Capítulo XXX "Secreto Aterrador"

56 4 0
                                    

Zellen estuvo todo el día evadiendo nuestras preguntas, es más, no nos dejó salir del salón, él mismo nos trajo algo para comer y nos hizo estar allí todo el tiempo posible. Rebeca y yo, obviamente buscabamos formas de salir de allí, pero no había ninguna, así que no tuvimos mas remedio que sentarnos allí, a leer libros.

-¿Nos puedes decir ya que pasa aquí? -le pregunté de nuevo a Zellen.

Zellen ignoró mi pregunta y siguió leyendo, cogió una taza, dio un sorbo a su té y pasó la página del libro. Me levanté furioso, cogí la taza y vertí todo el té sobre Zellen. Este se levantó furioso y me miró fijamente.

-¿Me harás caso ahora? -Zellen me echó una mirada asesina y nos indicó con la mano que le siguiéramos.

El chico salió del salón y recorrió un largo pasillo hasta llegar a una habitación, abrió la puerta, Rebeca y yo entramos y Zellen cerró la puerta velozmente, incluso con llave.

-Y de nuevo encerrados -dije dando vueltas por la habitación.

Esta habitación tenía una chimenea, un par de sillones en torno a ella, una mesa, una cama de matrimonio, y varias estanterías con libros. No tenía más ganas de leer por hoy. Sobre la cama había un único pijama, constaba de una camiseta azul y un pantalón rosa.

-Me pido la camiseta -dijo Rebeca lanzándose sobre ella- parece lo suficientemente grande para que no tenga que llevar los pantalones.

-Y a mi me tocará dormir sin camiseta -dije desganado- que bien.

-No te quejes -dijo Rebeca mientras yo me quitaba la camiseta- podría ser peor.

Me di la vuelta y la chica se desvistió y se puso la camiseta. Al acabar se metió en la cama, y por mi parte me puse a dar vueltas por la habitación.

-¿Qué estás haciendo? -preguntó Rebeca intrigada.

-Tiene que haber alguna forma de salir de aquí, debe ser otra prueba de Zellen -dije pasando mis dedos por los libros.

-Lucas -dijo Rebeca apartandose el pelo- tengo sueño, ven y buscamos mañana la manera de salir.

-Esta bien -dije apagando la luz y dirigiéndome a la cama.

Me metí en la cama, junto a Rebeca y me di la vuelta, dándole la espalda a la chica. Unos instantes después noté que Rebeca se pegó a mi, y acto seguido me abrazó por la espalda, colocando su mano en mi pecho. Se sentía raro, pero he de reconocer que era muy agradable.

-Lucas -dijo la chica- despierta, debemos buscar una manera de salir de aquí.

-¿Tan pronto? -pregunté fijándome en que la chica seguía abrazandome- yo quiero quedarme así.

-Venga Lucas -digo Rebeca sin apartarse de mi- tenemos que hacerlo.

-Está bien -dije poniéndome en pie para acto seguido cambiarme de ropa- ¿tienes alguna idea de por donde puede ser?

-La habitación no es excesivamente grande -dijo Rebeca ya vestida- podríamos registrarla entera.

-Está bien -dije dando vueltas por la habitación.

Comencé a tocar todos y cada uno de los libros, un tipico mecanismo solía ser un libro. Por lo que parecía, Zellen no se había centrado en lo típico. Seguí mirando por la habitación, en los sillones quizá habría algo, pero no era el caso. Miré en la mesa, me fijé en que bajo esta había un cubo con agua. Una idea cruzó mi mente. Cogí el cubo y lancé el agua contra el fuego de la chimenea, apagando las llamas. Nada.

-Esto no puede ser -dije alucinando por haberme equivocado.

-Espera -dijo Rebeca empujando la pared interior de la chimenea y revelando un pasadizo- ya está.

-¿Me lo estás diciendo enserio? -dije riéndome.

-Sigue siendo trabajo en equipo, como dijiste -soltó la chica riendo.

-Anda vamos -dije yo pasando por el hueco de la chimenea- quizá te manchas Cenicienta.

-Que gracioso -dijo Rebeca en tono irónico- sigue hacia delante.

Seguimos caminando por el túnel, parecía que no tenia final, quizá no lo tenia y nos habíamos equivocado, pero por intentarlo no perdíamos nada. En un instante crujió el suelo.

-¡Reb...! -grité mientras el suelo se rompía y caíamos ambos algo más abajo.

Yo estaba tirado en el suelo, y Rebeca había caído sobre mi, por lo que amortigüé su caída.

-Que dolor -dije mirando el hueco del techo.

-Perdón -dijo Rebeca sonrojándose y acto seguido poniéndose en pie- ¿ahora que hacemos?

-Seguir hacia delante -dije automáticamente- aún queda un largo camino.

Seguimos caminando durante demasiado tiempo, quizá un par de horas, realmente no sabíamos ni hacia donde caminábamos, pero no teníamos mucho más que hacer. Entonces, nos topamos con una puerta...

Universo Youtube Donde viven las historias. Descúbrelo ahora