Capitulo 19

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Capitulo Diecinueve: Me Estás Destruyendo.

"—Mi mente es un cuchillo filoso que corta la felicidad que poco a poco lucha para acercarse a mi."
Liam Ponce - Pensamientos Torturadores.

Sábado, 8:02 P.M

Liam.

M

e giré para observar a Valentina y averiguar qué era lo que quería. Era extraño ya, verla conversando o acercándose a uno de nosotros. Tan distraído estaba que mientras leía aquellos poemas no me di cuenta de que tan rápido había pasado el tiempo.

—¿Pasa algo, Vale?

Ella se acercó a mí con temor. Era como si quería mantener una distancia estilo "Si me mantengo a distancia no pasará nada que pueda lastimarme"

—Puedes acercarte sin temor— Solté —No te mataré, mucho menos te comenzaré a hundir con mis palabrerías.

Aquello había sonado tan fuerte que hasta yo sentí el golpe, había soñado más suave y gentil en mi cabeza. Me comencé a maldecir mentalmente por lo estúpido que era.

—Se que no me lastimarías— Dijo ella casi en un susurro.

Mi subconsciente soltó una risita dentro de mi, negando completamente lo que dijo Valentina.

—Es decir — Comenzó —No es tu culpa, sólo son tus pensamientos, tus pensamientos torturadores que hacen que actúes de esa manera. No te culpo Liam, tampoco culpo a Victoria por tu estado; Todo pasa por una razón ¿no? No puedo decir que me he enamorado de ti, esto es solo una obsesión que con el tiempo se irá volando, volará tan lejos junto a esto que está atorado aquí — Colocó su mano en el corazón.

Aquellas palabras eran tan sinceras e hirientes, hacían que todo mi cuerpo temblara, que mi vista no se despegara de los labios de aquella chica que soltaba aquellas palabras que quizás tiempo atrás quiso soltar. Esto me hacía sentir tan mierda, me hacía sentir un completo caos, no quería lastimarla, no quería ser ese tropiezo que ella está evitando. Aún hay tiempo de quitar esa piedra para que ella no tropiece y corra libremente sin temor a chocar contra ella y caer.

—Valent...

—No, Liam— Me Interrumpió —No digas nada, no quiero una carga más para ti, tienes suficiente con Victoria, tampoco puedo obligarte a que entiendas a esta obsesion que tengo, sólo soy una masoquista enamorada de ese dolor que tu causas, una masoquista que estaba destinada a pasar por todo esto solo para aprender una cosa, y esa es que por más que intentes obtener algo, si eso no te pertenece, por más que luches, por más que llores, por más que sufras, si no te pertenece, estás jodido y tienes que cargar con ello hasta que aprendas la lección, y esa lección es dejarlo ir, dejarlo ir sin esperar nada a cambio por todo lo que pasaste, pues fue tu propio masoquismo que te dirigió a ello— Limpió sus lágrimas y me ofreció una débil sonrisa.

—Valentina... Yo, siento hacer esto, siento dañarte, se que esto no basta, no se como responder a todo lo que has dicho, sólo... No sé.

—No, importa — Esta vez se acercó a mí sin temor y tomo mis manos y con su pulgar hizo un suave toqueteo en mis nudillos que aún tenían las marcas de aquella vez que golpeé con coraje la pared —Solo... No importa. Me estás destruyendo, pero esto no es tu culpa, no me cansaré de repetirlo. Sólo prometéme algo

Más Frío Que La Nieve | Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora