Capítulo 32: "refugio"

85 9 2
                                    

Luego de salir de la enfermería, me fui directo al baño. El Maria fue a la biblioteca a avisarle a todos lo que me había pasado, obviamente tenía que mentir porque si decía que me habían mordido quedaría la cagá. Mi mano estaba vendada completamente y con cuea los dedos quedaban al aire, así que no se ve la mordida.

Salí del baño para ir al lugar donde generalmente lavamos la ropa y los platos. Mi ropa estaba húmeda, así que la dejé un rato mas en el colgador. Después subí a la biblioteca. Pero cuando iba a abrir la puerta para entrar a ella, alguien me tapa la boca y me toma en brazos. -sssht.- era lo único que decía por lo tanto no podría saber quien era. Luego me puso una hueá negra en los ojos, que hacia mas difícil que pudiera ver quien era.

-¡mhtm!.- trataba de modular pero no podía hablar, sentí que la misma persona que me tenía en brazos abría una puerta, o un portón. ¡ay no, me está sacando del colegio! Empecé a patalear, haciendo que el o la desconocida me soltara de sus brazos.

-¡Y me deci bruto a mí!.- pude ver con más claridad su cara y el lugar donde estabamos. Era el Rodolfo, y estábamos en el sector dos. Nuestro sector dos. Aún recuerdo cuando me "regaló" este sector.

Flashback

No dije ninguna palabra mientras me daba cuenta de lo lindo que era todo lo que hizo el Rodolfo, porque hizo toda esta hueá para pedirme perdón, y sólo a mí.

Los cuerpos de zombies ya habían desaparecido, y el suelo que solía ser naranjo, ahora era completamente verde. Miré para arriba y me encuentro con estrellitas colgando del techo, caían hasta más o menos la mitad del sector dos, y se veían muy bonitas, ya que estaban sujetas a un hilo transparente y daba la impresión de que estaban volan2. Había un sofá que recuerdo haber visto una vez cuando entre a la sala de profesores para hablar con mi profe jefe. Se veía más lindo aquí. Tambien habían sillas y mesas que eran de inspectoría. Un montón de frazadas encima de un colchón inflable que recuerdo haber traído, por eso habían tan pocos colchones po. Y por último unas velitas, se las tuvo que haber lanzeao de alguna parte, ya que en general sólo ocupamos velas las noches que hace frío.

-¿Y?¿te gusta?- se me había olvidado que el Rodolfo hizo todo esto para mí. Me di la vuelta para mirarlo y le sonreí muy feliz.

-¡Hueón, está la raja!- el Ken me sonrió y corrió al sofá, yo lo seguí y me senté al lado de él.

Nos quedamos callados mucho rato, hasta que él hablo. -esto es porque... quería pedirte disculpas, esque no soy de gritarle a las minas, y no sé, me sentí como las hueas cuando te grité hueón- me miró apenado y yo me giré hasta quedar frente a el.

-Gra...ci...as.- me paré del sofá y empecé a gritar y saltar como una unicornia culiá.

Una vez dejé de saltar, lo miré, el me estaba mirando con el ceño fruncido mientras sonreía. Nos quedamos mirando como ochenta horas, hasta que él quitó la mirada, se paró, tosió y me habló. -tenemos que volver- yo asentí y lo seguí a la salida. El abrió el portón con cuidado de que nadie nos viera salir de ahí y después salió, yo igual lo hice. Finalizó cerrando el portón con un candado. -sólo yo tengo este candado- me miró de reojo y yo le sonreí. -Este va a ser nuestro refugio, cuando te sintai' mal, cuando no te guste esta mierda de mundo, cuando sientas que nadie te entiende, cuando el Maria se mande algún cagazo contigo... escóndete aquí, refugiate aquí, desahogate aquí, y cuando nadie sepa donde estás, yo te encontraré, porque sé que estarás aquí, en nuestro refugio, y te haré compañía, si quieres obvio- me miró por varios segundos y yo asentí, roja. Terminó de cerrar el portón y después nos dimos la vuelta.

Fin flashback

—¡Ay ahueonao no vei' que pensé que me estaban raptando oh!— me crucé de brazos y el mandó la senda risotada, yo, que antes estaba frunciendo el ceño, ahora esta sonriendo.

Corrí al colchón inflable y sentí sus pasos atrás de mí. Me senté y el me copió. Nos quedamos callados harto rato. Lo vi sacar dos manzanas, ¿aún quedaban? Me pasó una y yo al toque la mordí. —mhhh— dije y el sonrió. —¿De donde las sacaste?— le pregunté, él se encogió de hombros mientras mordía sus manzanas. Seguimos en silencio. Una vez que terminé mi manzana me acosté en el colchón, y a los segundos sentí al Rodolfo ganarse a mi lado, igual que yo. Como no hablabamos nada, empecé a cerrar mis ojos sin querer. La compañia del Rodolfo era buena, no me incomodaba, de hecho me gustaba que no hablara, no porque no me guste su voz, sino por el simple hecho de que los silencios con el son la raja. La mano herida la tenía en mi frente. Mientras la otra estaba en mi abdomen. Estaba a punto de dormirme cuando siento su tacto en mi mano mordida. Abrí los ojos y el estaba inspeccionando mi mano con sus dedos, aunque no iba a ver mucho, porque la mayoría estaba vendada.

—¿Te duele mucho?— me preguntó, yo negué con la cabeza —aún no me explico como no te convertiste— yo le sonreí y me encogí de hombros.

—Cosas que pasan, pasan que cosas— nos reímos y luego nos sentamos en el colchón, el Rodolfo soltó mi mano.

—Hace frío, eh— me dijo y yo enarqué las cejas.

—Sí— nos quedamos mirando harto rato, hasta que el se ganó muy apegado a mí y me tapó con una frazada, mientras que me abrazaba.

Yo lo miré y el me miró, y estuvimos así harto rato, hasta que cerró sus ojos para darme un beso, yo me puse más roja que la chucha y me separé de golpe del culiao, me paré y él hizo lo mismo. Pero yo ya estaba llegando a la salida cuando el me toma el brazo. —Sofi— me susurró. —No se que me pasó, no le digai nada a nadie, por fa— lo miré dudosa pero igual asentí con la cabeza.

A mi sólo me gustaba el Maria, y a él no más le daría un beso.

Íbamos a sentarnos en el sofá, cuando escuchamos un grito en el sector uno. —¡UN ZOMBIE!— era voz de mina.

Miré al Rodolfo que tenía loh ojoh como pepas. —Conchetumare— susurró y abrimos el portón de una, ni siquiera dándonos el tiempo de ver si alguien nos cachaba salir del sector dos, sólo salimos, y ya.


Apocalipsis Chileno [terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora