Capítulo III "Rey de las Pesadillas"

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-Todo esto ha cambiado mucho desde que te fuiste -dijo Adri mordiendo su tostada.

-¿Cambiar? Yo solo veo mejoras, como que habéis empezado Pixelmon 5.

-Lo de Celo... -dijo Adri mientras se le quebraba la voz- Leire...

Habia olvidado a Leire, Adri y ella estaban saliendo cuando me fui, y por como la había mencionado parecía que no funcionó del todo bien. Tenía ganas de saber que había pasado, pero desde luego no era la mejor idea preguntar sobre ello...

-Bueno, ¿qué hacemos hoy? -preguntó Adri ligeramente más repuesto.

-Sinceramente, no tengo mucha idea -dije yo- por cierto, tenías razón.

-¿Sobre qué?

-Sobre que no llegaría a los quinientos mil suscriptores.

-No te martirices -dijo Adri intentando alegrarme- seguro que de aquí a unos meses hemos llegado.

-¿Hemos?

-Claro, pienso ayudarte a conseguirlo, ahora centrate en desayunar, creo que tenemos cosas que hacer, y hazme caso, te gustarán.

A veces el maldito secretismo de Adri hacia que tuviese ganas de matarlo, pero en parte me encantaba, es decir, era cansino y todo eso, pero me gustaban las sorpresas, y desde luego las de Adri no me dejaban para nada indiferente.

-Por cierto Lucas, ¿cuando es tu cumpleaños?

-Fue el mes pasado -dije riéndome.

-¿¡Me lo he perdido!? Que mal, se que para ti los 15 eran importantes.

-Si, pero bueno, comprame un buen regalo para los 16 y te perdono.

-Eres un interesado, enano -dijo Adri riéndose levemente.

Seguimos desayunando, esta vez intenté ser algo más rápido, me bebí el café casi de un trago y devoré la tostada en cuestión de instantes. A continuación fui a la ducha, antes de entrar, vi como en el espejo se me veía una ligera sonrisa. Me duché, y acto seguido me vestí con ropa normal. La típica que podría haber elegido en cualquier otra ocasión, no tenía ni idea de si era la mejor ropa para este momento, pero me daba igual...

-¿Eso te vas a poner? -preguntó Adri, a lo que yo me limité a asentir- menos mal que he preparado ropa, venga vamos.

-¿A donde vamos? -pregunté curioso.

-Con un amigo, creo que nunca habéis llegado a conoceros en persona...

-Adri te odio, eso solo me da más curiosidad.

Quizá eso era lo que Adri intentaba, crearme curiosidad, mantenerme alerta, preparado para cualquier cosa. Adri cogió una de estas típicas bolsas para guardar ropa y salió de allí, le seguí el paso acelerado que llevaba y cogimos un taxi. Vi como las calles iban desapareciendo a nuestro paso y rato después nos internábamos en Madrid. Que recuerdos de tardes en Madrid, vídeos, canciones, fiestas, amigos... felicidad...

El conductor del taxi conducía de forma acelarada y algo torpe, gritando a todo aquel que se cruzaba en su camino en aquel laberinto de asfalto. Me agarré fuertemente al asiento ya que con cada bache y cada volantazo que daba el conductor más terror me invadía, si, temia bastante por mi vida estando en aquel maldito taxi. De repente el taxista dió un frenazo y me di un fuerte golpe contra el asiento delantero, salí velozmente de aquel vehículo y me apoyé en una farola, Adri pagó al hombre y salió del coche.

-No vuelvo a montarme ahí ni de broma -dije yo soltando un suspiro.

-Menos mal, yo tampoco quería -dijo Adri riéndose.

-¡Pero si estás como una rosa!

-Calla y sigueme renacuajo -finiquitó Adri.

El chico se acercó a un portal, el cuál permanecía abierto y me indicó con la mano que le siguiera. El edificio por dentro era blanco y negro tomando un diseño bastante moderno, había una joven, trabajaba con un ordenador y mientras hablaba por un teléfono, Adri se apoyó en la mesa y esperó a que la joven terminase de hablar.

-Hola, venimos para las grabaciones del señor Rush Smith.

-Estudio de grabación 4 -dijo la mujer con una sonrisa enorme, me preguntaba si todas las secretarias debian transmitir esa falsa alegría...

Seguí a Adri hasta el estudio de grabación 4, entré tras él y vi un decorado algo sombrío ya preparado, había un joven con barba, pelo oscuro y sonrisa radiante. A su lado había una chica de pelo rojizo intenso con mechas rubias, muy guapa por cierto.

-Llegais justo a tiempo -dijo Rush.

-Yo me debería cambiar -dijo Chus saliendo de la habitación haciendo resonar sus tacones por la sala.

-Tu también deberías cambiarte -dijo Adri tendiendome la ropa.

Fui a una habitación diminuta que había justo al lado y comencé a cambiarme de ropa, la cuál me quedaba perfecta, Adri aún recordaba mi talla. Fui de nuevo al estudio de grabación y allí estaba Chus vestida al más puro estilo del libro de Rush, El niño que se olvidó de dormir. Estuve dándole vueltas al guión durante un buen rato y cuando ya estuve algo familiarizado con él me coloqué ante la cámara junto a Chus. Rush se colocó tras la cámara, sonrió y se preparó para hablar.

-Luces, cámara, ¡acción!

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