Más Frío Que La Nieve | Libro 1

Capítulo 2.

Capítulo Dos: La Llegada de un Triste Invierno.

"—¿Solo?— Susurré al viento.
No hubo palabra alguna sólo una suave brisa que anunciaba la llegada de un triste invierno."
—Liam Ponce - Pensamientos Torturadores.

Liam.

El tiempo había transcurrido, sin embargo sentía como si Victoria hubiese muerto ayer, era como si el mundo se detenía por una eternidad.

El invierno había llegado y aquello me ponía más melancólico, recordé aquellos momentos de invierno junto a Victoria, podía sentir sus brazos atrapandomé cuando se venía un fuerte trueno, podía escuchar su risa después de cada relámpago mientras esperábamos la llegada de los truenos.

Definitivamente me había convertido en un masoquista, un masoquista que amaba lastimarse mientras recordaba un pasado de mierda, un pasado que se había convertido de color negro, no había felicidad, no habían risas, era todo puro silencio e ira. Estiré mis brazos y quité mi camisa manga larga dejando ver mis profundos cortes.

¿Tan difícil es poder superar? —Pensé— Escuché a alguien tocar la puerta, inmediatamente me lancé a la cama y me hice el dormido.

El rechinido de la puerta al abrirse se escuchó por toda la habitación, mis ojos luchaban por abrirse y poder observar quien había entrado a la habitación, ¡Pero no!, tenía que permanecer quieto o me atacarían con sus preguntas.

Sentí que alguien se había sentado en la cama junto a mi, un leve suspiro se escuchó.

—Liam...— Se escuchó un sollozo acompañado de aquella dulce voz —No te dejes derrumbar, por favor.

—¿Mas de lo que ya estoy, Sofia?— Susurré.

—No puedes permanecer atado a un triste pasado para siempre.

—Entonces, ¿Que sugieres?.

—Los recuerdos no son más que una carga, aprendes a vivir con ellos o dejas que ellos te destruyan.

Sofia había dado en el punto central, y tenía razón, el recuerdo de Victoria me estaba destruyendo, Pero... ¿Como lo supero?, me sentía tan hundido, mi depresión y la aceptación de que no podría superar la muerte de Victoria se había hecho casi permanente. Habían pasado cinco meses de su muerte, dejé el colegio, no le dirigía la palabra a nadie, me enfurecía que me hicieran preguntas sobre el tema, mi habitación se ya era un hogar casi permanente.

—Per...

—Pero tienes que romper esas altas murallas que se han atravesado en tu camino — Me interrumpió Sofia —¡Sal de esta jaula!, deja de ser un león cautivo y enfrenta la vida como lo hacías antes— Me observó fijamente —Keneth y yo tenemos planes para hoy, y tienes — Recalcó —Que venir con nosotros.

—No tengo gan...

—Oh, ¡Si que tienes ganas!.

Resoplé.

—Pasaremos a las siete por ti, más te vale que estés listo o te llevaremos como te encontremos.

—No quie...

—Si quieres— Me interrumpió por tercera vez, se puso de pie, besó mi mejilla.

Me dejó en total silencio, no había opción.

—Es reír o llorar, sufrir o morir; Es decisión de cada quien— Soltó y salió de mi habitación cerrando la puerta tras ella.

Yo lo visualizaba de una manera diferente. —Era llorar o reír, era superar o morir; Eran tantas cosas al mismo tiempo que lograron derrumbarme.