo muy fuerte, me giro para ver quien es.
- ¡Suéltame!. Le grito a Aldo, pero no me hace caso, sino que usa mas de su fuerza y me lanza de espaldas a los casilleros, después me sostiene los hombros para impedir que me mueva, ¡pesa mucho!.
- ¿Es cierto lo que se escucha por los pasillos?. ¿Que? ¿A este chico que rayos le sucede?. - Tu y MacMahon están juntos. Escupe las palabras con odio.
- No tengo porque darte explicaciones, ¡suéltame!. Pronuncio cada palabra con mucho cuidado para ver si así me capta, es mi segunda advertencia la próxima no respondo.
- Nadie me humilla asi ¡¿entiendes?!.
- ¡Suéltame!. Vuelvo a gritarle esta vez más alto, y el me sostiene con mucha más fuerza, con mi mano derecha sostengo sus muñecas, giro mis caderas hasta quedar de lado y con mi codo le doy en la cara, en su ojo para ser exactos. - ¡Ni se te ocurra volver a hacerme algo así!. Me alejo casi corriendo escuchando como maldice, pero después ya no se lo que pasa porque el timbre suena y todos los alumnos vuelven a su aula designada.

Llego agitada, ya que corrí al edificio vecino lo mas rápido que pude, por suerte el maestro no ha llegado.
- Si que te gusta esta clase. Me dice Raúl, es el primero que se da cuenta que ya estoy aquí, ya que estaba en la entrada.
- Acabo... Acabo de golpear a alguien. Digo casi sin aliento.
- ¿Que?. Pregunta abandonando su postura despreocupada.
- Le advertí que me soltara, y no lo hizo yo...
- ¿A quien le advertiste que te soltara?. Pregunta Bastían cuando se acerca a nosotros, pero en ese momento entra el subdirector.
- Jóvenes, tendremos una junta en este momento, y ya no podremos seguir con las clases, pueden irse a sus casas, que tengan buen día. Muy apropiado, pienso. Todos comienzan a salir, y solo se queda Dinora, Máx, Raúl, Bastían y yo.
- ¿Y bien?. Mierda ¿ahora que le digo?.
- Mmm...
- ¿Fue ese imbécil cierto?. Al ver que no respondo en sus ojos puedo ver que esta mucho más que molesto, la próxima vez debo mantener mi boca cerrada. Sale hecho una furia y todos detrás de él. Encontramos a Aldo en su casillero, hoy no es su día.
- ¡Vuelves a ponerle una mano encima a Kiara y te juro que te mato!. Lo sostiene por la camisa y puedo ver que el golpe que le di le ha dejado un gran hematoma en el ojo.
- Creo que ella sabe defenderse sola, pero ya se lo dije y te lo repito, esto no se va a quedar asi. Dice calmado pero lleno de rabia.
- Bastían, ya, te meterás en problemas, por favor vamonos. Sigue sosteniendo a Aldo pegado a los casillero pero ahora me esta viendo a mi. - Por favor. Le suplico, intentando sonar preocupada lo cual no es un problema porque si lo estoy, no quiero que se pelee.
- Sabes que yo no amenazo Silva. Le advierte a Aldo soltandolo, después toma mi mano y salimos del instituto.

Difícil Promesa ⭐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora