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chapter twelve

chapter twelve

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Dean's POV

No sé cómo es que lo hice, pero logré entrar por la ventana de la habitación de Stiles. Ya es de día pero parece que él no piensa levantarse y prometió que iríamos juntos a su entrenamiento matutino de lacrosse para que viera lo bueno que era, así que vine, timbré en la puerta de su casa pero nadie me abrió. Como no vi la patrulla, supuse que el sheriff Stilinski estaba en su trabajo, por lo que no vi riesgo en trepar hasta la habitación de Stiles.

En cuanto veo la habitación, viene a mi mente la primera vez que estuve aquí: el día que le confesé a Stiles todo.

No puedo creer que estoy aquí.

Estoy tan nervioso porque Stiles no parece querer dejar de escudriñarme mientras trato de quitarme el sudor de las manos, respirando con dificultad y calmando los latidos de mi corazón antes de que este salga disparado de mi pecho.

Yo no soy así. No puedo entender cómo es que un chico me tiene así, tan nervioso, cuando me he enfrentado a una infinidad de monstruos y he estado con muchas chicas. Pero la respuesta la tengo en esos ojos vivaces, esas gruesas cejas, la curva de su nariz y los voluminosos labios de Stiles. ¡Oh maldición! ¡estoy jodido!

— Y bien, ¿qué es lo que pasa? ¿De qué querías hablar conmigo?— su voz me hace salir de mis cavilaciones aunque no estoy seguro que verlo a los ojos sea la solución a mi nerviosismo.

— Bueno, yo quería decirte que nos iremos— comencé a decirle algo que tarde o temprano se iba a enterar aunque Sandra no quería que se lo dijéramos a nadie, pero es que no podía decirle tan directo lo que en verdad me trajo aquí.

— ¿Iremos? ¿quiénes?

— Sandra, Zayn y yo.

Eso hizo que Stiles cambiara su posición, a una tensa. Sus ojos se entristecieron, al mismo tiempo que reflejaban preocupación.

— Sandra no está bien, eso lo sé, pero ¿por qué irse? ¡Ya no podré verla!

Eso me hizo rabiar. ¿Es que acaso aún no olvidaba a mi hermana? De seguro aún está enamorado de ella.

— No sabía que tus sentimientos por ella aún seguían intactos— le mencioné sin poder evitar escucharme celoso, aunque Stiles no pareció notarlo.

— Derek me mataría si te escucha decir eso.

— ¿Entonces la sigues amando?— me atreví a preguntar, esta vez, cuidando mi tono de voz.

— ¿Y quién no lo hace?— preguntó de regreso Stiles, un poco a la defensiva.

Resoplé.

— En realidad no vine a hablar de ella— le dije entre dientes y eso provocó una mirada de curiosidad en Stiles.

— ¿Ah no? ¿Entonces de quién más?

Corriendo con lobosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora