A la izquierda, a la derecha, delante y a las esquinas. Esos bichos están rodeándonos como vacas rodean el pasto o como perros rodean un hueso. Un extraño sonido suena más cerca de nosotros y otro resuena entre los callejones oscuros y las calles desérticas. Todos los caminantes de la calle tenían ojos para nosotros. Aunque nos defendíamos con denuedo, éramos incapaces de reducirlos al punto de controlarlos. Ben mataba a uno y retrocedía, Kenny otro, Clementine otro y así sucesivamente. Maté a tres caminantes de una estocada y retrocedí a tiempo.
Los caminantes generaban un ruido particular que hacía que más se acercaran y eso nos ponía nerviosos. Entonces Duck señala la calle de atrás y todos corremos hacia ella, incluyendo al lesionado Omid, que aunque corría, hacia gestos de dolor. Entonces escuché un ruido extraño y me di la vuelta. Chuck estaba matando a algunos caminantes para ganar tiempo y sacó su arma y disparó hacia la pequeña campaña que estaba en la capilla cercana. Todos los caminantes se voltearon, menos una pequeña docena que era fácil de controlar.
Kenny, Doug, Chuck y yo comenzamos a matar la pequeña docena que quedaba mientras los demás entraban en un patio de una casa muy grande. Después de matar a todos los caminantes y ver cómo los demás se desviaban, nos dimos la vuelta. Una mansión descomunal surgió delante de nosotros. Con patio incluido, cubría una manzana completa. La mansión estaba protegida por rejas y muros de ladrillo, a la cual se le añadía un gran patio verdoso y un cobertizo que era muy grande para ser cierto.
La mansión tenía 3 pisos y parecía tener una azotea pequeña. Todos ya estaban dentro y los 4 que quedamos defendiendo decidimos ir tras ellos. Cuando saltamos el muro y pasamos al patio, Clementine y Duck salieron corriendo a recibirnos. Chuck estaba jadeando un poco pero no lo habían mordido y por suerte todos ya estaban dentro.
-Valdrá la pena por ahora quedarnos aquí hasta comprobar que todo esté bien -dije mientras Kenny desprendía su bolso y Duck y Clem entraban con nosotros.
-Lee, ven un minuto -me llamó Doug.
-¿Qué sucede, Doug? -le pregunté cuando me acerqué a él.
-Hay que revisar este lugar por si acaso y noté a Ben extraño.
-¿Ahora los bandidos nos siguieron hasta acá? -bromeé.
-No, pero habrá que vigilarlo por si acaso -sugirió y asentí brevemente con la cabeza.
-Escúchenme -hablé y todos me miraron-, habrá que revisar todos y cada uno de los rincones de este sitio para comprobar si es seguro. Después Kenny y yo iremos al muelle para comprobar si queda algo que valga la pena salvar. Nos dividiremos en grupos, así tal que: Christa y Omid -los señalé con la mirada- miren la planta baja con cuidado y sus habitaciones. Doug y los niños, revisen las habitaciones de arriba. Los demás acomódense o si quieren únanse a los grupos de inspección.
Yo me uní a Doug y a los niños. Aquí todos usamos nuestras armas por si las moscas, así que estábamos pendientes. Afortunadamente, parecía estar vacío este sitio. Cada habitación era más lujosa que la anterior y era irónico ver cómo cada una era más y más interesante. Inspeccionamos 3 habitaciones y dos cuartos de estudio, pero dejamos la azotea de último porque no confiábamos en lo que hubiera ahí. Después de revisar todas las habitaciones, bajamos al piso de abajo para comprobar si todos habían estado bien. Chuck estaba revisando la cocina y abría los cajones para ver si había una que otra lata escondida.
Por suerte había mucha comida enlatada, lo suficiente como para unos 2 meses, y en la alacena Christa encontró más provisiones. Parecía que estaban preparados para lo peor y se habían resguardado lo suficiente.
-¿Hay gas? -inquirió Ben con voz tranquila.
-No lo sé, pero vale la pena comprobarlo -respondió Chuck y accionó el fogón. Un chispotazo salió de éste y el fuego salió de los alrededores del fogón. Revise las latas y habían 5 de sopa enlatada para todos.