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chapter thirty four

Narrador omnisciente

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Narrador omnisciente

Sandra tiene el corazón estrujado; ha tenido esa sensación desde que salieron del loft en dirección a donde sería su última misión, una misión que acabaría con el mal de una vez por todas o que los mataría a ellos. En ese punto no parecía importar mucho cuál sería el desenlace, pero en el fondo no deseaba haber salido y dejado a su hijo a cargo de Melissa para no volver nunca más.

Derek manejaba la camioneta con los nudillos blancos por apretar demasiado el volante. No había dicho palabra alguna y lucía aún más tenso de lo que normalmente solía ser; eso aumentaba de nivel cada vez que veía a través del retrovisor y se encontraba con la ansiosa mirada del hombre que estuvo a cargo de su familia todo este tiempo: Kyle.

Kyle se había mantenido a raya en el reencuentro de Sandra y Derek porque le dolía, mucho, casi como si alguien le hubiera abierto el pecho con fuego y que esa herida no podía sanar por más que su cuerpo insistía en curarla. El joven lobo respetaba a Derek y su posición dentro de la vida de Sandra y por esa misma razón estaba dentro de aquella camioneta, esperando vengarse del mismo modo que lo deseaba el resto.

Dean y Stiles también se unieron a la batalla final. No podían perdonar que alguien quiso separarlos, que jugaron a costa de su felicidad, así que no estaban dispuestos a dejar ni un cabo suelto en todo este asunto.

Derek detuvo la camioneta, justo en la entrada de la bodega abandonada de los Argent. Parece ser que el enemigo supo de este lugar perteneciente a un miembro de su familia y no le pareció mal usarlo para su beneficio.

— Quiero que todos se mantengan a salvo. No sabemos qué niveles tiene John en esto de la lucha pero si hay oportunidad de que alguien dé apoyo, no lo desaprovechen— dice Derek, sonando como el alfa que siempre ha sido a pesar de que el color de sus ojos son azules. El lobo mira a cada uno de los presentes y sabe que todo irá bien.

Tomando largas respiraciones para calmar sus nervios y los acelerados latidos del corazón, cada uno fue entrando en la bodega sin dejar a nadie demasiado lejos para siempre tener el apoyo que necesitaran. Derek no dejó que Sandra entra ni al principio ni al final así que la chica lobo tiene la protección de su hermano y de Derek que no se despegan de ella.

Kyle levanta la mano hecha puño en señal de que se detengan. Está al frente de la fila. Mira de un lado a otro, empuñando un arma (extraña para él) y después apunta a su lado derecho para que vayan por ahí Stiles y Dean. Luego Sandra y Derek lo siguen en la dirección contraria. Tienen que separarse o sino no abarcaran demasiado terreno antes de que John los encuentre.

— Está cerca— susurra Kyle, arrugando la nariz porque ha percibido el aroma de John. También toma una larga bocanada para con ello relajar su cuerpo y poder apuntar mejor con la pistola y tener un buen tiro.

Corriendo con lobosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora