la espera

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La espera

Un año, un año de casados y el lo olvidaba. Se sentía furiosa, en su mente recreaba la escena de que si lo tuviera en frente lo estaría estrangulando en ese mismo instante. No aun peor lo estaría ofreciendo como sacrificio a su abuelo.

Pero no el no estaba allí. Las ganas de matarlo aumentaban. Su primer aniversario y el se olvidaba. Ella lo había imaginado todo en aquella semana. El la despertaría con un desayuno increíble, se unirían en cuerpo y alma luego de desayunar declarándose mutuamente su amor, como lo habían hecho la noche anterior, luego irían por el pueblo, alguna cena romántica por la noche, obviamente que no iban a almorzar y mas tarde la dichosa cama los debía de esperar.

No, sus ilusiones se fueron por la borda al despertarse envuelta en las sabanas y notar que el no estaba a su lado. Primero imagino que debería de estar en la cocina para su desayuno especial, pasaron los minutos y ni un rastro de el por la puerta. Se sentó en la cama y todo a su alrededor se tambaleo la lengua áspera y algo subiendo por su garganta le advertían que algo no estaba bien.

Salió disparada de la cama completamente desnuda hacia el baño, para meter la cabeza dentro del inodoro y sacar aquello que la asqueaba. Diez minutos estuvo así, con su cabeza metida en un hoyo y lagrimas en sus mejillas por la fuerza que hacia al sacar eso de su interior. Se sorprendió cuando vio la hora al darse cuenta de que y del tiempo que había pasado en el baño. Busco las cosas necesarias para bañarse y volvió al baño.

Se miro al espejo, acomodándose la ropa y por alguna razón se sintió demasiado extraña, no le dio importancia ya que al ver la hora y notar que era el mediodía se enfureció, ¿Dónde se había metido el estúpido de su marido?

La gran casa vacía, su humor se volvió oscuro luego de haberla inspeccionado de arriba abajo. Salió del hogar con rumbo a la casa de alguno de sus amigos,- el debería estar por ahí- se dijo –cuando lo vea me va a oír- murmuro.

Fue casa por casa de sus amigos sorprendidos de que ella estuviera allí, pero ningún rastro del estúpido de su marido. Busco en la casa de su hermano, este cuando la vio la mandíbula desencajo.

-¿Qué haces aquí?- le pregunto el

-buscando a tu amigo- soltó ella con algo de veneno. -¿está aquí?-

-no, no lo está- niega con la cabeza. Ella murmuro algo apretando los dientes, el pudo jurar de que escucho un plan de asesinato. ¿Por qué su hermana estaba enojada? No lo sabía. Solo tomo un instante en que el rostro de la mujer se desencajo, -¿estas bien?- pregunto el.

Ella lo empujo haciéndolo a un lado corriendo hacia el interior de la casa. El se sorprendió por la fuerza, ella ya era fuerte de por si pero ahora tenia mas fuerza de lo normal. Entro a la casa buscándola, no tardo demasiado ya que escuchaba los llorosos de su hermana en el baño. La encontró con la cabeza metida en el inodoro sosteniéndose su largo cabello castaño rojizo soltando lo que tenia su estomago.

-Akari-la llamo.

-no te preocupes- dijo ella levantándose del suelo –es como cuando era niña- le limpio la boca –ya estoy bien- sonrió.

El se acordaba de aquella época, puede que no vivieran en la misma casa pero se acordaba de pasar algún que otro fin de semana al lado de su pequeña hermana en el baño, mientras le hacía compañía mientras ella vomitaba. Cuando eso pasaba era que algo horrozo pasaba. Pero el comprendía de que cuando ellos eran pequeños su hermana no podía controlar su condición de tocada, pero ahora ella ya era una mujer eso ya no era un problema.

-mejor me voy- sonríe –de seguro ya volvió a la casa- al verle a los ojos descubrió que no había nada bueno tras ellos. –Nos vemos hermano- le dijo pasando por su lado, el estaba estático al verla así, tan altibajos en su humor.

Ghost Hunt #WOWAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora