Capítulo 32

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En cuanto Kate dijo el nombre de Stiles, el Sheriff no se lo pensó un instante.

Sacó el revolver de su cartuchera y empezó a disparar a la mujer, al tiempo que gritaba a Peter que sacara a su hijo de allí.

Sabía que las balas que disparaba, por muchas que fueran, no conseguirían parar a un ser sobrenatural que había podido derrotar fácilmente a tres chicos que no eran simples humanos, y encima llevando uno de ellos una katana. Pero confiaba que al menos lograría frenarla un poco.

Disparó sin ningún tipo de remordimientos.

Kate había secuestrado a un pobre muchacho porque en su mente enferma quería que él fuera el padre de sus hijos, sin importarle que no sintiera nada por ella. Y una persona... una cosa que estaba tan enferma, no podía soportar que de repente apareciera la persona con la que realmente quería estar Derek. Y menos aún que lo hiciera en su propio territorio.

Sin dejar de disparar a la mujer, que comenzó a correr en zigzag, esquivando las balas con facilidad; vio de reojo como Peter y Stiles se miraban unos segundos y asentían para sí.

Y entonces comenzaban a correr.

Pero en vez de hacerlo hacia el lugar donde habían dejado los coches, y que sería la única manera de escapar de alguien tan veloz, lo hicieron en dirección a la selva.

John Stilinski miró horrorizado a su hijo adentrarse en la maleza.

Intentar escapar de un jaguar en plena selva era una auténtica locura.

Era un suicidio.

Pero también era el plan.

Siguió disparando, desesperado por dar en el blanco al menos una vez, y en seguida a sus disparos se les sumaron los de Deaton, que ya había cargado dos pistolas.

Lydia, por su parte, se escondió detrás de ellos, al no tener nada más con lo que atacarla.

Kate ni siquiera hizo amago de agredir a los hombres que la estaban disparando.

Sus ojos nunca se apartaron del chico al que había marcado como su presa, y el resto del mundo dejó de importarle.

Desesperado, John Stilinski terminó con el segundo cargador y empezó a cargar las balas, al tiempo que se adentraba en la maleza. Hacía ya unos segundos que habían entrado Peter y Stiles, con Kate poco después, pero no era capaz de verles.

Ni siquiera veía la sudadera roja de Stiles entre la vegetación plagada de verdes, y que era tan alta que en algunos momentos llegaba a la altura de un hombre de pie.

El corazón le iba a estallar sólo de pensar que ahora mismo su hijo estaba siendo perseguido por un jaguar en mitad de la selva, y que no pararía hasta haberle cazado.

**********

Stiles miraba por encima de su hombro de vez en cuando, sin dejar de correr.

A su lado Peter le repetía que no parara, mientras avanzaban como podían a través de la espesa vegetación. Caminando hacia el lugar acordado.

Peter fue el primero en llegar. Un pequeño claro de la selva que terminaba en una escarpada roca y junto a la que había varios árboles muertos. Inspeccionó el terreno en un segundo, y escondió el tarro que aún llevaba en la mano. Lo metió en el interior de uno de los troncos secos, a ras del suelo, y lo suficientemente dentro para que nadie lo viera ni de casualidad.

Una vez bien oculto, dio media vuelta para hacer frente a su enemigo, justo en el momento en que Kate les daba alcance.

Detrás de ellos sólo estaba la pared de roca, con lo que agarró a Stiles del brazo y le colocó detrás de él; utilizándose a sí mismo como escudo.

My King and his QueenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora