Stiles estaba en la carretera.
Estaba cansado, agotado más allá de lo humanamente posible, y sentía cómo todo su cuerpo ardía, a causa de ese dolor que iba desde la punta de los pies hasta el último de los pelos de su cabeza.
Una vez más intentó gritar, pero no lo consiguió.
Las luces de Beacon Hills, parpadeando a lo lejos, no querían terminar de acercarse. Mientras que el camino dejado atrás, al fondo del cual seguía Derek, abandonado y encerrado con aquella asesina; cada vez estaba más lejos.
No dejó de llorar...
Era un llanto mudo que no terminaba de salir de sus labios. Sí que notaba la calidez de las lágrimas marcando sus mejillas, e incluso el dolor de los párpados de haber estado llorando durante tantas horas.
Pero no había sonido alguno que saliera de su boca, por leve o quejumbroso que fuera.
Percibiendo que aquello era más extraño de lo normal, hizo un alto en su caminar. Y en vez de centrarse en la carretera, miró sus propias manos.
Había seis dedos en cada una...
**********
Stiles abrió los ojos, muy lentamente, para encontrarse con el techo del salón de su casa.
Estaba tumbado en el sofá, donde debió quedarse dormido anoche, demasiado cansado para subir las escaleras y acostarse en su cama.
Notó una presión en su mano, y dirigió la vista hacia el hombre que estaba sentado a su lado y le miraba con preocupación.
- ¿Estás bien? – preguntó su padre, apretando una vez más los dedos.
Pese a la mirada de desesperación que había en los claros ojos de su padre, Stiles soltó un suspiro de alivio... Ya había olvidado la última vez que despertaba de una pesadilla con tanta facilidad.
Para terminar de asegurarle a su padre que estaba bien, Stiles respondió al apretón de manos.
- Estoy bien – respondió con calma. Aún estaba medio dormido y tenía grabada la imagen de esa eterna carretera en la que, durante horas, creyó que iba a morir, sabiendo que dejaba a Derek detrás. Que le había abandonado.
Pero eso pertenecía al pasado.
Ahora estaba en casa, con su padre, después de haber vuelto de México. Donde habían rescatado a Derek y habían acabado con la peor de sus enemigos.
Todo eso eran buenas noticias, y era con ellas con las que debía quedarse.
- ¿Qué hora es? – preguntó al tiempo que se estiraba y se sentaba en condiciones en el sofá. En la que había sido su cama durante la noche, así como la de su padre... Algo que no ocurría, si no le fallaba la memoria, desde que su madre murió y se vieron incapaces de volver a la rutina de siempre: Cada uno en su propia habitación, y en el caso de su padre, en una cama que ya no volvería a compartir con su mujer.
John Stilinski también se estiró, soltando un escandaloso bostezo, y se puso en pie para dirigirse a la cocina.
De camino le dijo que eran las diez de la mañana, pero que no iba a ir a comisaría. Prefería acompañarle al hospital para ver de primera mano lo que le decía Melisa sobre las heridas sufridas, y cuanto tiempo tardarían en curarse.
- Yo... Tenía intención de ir luego al loft de Derek – musitó el chico mientras bebía el café, un tanto preocupado.
Como Stiles era nuevo en cuanto a "relaciones" se refería, aún no tenía claro cuál era la hora del día estipulada para empezar a hablar de novios mayores de edad con su padre. Si a lo mejor no era buena idea sacarlo a relucir nada más levantarse, y era recomendable dejar un par de horas de cortesía. Sobre todo ahora que todo estaba reciente, y que tal vez debería darle un poco más de cuartelillo para que se hiciera a la idea de que sí: Que su hijo hiperactivo, nervioso y que nunca se callaba, ahora estaba saliendo con alguien... No sólo con "alguien", sino con "Derek Hale".
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My King and his Queen
Fanfiction¿Por qué sigue viva Kate, si en teoría Peter la mató? ¿Por qué ha tardado más de un año en volver a Beacon Hills? ¿Dónde ha estado todo ese tiempo? ¿Y en qué se ha convertido exactamente? Pero casi más importante: ¿Por qué soñó Derek con Stiles, cua...