Capítulo 31

6.7K 888 42
                                    

Caminaban a paso lento.

Muy lento.

Chris seguía soportando el peso de Derek. Cora caminaba un par de pasos por delante, iluminando el camino para un humano que no podía ver en la oscuridad, y para el hombre lobo que sí podía hacerlo pero que no le servía de nada; asegurándose que no se encontraban con alguna sorpresa.

Derek no sabía cuánto tiempo llevaban deambulando por aquel laberinto de cuevas que parecía no tener final, y que se habría convertido en su morada si no hubieran ido a buscarle...

Todavía le resultaba difícil creerlo.

Después de días intentando convencerse de que esa iba a ser su vida a partir de ahora, le gustara o no; ahora le resultaba más que extraño convencerse de lo contrario: Que podría volver a Beacon Hills, junto a Stiles. Que podría volver a casa, una vez acabara con Kate, con la ayuda de su manada.

Porque su manada estaba allí. Todos habían ido a ayudarle, incluido el que en el pasado fue su enemigo, y los Betas a los que creía que había perdido para siempre, después de que ellos decidieran que no merecía la pena seguir a su lado: ni el único Beta que quedaba de su antigua manada, ni su propia hermana pequeña.

Pero estaba claro que se había equivocado. Y Dios, cómo se alegraba de haberlo hecho.

No sólo porque entre todos tendrían más posibilidades, sino porque sentaba increíblemente bien verse rodeado de los suyos.

Aun así, a medida que caminaba intentando mantener el paso, seguía resultándole imposible de creer que le hubieran encontrado tan fácilmente.

Hacía unas horas que había despertado en aquella cueva, después de un largo viaje desde California, y ellos ya estaban allí.

- Cómo sabíais que estaría aquí... - preguntó sin parar de caminar - Ni siquiera sé dónde estamos.

- Recibimos un poco de ayuda de una Banshee – explicó Cora, siempre un paso por delante, pero no demasiado lejos de su hermano – Y estas cuevas son las más famosas de la región. Aquí hay muchas representaciones de mujeres jaguar, y hasta hace poco vivió un jaguar aquí – se encogió un poco de hombros - Era el sitio más lógico.

- Tienes suerte de que Cora detectara tu olor – añadió Chris, sujetándole de la cintura para intentar ir más deprisa – Estas cuevas son un auténtico laberinto. Dudo que hubieras sido capaz de salir de aquí por tu cuenta.

- Dudo que hubiera podido ponerme en pie – replicó con voz cansada.

- ¿Acónito?

Derek asintió.

- Me inyectó hace poco... No es letal... - apretó los labios - Pero lo justo para no poder defenderme...

- Entiendo... - le interrumpió Chris, sabiendo a lo que se estaba refiriendo, y no queriendo hablar del tema. Ni por él mismo, ni por el propio bien de Derek - Suerte que Scott y Isaac llamaran su atención a tiempo.

El hombre lobo asintió de nuevo, agradeciendo el cambio de tema, aunque dentro de su cabeza no dejara de darle vueltas.

Si no hubieran aparecido a tiempo, ahora mismo estaría con ella. Sufriendo la mayor de las humillaciones y sin poder hacer absolutamente nada para evitarlo. Sin que nadie pudiera oírle siquiera suplicar que parara.

De pronto aquella idea, por desagradable que fuera, le recordó algo en lo que no había pensado hasta ahora.

Algo que resultaba ridículo que hubiera olvidado con tanta facilidad, y que suponía que se debía al hecho de que en el último día apenas había estado consciente unos minutos, y todos ellos bajo los efectos del acónito.

My King and his QueenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora