Capitulo 40

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Hace mucho frío, ya debe ser de noche, al estúpido de Aldo ni siquiera se le ha ocurrido traerme un maldito vaso de agua, y en este mismo momento estoy odiando a Dinora por hacerme poner este estúpido atuendo, y además creo que tendrán que amputarme las muñecas, ya no las soporto, cada que las muevo me duelen.

Cuando abro los ojos por lo pequeños poros del saco en mi cabeza veo luz, así que supongo que ya es de día, pero tengo frío, y me siento peor que ayer.
- Buenos días, te tengo buenas noticias, ya te tuve aquí 4 días, los mismos en los que te estuve insistiendo y tu me mandaste al carajo, ahora voy a darte el mensaje por el que te robe. Me quita el saco y la mordaza, si no estuviera atada yo misma lo mato. - Te investigue, y ahora se hasta tus mas oscuros secretos, por esa razón, te conseguí un lugar en la organización mas importante de todas, los detalles se te darán después en el grupo al cual perteneces, por ahora aquí esta lo que te distingue. Me pone en le cuello un medallón igual al que le quite a Ismael, esa estúpida organización es posiblemente la responsable de que mi madre se haya ido, al igual que Fernando, y Alexander, ¡y ahora soy parte de ella!.
- Esperó que tengas suerte y te encuentren antes de que mueras. Le hable de ti al jefe y parece que esta muy emocionado de verte. Y en cuanto a mi, lamento decirte esto pero... hoy es el ultimo día que nos vemos. Suelto una risita, como se nota que no conoce a Bastian, va encontrarlo y cuando lo haga sufrirá las consecuencias.
- Creeme, yo misma voy a acabar contigo, lenta y dolorosamente. El muy idiota hablo un largo rato, tanto que me dio tiempo de examinar todo lo que hay a mi alrededor, en una me de enfrente hay unas tijeras con las que se apoda el césped, si las alcanzo podre romper las cuerdas con las que estoy atada.
- Pues eso no podrá ser ahora, estas tan indefensa en este momento, debes sentirte pésima. Se pone detrás de mi, su cercanía me da escalofríos, en un rápido movimiento me levanto y me lanzó hacia tras chocando a Aldo con un monto de cajas viejas y eso rompió la silla, me arrastro hasta la mesa y tiro las tijeras, pero Aldo se levanta y no muy feliz.
- Te voy a matar maldita zorra. Me apresuro a soltarme las muñecas, duele, mucho, pero lo ignoro, y cuando se acerca le estampo las tijeras en la cara, después me desató los tobillos y no lo pienso salgo corriendo.

Estoy en medio de la nada, un bosque, pero ni idea de si me sacaron de Maine, tengo que esconderme, no he comido nada, estoy débil, no llegare muy lejos corriendo. Observa Kiara, algún lugar seguro, pero piensa rápido, ¡te están persiguiendo!. ¡Un árbol!, escalo hasta estar a una altura donde las ramas me tapan.
- Maldita zorra, no pienso irme sin darte una lección. Vamos Aldo, sólo largate, dudo que alguien me encuentre aquí, piso una rama suelta y se cae, ¡odio mi maldita suerte!.
- Ahí estas. Saca un arma de su pantalón y dispara hacia donde estoy, para esquivarlo me lanzo al suelo, suerte que había un montón de hojas secas y eso evito que quedara aplastada como un bicho. - Eres una persona muy altanera, y te pude haber tratado como a nadie, pero preferiste a Bastían. Me toma del cuello y me levanta para después recargarme en el tronco del árbol de donde me lance. No quiero pelear ahora, estoy cansada, solo quiero dormir, pero tampoco voy a dejar que este imbécil me golpe después de que me tuvo amarrada por 4 días. Le golpeó en su parte débil con mi rodilla, así me suelta y puedo respirar.
- Primero, nunca te dije que te me acercaras, tu fuiste el idiota que insistía, odio que insistan. Iba a correr de nuevo pero escucho voces a lo lejos, el me da un puñetazo, ¿siempre me tengo que distraer?, después se va corriendo.
- Ahí hay alguien Bastían. ¡Es Joseph!, como me alegra escuchar su voz, me quito el medallón del cuello, y lo guardo en el bolsillo de mis short, no quiero que lo vean ahora, después voy a explicarles.
- ¡Kiara!. Bastían corre hacia mi, traía un arma en sus manos pero la guarda rápidamente, yo me quedo en donde estoy, creo que me quede en shok.
- ¿Estas bien?, ¿que estas haciendo aquí?. Me examina y ve mis muñecas, hace un gesto de dolor, creeme a mi me duelen mas.
- Solo sacame de aquí. Bastían le hace una señal a Joseph quien se lleva a varios hombres, supongo que a revisar el lugar, después me toma en brazos.

- ¿Como esta Raúl?. Estoy dentro de una camioneta, Bastían esta junto a mi en los asientos traseros, me dio agua, y esta muy rica.
- Bien, solo fue un rozón, ¿y tu?.
- Ahora estoy bien.
- ¿Siempre estuviste ahí?.
- No, estaba en una cabaña, me tenían atada, pero... me escape, me siguió y estuvimos... peleando, escucho que estaban cerca y se fue. Su expresión se pone dura, y sus manos se convierten en puños.
- ¿Viste quien fue?.
- Si, fue... Aldo. Veo que no se sorprende, pero si se molesta aun más.
- Me dijo que podía hacerte daño, me lo advirtió, y yo no...
- No fue tu culpa, esto iba a suceder tarde o temprano, le dieron ordenes, el las siguió, y mira que le fueron muy oportunas. Lo interrumpo de golpe, no pienso dejar que se culpe.
- ¿Porque siento que tu sabes algo?. Saco el medallón del bolsillo y se lo doy.
- Tenia razón, una organización controla a todas, ese medallón, es como un símbolo que los distingue, toman a las personas mas peligrosas de cada organización, solo para hacerse más poderosos.
- Si, lose, mi padre me lo confirmo, cuando me dijiste lo que sospechabas se lo pregunte, ¿a quien le robaste este medallón?. Esta es la parte que no le va a gustar.
- A nadie, Aldo pertenece a esa organizacion, el medallon me lo dio, porque le hablo de mi a su jefe y quiere que forme parte de todo esto, las ordenes que tenia eran raptarme solo para darmelo, pero el se aprovecho.
- ¿Piensas aceptar esa oferta caramelo?. Ese es el asunto en cuestión, con esto puedo encontrar al asesino de mi madre y terminar lo que comencé, también puedo traer de regreso a Fernando el hermano de Ismael, e incluso a Alexander, pero... ¿podria dejar a Bastían, a mis amigos por cumplir con la promesa que hice?.

Difícil Promesa ⭐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora