capitulo 11: "nuevas reglas"

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Sofi Pov

Despues de salir de la enfermería me fui a mi sala, estaba anocheciendo y estaba cagá de hambre y sueño, asi que apenas llegué, me dormí.

Pero éramos muy pocos.

Luego de dormir, desperté con tranquilidad, era un dia culiao lindo y con buenas vibras. Hoy nos íbamos a juntar los pocos que habíamos quedado, cuando llegué eramos de verdad muy pocos.

—Hola— el Felipe se sentó alrededor de nuestro círculo deforme —somos realmente pocos... por lo que... eh—nos miró a todos —somos ¿veinticuatro, veinticinco?— se removió —somos de verdad muy pocos y el colegio es muy grande pa' todos— agarró unos papeles —anoche casi no dormí porque estuve haciendo esto junto a otros compañeros— levantó los papeles y luego los miró —son como unos planos del colegio. Tenemos laboratorio, computación, biblioteca, las salas, los baños y lo típico de un colegio, antes éramos doscientas personas y ahora con cuea somos unos veinticuatro— respiró hondo —por lo que no podemos dormir en cada sala po, asi que lo que vamos a hacer es dormir todos en la biblioteca, vamos a sacar las mesas y hueá, para que tengamos más espacio, y vamos a dividir el colegio en dos partes, la parte uno es donde vamos a estar, consta en la biblioteca, los pasillos que llevan a ella y los patios traseros, los baños no funcionan pero tenemos a un mino aquí que era universitario y se caló en el colegio— todos se rieron —lo bueno es que es ingeniero en construccion, o bueno, lo iba a ser antes de esto... pero con respecto a los baños podemos hacer algún pozo, no sé aun lo que hara nuestro amigo, pero me aseguraré de que estemos cómodos— sonrió —y el sector dos es donde vamos a dejar las cosas que no nos sirvan, además de que en la parte dos están los cuerpos, y como hay conocidos vamos a hacer una misa, para los que aún creen, y despues vamos a quemar los cuerpos— todos empezaron a murmurar —silencio... vamos a limpiar, el colegio no puede seguir con cuerpos de zombies, entiendanlo. Y por último, vamos a salir a buscar comida porque estamos demasiado hambrientos y débiles— se paró _pueden irse, recuerden: a la biblioteca— y se fue.

Todos nos fuimos camino hacia allá y luego al subir era un ambiente cálido y próspero. Empezamos a sacar las mesas de la biblioteca pa dejar más espacio, algunos estaban en los pasillos, y luego de eso llevaban las mesas a los patios, donde el Felipe dijo que nos podíamos juntar a hablar, "reuniones", para estar más comodos según el, y no estar con el culo cuadrao' en el suelo mientras lo escuchamos hablar.

No hacía frío por la simple respuesta de que las ventanas de la biblioteca estaban cerradas y como estabamos todos en el mismo lugar, nuestras respiraciones nos hacían estar bien.

Pero se había ido la luz. Seguía con la ropa del colegio. Y me dolían los ovarios.

Yo sabía.

¿Y las toallitas que me pasó el Gerardo?

Lo vi mirarme y me acerqué a él, se puso incómodo y provocó que me sintiera nerviosa.

—Hola— le dije una vez sentada en el suelo de la biblioteca, al ladito de él —es más cómodo que estar en la sala, con frío.

—¿Ahora no tení frío?— me preguntó.

—No... o sea sí un poco, pero es soportable po— sonreí.

Se sacó el polerón de cuarto medio y me lo puso en los hombros, y me puse roja cuando me di cuenta que el Diego me miraba con sorpresa, bueno, más bien al Gerardo.

—Oye, no te preocupi, si no tengo tanto fr...

—Cállate y dejame abrazarte en paz, ¿ya?— me interrumpió.

Asentí con la caeza' y me abrazó, yo le di la mano y cerré los ojos.

Estaba quedándome dormida, quedandome tan bien y cómodamente dormida, pero el Felipe llegó y se sentó al frente de los dos.

Abrí los ojos, el Felipe estaba haciendo mucho ruido con unas hojas, y me molesté.

—Siento interrumpirlos, pero— abrió un papel que decía un millón de letras —la otra semana  saldremos sólo los tres— yo hice un quejido, no andaba con ganas de salir —¿por qué solo nosotros?— se acercó a nosotros, asegurandose que ningun sapo escuchara —porque somos inmunes, y no quiero mas muertes.

Rodé los ojos —no es por ser ni nada, ni quiero cagar tu plan la raja, pero tambien hay personas que van a tratar de sobrevivir, y es obvio que si nos encontramos con ellos va a ser mucho peor que dejar de ser inmune po.

El Gerardo asintió, pero no me dio la razón —es verdad, pero de verdad no podemos dejar que se muera mas gente Sofi, tenemos que ir nosotros.

Me rendí —agh ¿ya es de noche?— pregunté.

—Sí, o sea se está atardeciendo— me dijo el Pipe —¿por qué?.

—Nada, oye, ¿y por qué escribiste tanto?— miré el papel lleno de letras.

—Ah, sí— sonrió —nos faltan muchas cosas, entres ellas... comida, ropa, coles pa' las minas porque ufff— se rió y yo lo fulminé con la mirá' —cosas de aseo para las minas... ya sabí que po, eh, mucha agua, frazadas, y ojala colchones inflables, eso— sonrió con autosuficiencia.

—¿Ya?¿y cómo creí' que nosotros tres vamos a traer todas estas cosas?— pregunto el Gerardo.

El Pipe se quedó callado —oh hueón, se me olvidó ese detalle— se rascó la cabeza —ya, vamos a tratar de ver eso, pero ¿les gustó mi plan o no?— sonrió.

—Sí, sí, Felipe tengo tuto y quiero dormir, aparte estoy tan cómoda con mi cabecera, pero no puedo dormir porque estai aquí— el pipe se hizo el ofendido.

—Tsha, que so tela— se paró del suelo y nos miró desde arriba —ya, me voy a seguir terminando las cosas y planos— se despidió con un choque de puños y manos  —chao.

—¿Y cuál se supone que es tu "oficina"?— nos reímos por mi palabra y despues el culiao habló.

—Acá al lado no más, no me extrañen, chao— y se fue.

Algunos nos miraban raro a mi y al Gerardo, no niego que para mi igual es algo extraño y nuevo, pero se pasan de sapos los culiaos po.

Apocalipsis Chileno [terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora