13- La Sociedad

302 18 6
                                    

   Lin se columpia entre edificios hasta llegar al frente del edificio que está incinerándose. Se asegura de los que ya han salido se orienten lejos de allí y tras dar una fuerte pisada al suelo, percibe con su sentido sísmico que no quedan personas dentro. Pronto se percata de cómo el fuego podría expandirse hacia el oeste y hacia el bloque departamental que hay allí. Este es más pequeño y parece construido con materiales más ligeros, por lo que sería consumido. Debe evitarlo. 

   Rápidamente se impulsa en el aire con sus cables y se sostiene de un poste de luz, el cual no resiste y la termina derribando. Lin cae directo al piso, con un pequeño tornado originándose bajo sus pies y evitando que sufra daño alguno. Una vez recuperada, se gira y ve a Tenzin. Sus cuatro hijos vienen detrás limpiando los escombros de la calle con sus poderes para que los camiones de bomberos puedan acceder a la zona sitiada por el desastre.

   —Tenemos que evitar que actúe en eslabón contra aquel edificio —Señala Lin a la familia de maestros aire una vez obtiene la atención de todos.

   —Suyin está en camino, así como Wing y Wei con el apoyo policial —Le dice Tenzin.

   —Bien, entonces procederemos de esta forma. Mantendré la estructura del edificio al margen en lo que llegan los refuerzos. Tú y tus hijos asegúrense de que el fuego no se expanda al otro edificio y, por si acaso, adviertan a quienes vivan allí. Que se preparen para evacuar.

   Pronto todos se encuentran efectuando el plan de Lin, y para cuando Suyin, Wing, Wei y otros oficiales maestros metal llegan a escena, estos se suman a la Ex Jefa de Policía en la mantención del edificio que mantenía el foco de incendio principal, el cual ha ido disminuyendo ante el rápido accionar de la fuerza de bomberos de la ciudad.

   La situación ya parece estar bajo control, cuando entonces Wing recibe un disparo de una flecha por la espalda. El joven maestro metal cae al suelo por el impacto, pero su armadura de metal le protegió bien. Cuando todos se giran hacia el punto de partida del ataque, ven sobre una azotea cercana a Raiko, quien sonriente sostiene firmemente una ballesta.


. . .


   De la voz de Shiro Shinobi salen las noticias de último momento que ocupan los oídos de todos en la Clínica. En la sala de espera, a tan solo unos metros de donde atienden al Presidente, Korra escucha con atención cada detalle de lo que está sucediendo allá afuera. Si fuera por ella ya estaría allí, ayudando en todo lo que pudiera, pero debe permanecer allí y cuidar que nada malo le pase al mandatario herido. Su única preocupación ahora mismo...

   —Korra —oye de pronto, interrumpiendo sus pensamientos.

   Lo que estaba pensando era que su única preocupación en ese momento debería ser cuidar del Presidente... pero aquella voz le ha desequilibrado. No solo la ha reconocido, sino que ha entendido todo lo que significa. Tan pronto alza la mirada, la ve entrar por la puerta. Fuera, Saikhan y sus hombres mantienen todo el ala cerrada.

   —Asami —dice finalmente Korra, levantándose de su asiento y saludándola con un ligero apretón de manos—. No te esperaba ver por aquí.

   —Oh, bueno, Haru y yo somos amigos. Cuando me enteré de lo que pasó, yo... quise pasar a desearle mucha fuerza —Le dice Asami, con Korra asintiendo levemente—. Su esposa no pudo venir, además, ya que está en un viaje diplomático en Ba Sing Se, así que...

   —Viniste en su nombre. Curioso... —dice Korra, dejando a Asami sin habla.

   —Pero no fue solo por eso por lo que vine. Es decir, en un principio sí, pero cuando en recepción me dijeron que tú lo estabas cuidando, yo... supuse que... bueno, yo...

La Leyenda de Korra y la Sociedad de RatnackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora