Corriendo con lobos

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chapter thirty one

Hablar con Dean es algo que he necesitado desde hace mucho tiempo así que su invitación a comer la acepté con gusto y cancelé mis planes con Kyle. Eso lo desconcertó pero no dijo nada al respecto.

El mesero me ha guiado a una zona completamente vacía de comensales; tan solo está mi hermano tomando de un vaso algo que parece whiskey así que sé que esto es algo serio. Dean no suele beber a menos que esté demasiado estresado o no sabe qué hacer para enfrentar una mala situación.

Se levanta en cuanto llego y abre mi silla antes que el mesero. Pido un vaso de agua y por fin estamos solos.

— Creo que estás un poco nerviosa. ¿Pasó algo?

Él siempre se da cuenta de lo que pasa sin necesidad de decirlo así que asiento y me presta más atención.

— Me encontré con un hombre que dijo llamarse Deucalion y es alguien que ya me conocía pero yo no lo recuerdo en absoluto.

— ¿Deucalion? Estoy seguro que ese nombre me suena de algún lado— agregó mi hermano en tanto el mesero dejaba mi vaso de agua y una carta del menú—. ¿Y qué fue lo que te dijo que te tiene así?

— Lo que me puso así fue que aseguró que yo tenía a otra persona en mi vida, distinta a Kyle, y eso hizo que tuviera recuerdos...

Llevo mis manos a mis sienes y doy un ligero masaje ya que comenzaban a doler por tanto pensar.

— ¿Alguien más? ¿Y te dijo quién?— pregunta mi hermano completamente interesado. Por un momento había creído que diría que ese tipo estaba loco y que solo había querido perjudicarme pero me equivoqué. Dean parece estar de acuerdo en lo que Deucalion me dijo a pesar de que no le he contado mucho.

— No, no me lo dijo. Le hice creer que sufro de amnesia y que por eso no recuerdo muchas cosas así que él decidió que lo mejor para mí era no saberlo todo o sino me traería malas consecuencias— suelto un suspiro lleno de decepción y mucha frustración—. ¿Pero sabes qué es lo peor? Que le creo. Le creo a ese hombre que no tengo en mis recuerdos. ¿Sabes por qué? Porque removió imágenes de mi mente que no sabía que tenía.

— ¿Cómo dices?— Dean estaba conmocionado, con los ojos brillosos por las dudas y por algo más que no podía entender.

— Dean, ¿crees que sea posible que alguien nos haya borrado la memoria?

En cuanto termino la pregunta es que me doy cuenta de todo lo que implica y de pronto me siento entre aterrada y eufórica; aterrada de imaginar quién pudo haber tramado tal cosa y logrado su propósito sin que nos diéramos cuenta... ¿Quién tenía tan malas intenciones como para dañarnos de ese modo? Y también estaba eufórica de saber que en realidad tenía otra vida, una distinta a esta que no me llenaba en absoluto y quizá, solo quizá, fuera mejor.