36

517 35 2
                                    

chapter thirty six

chapter thirty six

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hace calor.

Siento mi piel húmeda y el rubor recorriendo por todo mi cuerpo. A pesar de ello, me acerco más a la fuente de aquel ardor y este me responde envolviendo mi torso con sus fuertes brazos y acercando tanto mi rostro a su pecho que puedo escuchar con mayor claridad el suave bombeo de la sangre en su corazón, junto con la acompasada respiración que hace que un apacible movimiento suba y baje su torso.

Un suspiro. Su respiración se ha vuelto un suspiro en el momento en que mis labios dejan un beso en el centro de su pecho. Su boca ha formado una sonrisa en medio del sueño, una que me hace recordar por qué estoy aquí, perdida en su cuerpo, humano y lobo, en su corazón y en su alma. Aquel gesto me lleva directo a tantas memorias que hemos pasado juntos y que me llevó directo a lo que ya no hay remedio: amarlo.

Escucho un llanto en medio de la oscuridad. Derek hace un pequeño gemido porque ha despertado. Está cansado, igual que todos, pero él sobre todo con tanta subida y bajada de emociones más el tiempo que estuvo alejado.

Me enderezo un poco hasta alcanzar su rostro, dejando un beso en sus labios; corresponde de inmediato, sonriendo en medio de nuestro encuentro.

— Yo iré— le digo cuando termino el beso. Me deshago de sus brazos alrededor de mi cuerpo. Cuando me siento en la orilla de la cama puedo sentir de nuevo sus brazos, pasando por mi vientre y llevándome directo a su pecho.

— Me toca a mí— susurra cerca de mi oído para después dejar un par de besos en mi hombro desnudo.

— Derek— muevo mi cuerpo de manera que puedo encontrar su rostro con el mío. Sus ojos están tan llenos de cansancio que tiene tintes rojizos y parece a punto de cerrarse—. Vuelve a dormir— deshago el agarre de sus brazos y Derek decide obedecer, acostándose de nuevo en la mullida almohada; suelta un nuevo suspiro, de esos que salen cuando has encontrado el mejor lugar y posición para descansar—. Te amo Derek.

Salgo de ahí en dirección a la habitación que hemos acondicionado para el bebé. Las pequeñas huellitas de lobo proyectadas en la pared gracias a la lámpara de noche hace que llegue a la cuna sin problemas para poder levantar al pequeño llorón que en cuanto recuesta su cabeza en mi pecho detiene su llanto e incluso suelta una risa de satisfacción.

— Eres un tramposo— le digo al bebé como si este fuera a responderme. Apenas tiene el mes de nacido así que es muy poco probable que entienda algo de lo que le digo, aunque podría dudarlo al ponerme a pensar que es hijo de dos hombres lobo así que en realidad no sé el desarrollo de un hombre lobo que ha nacido siéndolo.

Lo arrullo un momento antes de escuchar los casi silenciosos pasos de Derek entrando a la habitación. Pronto nos envuelve a ambos en sus brazos, poniendo su barbilla sobre mi hombro no sin antes haber besado mi mejilla.

Corriendo con lobosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora