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chapter four

Sus pies contra la piel de mis piernas ya comenzaban a hacerme cosquillas

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Sus pies contra la piel de mis piernas ya comenzaban a hacerme cosquillas. Me retuerzo entre las sabanas hasta quedar frente a él, rodearlo por el torso con mis brazos y acercarme lo más posible, viéndolo directamente al rostro.

— Deja de hacer eso— le recrimino logrando que sonría de lado, con diversión.

— Me gusta verte molesta— murmura Derek antes de besar mi nariz un momento. Luego con su nariz acaricia mi mejilla—. Pero no tan molesta.

— Ya me hacías mucha falta— no puedo evitar sonar dolida y siento la tensión de su cuerpo bajo mi abrazo.

— Yo no recuerdo bien lo que pasó después de que Kate llegó aquí, por mí, pero el último pensamiento que tuve es que no quería morirme sin poder volver a verte y sin haber conocido a mi hijo— Derek suelta su cuerpo de mis brazos y, quitando la sabana que nos cubre, baja a mi estomago y lo besa una y otra vez con besos lentos, cariñosos, que me hacen sentir ternura—. No puedo creer que haya perdido tanto tiempo.

— No es tu culpa Derek— le acaricio el pelo y eso lo hace voltear a mi rostro—. Olvidémonos de eso, ya estamos juntos y eso es lo único que importa.

Derek asintió con ojitos tristes, deslizándose de nuevo hacia arriba para juntar nuestros labios en un perfecto beso, uno que me hacía recordar el mal tiempo que había vivido en ausencia de Derek y que también me hacía sentir culpable por no haberme cuidado como se debía, en especial por nuestro hijo.

— Te amo Derek...

* * * * * *

— ¿Qué hace este chico aquí?

Dean había llegado hace una media hora porque Derek solicitaba de su ayuda. Con la inminente presencia de Kate en Beacon Hills, acechándonos entre las sombras, Derek consideró necesario tenerla bien localizada y qué mejor el apoyo de alguien con experiencia en rastreo como mi hermano. Además que pasara una semana sin lograr encontrar ni un rastro era frustrante.

— Mi hermano está aquí porque va encontrar a Kate y con ella tus bonos— le respondo y papá parece más interesado.

Resulta que Kate había convertido a Derek en un adolescente, o mejor dicho lo había regresado a esa edad, con el fin de entrar a la bóveda. Por un lado creímos que lo qué buscaba era saber la manera de controlarse habiendo sido mordida pero al final robaron de la bóveda los bonos, ahorros de la familia Hale que en realidad le pertenecían a papá. Y la sospechosa, y culpable para papá, era Kate Argent.

— ¿Podemos confiar en él?

Dean sonríe divertido por la desconfianza de papá.

— ¡Es mi hermano!

— Ya, ya— se defiende papá—. ¿Y ya hablaron del pago? Porque de seguro no piensa hacerlo de a gratis, ¿o sí?

— Obviamente quiero mi pago, tengo necesidades— respondió Dean igual de divertido—. Y eso me lo tienes que pagar tú ya que recuperaré tu dinero.

Corriendo con lobosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora