Capítulo 37

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Los primeros minutos dentro del jeep fueron extraños.

Stiles, que conducía, al menos tenía la excusa de que estaba pendiente de la carretera y que no podía ponerse a hablar... Por mucho que hacer las dos cosas a la vez nunca hubiera sido un problema para él.

Pero eso era lo que estaba ocurriendo: Mientras el chico conducía sin prestar demasiada atención a dónde estaban yendo, Derek miraba por la ventana y fruncía el ceño de vez en cuando, pero sin dar ninguna explicación.

Y todo en el más absoluto silencio.

Fue así hasta que, unos quince minutos después, Derek fue el primero en hablar.

Y aquello ya habría sido una sorpresa en sí, si no fuera por lo que dijo:

- ¿Quieres subir? – preguntó, señalando tras la ventana.

Stiles, que estaba parado en un semáforo, giró la cabeza para ver a qué se refería, y sólo entonces fue consciente de que habían acabado junto al edificio del loft de Derek.

El chico miró con horror el edificio, y luego al dedo que Derek seguía teniendo en alto, para asegurarse de que no, que aquello no era una alucinación; y que habían acabado justo en el último sitio donde quería que fueran, porque justo esa era la última impresión que quería darle a Derek.

Pero, por otro lado, Derek había sido quien había preguntado.

Y teniendo en cuenta que era lo primero que decía desde que estaban a solas... A lo mejor es que realmente quería que subiera.

- ¿Seguro? – preguntó Stiles, porque quería estar super seguro de que estaba haciendo lo correcto, y sobre todo que era Derek quien estaba marcando los tiempos.

El Beta alzó una ceja, extrañado, y miró a Stiles fijamente... Muy, muy fijamente.

Así que Stiles no tuvo más remedio que aparcar y salir casi corriendo del coche, aunque sólo fuera para tomar un poco de aire, pues empezaba a hacer muchísimo calor dentro del jeep.

Derek siguió en silencio al adolescente, y así fue como permanecieron durante el trayecto en ascensor. Cada uno en su propio mundo, con Stiles mirándose los zapatos, y Derek con la mirada perdida en el infinito.

La tensión era más que palpable, y cuando Derek abrió la puerta corredera del loft; Stiles estuvo tentado de buscar cualquier excusa para marcharse de allí: Si poco le había gustado ver a Derek incómodo en la residencia Stilinski; peor sería verlo así en su propia casa. El único lugar del mundo donde debería sentirse siempre seguro, protegido y a gusto.

Pero antes de que Stiles pudiera decir algo, Derek cerró la puerta de un movimiento brusco, y colocó una mano sobre el pecho de Stiles para que se apoyara sobre la misma puerta que acababa de cerrar, justo frente a él...

Y cuando Stiles todavía no sabía lo que estaba ocurriendo, Derek le besó.

Lo hizo sin dudarlo, llevando ambas manos a las mejillas del chico, sujetando su cuello. Tal vez asegurándose que él no fuera a escaparse.

Pero Stiles no tenía ninguna intención de hacerlo.

Apenas sintió los labios de Derek sobre los suyos, todas las preocupaciones de antes desaparecieron.

Llevó ambas manos al rostro de Derek, imitando su posición, y cuando el beso se hizo un poco más intenso, tuvo que llevarlas hasta su pelo y enredar los dedos allí. Era algo que había deseado hacer desde aquella primera vez en que Derek le había besado, porque así era justo como se imaginaba besando a Derek, y cómo lo hacía siempre en sus sueños: Con mucha pasión y un poco de agresividad.

My King and his QueenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora