Una curvilínea mujer se apareció delante de nosotros 3 sin que nos diéramos cuenta. Chuck subió a saludarla mientras que yo la apuntaba con mi arma. Ella entonces me golpeó y casi caigo inconsciente, y también a su vez lo hizo Kenny. El único que no atacó fue Chuck, quien se mantuvo calmado y sereno.
-Un gusto -respondió Chuck.
Una lata se oye en la cercanía y dos voces familiares resuenan:
-¡No! -gritan Clementine y Duck al unísono.
Molly se aleja un poco y nos mira circunspecta mientras que los niños se acercan a nosotros respectivamente. Aunque le dirigí a Clementine una mirada muy severa, ella la ignoró, dado que estaba mirando a los ojos a Molly, quien no le había detallado el cubreboca que llevaba. Al quitárselo, se vio una nariz perfectamente formada y unos labios pequeños y algo sonrosados.
-No son de Crawford -comentó ella.
-¿Crawford? -inquirió Duck.
Kenny, aún desconfiado, cuando Chuck fue a ayudarlo, se levantó con brusquedad e intentó golpear a Molly con su pistola, pero Molly lo hizo caer golpeándole las piernas y se oye un tremendo disparo por toda la manzana. Los caminantes que estaban agrupados y, algunos, clavados en grandes lanzas de madera, comenzaron a agitarse y a soltar muchos gruñidos.
-¡Suficiente! -gruñí y ambos, tanto Kenny como Molly, me miraron algo asustados.
Ella se levantó y se sacudió un poco el polvo y, mientras Duck ayudaba a Kenny a levantarse, ella me miró y preguntó:
-¿Quiénes son ustedes?
-Creo que pregunte primero -dije mientras Chuck recogía el arma de Kenny y se la entregaba.
-Por si no escuchaste por tu amigo del bigote, soy Molly -bromeó ella.
-Yo soy Lee -me señalé-. Ellos son Kenny, Clementine, Duck y Chuck.
Ella asintió y saludó a cada par de personas que saludaba y aún nos miraba con cierto desdeño. Después de comprobar que nadie nos miraba a nuestras espaldas, me crucé de brazos y cuestioné:
-Podrías ser tan amable de decirme que carajos es Crawford. Gracias.
-Más allá de esta enorme barricada a la derecha de nosotros -dijo ella haciendo un leve ademán.
¿Por qué la gente reuniría tantos caminantes para tapar una cuadra? Claro, esto es una trampa para los desprevenidos, pero esa no es la única razón por la cual sucedió lo que hizo que esa gente formará esta barricada.
-¿Qué demonios sucedió ahí? -inquirí manteniendo la mirada en los azules ojos de ella.
-¿De verdad quieres saberlo, Lee? -me contestó con otra pregunta. Yo y los demás asentimos levemente con la cabeza.
Ella tomó aire y comenzó a hablar. Pero no era con ese tono lastimero o de sorpresa. Era más bien un tono monótono, como si se supiera lo que está diciendo de memoria:
-Cuando todo se fue a la mierda, algunos se unieron y aislaron al vecindario. La gente dispuesta a hacer todo por sobrevivir para impedir que los muertos entren. Yo siempre los he evitado.
-¿Por qué? -preguntó Chuck.
-Digamos que tienen una política de cero tolerancia para todos los que no vivan, o puedan vivir, bajo sus reglas.
-¿Y cómo podemos saber que no eres uno de ellos? -interpeló Kenny con desconfianza.
-Porque no hay niños en Crawford. No hay más desde hace tiempo -dijo ella mirando a Clementine y a Duck.