Capítulo Veintidós: Es Tiempo
"—No te aferres al pasado, suele destruir cada parte de ti".
—Liam Ponce - Pensamientos Torturadores.Liam.
Las clases habían comenzado, la rutina había vuelto. Nos encontrábamos en la sala de reunión de la institución en espera de las palabras que el director nos iba a dar.
Estaba sentado en una sola fila junto a mis amigos, a mi derecha estaba Sofia y a mi izquierda se encontraba Valentina. Y así se desprendía la línea, al lado de Sofia estaba Keneth junto a Shelsey. Al parecer la reunión era importante, pues cuando se hizo el llamado el director se escuchaba algo emocionado o fuera de control.
Sobre mi amistad con Valentina no tengo que decir mucho, todo había mejorado durante el transcurso del viaje y Sofia estaba algo ¿Celosa? Keneth y Shelsey comenzaban a formar una amistad, me alegraba por ellos.
Y si hablo sobre mi... Es todo gris, aquellos pensamientos aún seguían, extraño a Victoria, la extraño como nunca lo había hecho. En mi pecho estaba aquella presión que era como si mi corazón fuera pisoteado millones de veces, ¿Que decir de mi físico? Estaba más delgado, los pensamientos caóticos eliminaban mi apetito, mi cara demostraba cansancio a causa de las noches de vigilia cuando lo único que hacía era dar vueltas en mi cama y algunas veces presionar mi rostro fuertemente con la almohada para que los gritos fueran ahogados.
—¡Muy buenos días tengan todos!— El maestro me sacó de aquellos pensamientos.
—¡Por fin!— Dijo Sofia.
Valentina la observó y Sonrió.
—¡No te burles Vale!— Dijo Sofia —¡Ese viejo desgraciado ya me tenía con la presión alta!
Valentina soltó una risita. —Eso es notable.
A ver, a ver. ¿Desde cuando Valentina y Sofia se llevan tan bien? Sofia la odió a primera vista, al igual que Valentina, bueno, eso creo. ¿Es esto un cambio de clima?
—Quizás esto les parezca raro— Dijo el director —Pues no solemos hacer reuniones al inicio de semestre, pero esto me ha tomado por sorpresa tanto a mi como a ustedes— Rió. Su sonrisa era algo cómica, aparte que su escuchaba demasiado fuerte y dramática debido a los altavoces de aquel salón de reuniones. —¡A ver, yo quiero saber cuántos de ustedes aman la música!— Dijo el director apuntando el micrófono hacía nosotros.
Un grito por parte de todos los estudiantes hizo explosión haciendo parecer a aquella sala un concierto a punto de iniciar. Yo amaba la música, sin duda, pero no era necesario hacer tanto drama.
—¡Cuanto me alegra escuchar eso!— Volvió a decir el director —¿Ven esto?— Señaló una jarra de cristal transparente que contenía unos trozos de papel dentro de ella —Pues en esta tómbola, queridos estudiantes hay 10 trozos de papel que dicen "Te Toca Cantar"
—Maldita sea— Susurré. Ya me lo imagino y nos h...
—Pasará salón por salón a sacar su papel— Dijo el director interrumpiendo mi conversación conmigo mismo —Hay 551 papeles, sí, el total de todos los estudiantes en esta institución. Asi que comencemos con décimo grado.
Aquellos chicos se pusieron de pié e hicieron la larga fila hasta la tómbola. Uno por uno sacaba el papel y lo mostraba al director si este salía en blanco o con la palabra que haría subir a esa persona a un escenario.
—¡Julia Corea!— Dijo el director —¡Será una de nuestras cantantes!
Genial —Pensé— un papel menos, quizás los papeles serían tomados antes de llegar a doceavo grado y no habría necesidad de pasar al frente a buscar papeles en esa jarra.
—¡Nikolas Pines!— Se volvió a escuchar la voz del director.
Julia y Nicolás habían sido dejados en la alta plataforma en donde se encontraba el director. Julia se observaba tranquila, tenía seguridad en sí misma, sin embargo Nikolas, expresaba su nerviosismo.
—¡Yo no quiero cantar!— Gritó Sofia.
—Yo mucho menos— Escuché decir a Valentina casi en un susurro.
La risa de Keneth se escuchó. —¡Cantarán bien!
—¡Callate tarado!— Dijo Sofia —Ni siquiera hemos pasado a sacar un estupido papel.
—¡Somos el club de los no cantantes!— Dijo Shelsey.
Todos reímos. La fila de décimo grado seguía avanzando, poco a poco se iba haciendo más pequeña, creí que Nikolas y Julia iban a ser los únicos de ese grado hasta que observé pasar a dos chicos al lado de los que ya habían sacado el papel y les había salido "Te toca cantar"
—¡Alex Clark y Anthony Cruz!— Gritó el director —¡Quedan Seis!
La fila había terminado, por lo que se puso de pié onceavo grado. La mayor parte de doceavo estábamos cruzando dedos para que de onceavo salieran los seis participantes. Una chica rubia fue colocada a la par de los demás concursantes.
—¡Maddison Murs!— Por quinta vez la voz del director fue escuchada.
—¡Quedan cinco! — Dijo Sofia.
Todos asentimos con cara de preocupación.
—¡Clarie Rapid!
Quedaban cuatro papeles. En aquella tómbola ya no se miraba aquella cantidad, iba reduciendo mediante la fila avanzaba.
—¡David Turkes!
Tres —Pensé— No quería cantar, no quería pararme frente a muchas personas, soy pésimo cantando y también soy pésimo al comento de controlar los nervios.
—¡Carolina Garcia!
—¡Oh mi Dios!— Dijo Keneth —Solo restan dos, ¡Por favor que esos dos se queden en onceavo!
La fila ya casi finalizaba. Aquellos chicos pasaron y a ninguno le salió el dichoso papel. Era nuestro turno, doceavo grado se puso de pié y comenzamos a hacer aquella fila, algunos temblaban, otros solo pensaban el ridículo que harían arriba de un escenario si aquel papel les salía. Una mirada de asombro se clavó al frente cuando miré al Bad Boy colocarse al lado de aquellos chicos.
—¡Jhonny Hamns!— Gritó el maestro.
La mayor parte de mis compañeros soltaron una carcajada al escuchar su nombre. Probablemente este no cantara, poco lo importaba a Jhonny incumplir y desobecer a las autoridades de la institución. Me ladee un poco para observar cuanto restaba, éramos diez en fila, Sofia y Keneth estaban libres, sin embargo Shelsey, Valentina y yo seguíamos en fila, suplicando que no nos saliera el último papel.
—¡Alto!— Dijo finalmente el director —¡Tenemos a los diez participantes!
—¡Jesucristo!— Solté impresionado.
—¡Valentina Perry!— Gritó el director.
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Más Frío Que La Nieve | Libro 1
Teen FictionLas lágrimas del cielo con melancolía caían danzando, esos hermosos copos de nieve que poco a poco decoraban los árboles de blanco anunciaban la llegada de un triste invierno para Liam Ponce. La vida puede amargarse de mil maneras, y generalmente a...