My King and his Queen

Capítulo 33

Stiles no fue muy consciente de lo que pasó en las siguientes horas.

Ahora que todo había acabado, y que lo había hecho de una forma tan perfecta como era con Derek besándole, y encima delante de todos los demás; no podía bajar de la nube en la que se encontraba. Jamás lo habría imaginado, pero resultaba que le gustaba que la gente le viera con Derek, y siendo asquerosamente feliz con él...

Por otro lado, le importaba una mierda olvidarse de todo lo demás, y no prestar atención a nada más salvo al hombre lobo que tenía justo a su lado.

Después de todo tenía derecho, pues bastante había hecho ya en los últimos días. Además de haberse llevado unas cuantas heridas que aún le dolían, y eso que Derek le había quitado parte del dolor... Después de haberle lanzado una mirada asesina a Scott, cuando se atrevió a insinuar que podía hacerlo él.

Era hora de recibir la recompensa después de tantos esfuerzos. Y qué mejor recompensa que Derek Hale tampoco quisiera apartarse de él.

Por todo ello, no prestó atención a lo que ocurrió después de que Derek le abrazara y besara. Sólo vio que los demás estaban hablando sobre detalles sin importancia como qué hacer con el cadáver de Kate, o si Cora tenía intención de regresar con ellos a Beacon Hills, hasta que Derek terminara de recuperarse.

A Stiles cualquier decisión que tomaran le parecía bien, siempre y cuando lo hicieran sin obligarle a separarse de Derek... Y el Beta parecía pensar exactamente lo mismo.

También hablaron de cómo iban a volver a casa, viendo que se habían juntado once personas a repartirse en los tres coches con los que habían ido hasta allí: el de Chris, Deaton y Peter.

Aunque la decisión de quién iría en cada coche para el regreso a Beacon Hills, realmente no fue tan complicada. Porque Stiles tenía más que claro que iría con Derek, Cora tampoco tenía intención de separarse de su hermano; y el Sheriff iría en el coche en que fuera su hijo, le daba igual cuál... Y teniendo en cuenta que el coche de Peter era el único lo suficientemente grande como para que cupiera tanta gente, él fue el encargado de llevar a ese grupo. Decisión que, por otro lado, no le importó demasiado, pues así podría vigilar a su sobrino durante el viaje...

Y podría tomar nota del comportamiento tan impropio de él, y que le serviría para tomarle el pelo durante el resto de su vida. Eso también.

Al final lo único que hubo que decidir, fue cómo se repartirían los otros cuatro adolescentes que quedaban: Isaac no lo dudó, y se metió en el asiento del copiloto del monovolumen de Chris, antes de que el propio hombre hubiera entrado. Y Lydia, sin querer pasar más de cinco minutos con el veterinario (y mucho menos cinco horas), corrió a ocupar uno de los asientos de la parte trasera. Así que Kira y Scott no tardaron en ocupar sus respectivos asientos en el coche de Deaton, con ganas de llegar a casa cuanto antes.

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Llevaban dos horas de viaje y todos estaban en silencio. Si bien, era un silencio confortable el que se respiraba en el coche compartido por los Stilisnki y los Hale.

Apenas habían hablado desde que se pusieron en marcha. Tan sólo lo hizo Cora, preguntándole a Derek si estaba bien y si necesitaba algo, a lo que su hermano se limitó a negar en silencio, pero agradeciéndole el gesto con un beso en la frente.

Él estaba en medio de los dos adolescentes, ocupando los asientos de atrás. Cora tenía una de sus manos cogidas con las dos suyas, mientras que la otra ocupaba la misma posición, pero entre las manos de Stiles.

Podría haber parecido una posición un tanto incómoda para él, más similar a la de un juguete que no quería ser compartido; pero no cuando ello implicaba que estuviera siendo tratado, literalmente, como lo más importante de los otros dos.