Capítulo 18

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En cuanto la puerta se cerró y volvieron a estar a solas, Derek reaccionó: Se pegó a la verja que les separaba y, casi tocando el metal electrificado, miró con nerviosismo a Stiles. Él seguía de rodillas, con gesto de dolor y apretándose la herida con fuerza, pero más concentrado en el propio Derek.

- Derek...

- Tu herida – se puso de rodillas para estar a la altura del Stiles - Déjame verla.

- Olvídate de eso... - negó al tiempo que tragaba saliva, intentando alejar las nauseas que aún no habían desaparecido del todo - Derek, lo que ha dicho...

- Quítate la chaqueta – pidió en un murmullo - ¿Cómo es de profunda la herida?

- Derek...

- ¡Hazlo!

El grito logró que Stiles comprendiera que hasta que Derek no se asegurara que él estaba bien, no se preocuparía por nada más. Que ni siquiera pensaría en la posibilidad de que fuera cierto lo que acababa de contarles Kate.

Así que Stiles se encargó de dejarle claro que estaba bien, y que él era lo último en lo que debía pensar ahora: Con cuidado, e intentando no mover mucho el brazo herido, se quitó la chaqueta de tela. Al hacerlo, fueron bien visibles los cuatro surcos dejados por las garras de Kate, a la altura del antebrazo. No eran tan profundos como para haber llegado al hueso (aunque por el dolor Stiles habría creído lo contrario), pero sí lo suficiente como para que la sangre no dejara de manar.

Stiles se mojó los labios varias veces, e inspiró profundamente otro par más, ante la mirada de preocupación del hombre lobo: Estiró el brazo todo lo que pudo, no haciendo caso del dolor, y con su mano izquierda colocó la chaqueta sobre la herida. Con movimientos torpes consiguió enrollar la prenda alrededor del brazo, y acabó haciendo un nudo con las propias mangas, que ató todo lo fuerte que pudo.

Una vez colocada la chaqueta, comprobó la sujeción moviendo un poco el brazo, hasta asegurarse de que no se movía y, lo que era mejor, que la sangre ya no brotaba tanto como antes.

- ¿Lo ves? - miró a Derek, a quien se atrevió incluso a sonreír tímidamente - Mi padre me enseñó qué hacer en estos casos... No pasa nada.

- Has perdido demasiada sangre - murmuró al tiempo que negaba - Tienes que salir de aquí.

- Estoy de acuerdo... - trató de calmarle, aunque sólo fuera dándole la razón - Pero antes ¿podemos hablar de lo que acaba de pasar?... ¿De lo que ha dicho esa zorra psicópata?

Stiles esperó unos segundos, sabiendo lo que le costaba a Derek hablar. Pero cuando pasó casi un minuto y no hubo cambios, porque Derek seguía mirándole de arriba abajo, con ese gesto de concentración que tenía cuando estaba usando sus sentidos de hombre lobo, supo que debía seguir él.

- Escucha – se mojó los labios, dudando – Estoy convencido de que todo es mentira, ¿vale? Es imposible que tuviera un hijo contigo. Si hubiera sido así, Chris te lo habría contado. Tal vez no cuando te vio por primera vez y ella seguía viva, pero sí cuando dejaste de ser su enemigo... Sabes que lo habría hecho.

Derek le miró entonces a los ojos, abandonando momentáneamente la inspección del antebrazo. Y cuando lo hizo, con la boca ligeramente entreabierta, Stiles pudo ver perfectamente cómo las pupilas de Derek danzaban sin control, sólo de pensar que podía ser verdad: Que Kate se quedó embarazada y que por eso acabó convirtiéndose en una mujer jaguar.

El miedo... el pánico de Derek duró unos cuantos segundos, mirando fijamente a Stiles pero sin verle realmente, demasiado perdido en sus propios pensamientos y recuerdos.

My King and his QueenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora