Capítulo 3.

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Capítulo 3: No Seas Mi Tropiezo.

—"Temía volver a enamorarme, no quería volver a perder a otra persona que he amado".
—Liam Ponce - Pensamientos Torturadores.


Liam.

Valentina Perry... Aquel nombre perforó mis oídos como si de una hermosa melodía se tratara, y allí me encontraba yo junto a la chica torpemente guapa que "conocí" en el restaurante.

—Enserio— Escuché aquella dulce voz —Deja eso donde está, yo me encargaré de recogerlos.

—Definitivamente no— La observé fijamente y tire el último fragmento de los vasos rotos en la bandeja, me puse de pie y se la entregué —Deberias tener más cuidado, así no rompes más docenas de vasos.

Valentina Sonrió y se adentró a la cocina. Volví a mi lugar y podía observar una sonrisa a punto de convertirse en carcajadas en el rostro de Keneth.

—¿Que?— Le lancé una mirada con frialdad. 

—Nada, nada— Levantó sus manos en alto en señal de cero culpabilidad.

Me senté para poder esperar nuevamente la comida. Sofia se estaba tardando mucho en el baño.

—¿No ha regresado Sofia?.

—Pues... No está aquí, así que no, no ha regresado— Rió.

—Idiota.

—Gracias hermano.

Sofia se sentó de un tirón en la silla con cierta amargura. —Estúpida— Soltó —Mas torpe no podía ser.

—Creo que sólo tú y yo pensamos de esa manera— Dijo Keneth quien me estaba observando según el "Disimuladamente".

—Liam Ponce... ¡No me digas que te haz enamorado de la moja vaginas con refresco!.

—No seas torpe, Sofia.

Definitivamente no, no me gustaba, no quería un tropiezo mas en mi juventud ya destruida, sería más masoquista de lo común. Valentina había regresado a la mesa con nuestra comida junto el refresco y podía observar la mirada asesina que Sofia ofrecía a aquella risueña chica.

—No vuelvas a derramar nada aquí— Dijo Sofia señalando su parte íntima.

—Lo siento — La chica se quedó en seco y volvió a recalcar —Fue un accidente.

—Pues deberias fijarte bien, Pequeña cuatro ojos.

—He dicho que lo lamento, ¿Bien?— Susurró Valentina —Deberías de bajarle un poco a tu drama de niña inmadura.

Sofia se iba a poner de pie para convertir el drama en un gran show, pero cogí fuertemente su brazo para que no lograra hacer nada. Ella se giró para poder observarme.

—Sueltame.

—Eso nunca pasara— Dije entre dientes.

—Sofia, si te sigues comportando de esa manera tendremos que marcharnos de aquí — Soltó Keneth. —Recuerda que estamos en este lugar para poder sacar de su ataúd al muerto en vida de Liam.

Más Frío Que La Nieve | Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora