Capitulo 23: Sorprendidos.

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Samuel miraba por la ventana una y otra vez para ver lo que hacían Andrea y Agustín, se hablaban con tanta confianza y tan sonrientes que le empezó a molestar, ella nunca sonreía así para él, en cambio lo hacía con Agustín. Sin poder mas, salió a interrumpirlos a propósito, una parte de el quería detenerse, pero la otra no, quería hacer algo para que dejaran de hablar. Escuchaba la risa de Andrea mientras más se acercaba, apretando su mandíbula, respiro hondo y se encamino tan rápido como pudo.

Samuel: Muy buena la plática, pero ya nos tenemos que ir Agustín –dijo acercándose a ellos y Andrea apago su risa volteando a verlo. Podía ver como lo miraba con fastidio, mientras el sonreía victorioso al ver que les había arruinado el momento.

Agustín: ¿Ya es hora?

Samuel: Si, Andrea recuerda los medicamentos para Martina, si olvidaste algo pregúntale a Graciela y ella te ayudara.

Andrea: No se preocupe señor.

Agustín: Andrea, hablamos después, te llamare –dijo antes de irse y Samuel vio como se despedían con un beso en la mejilla.

Andrea: Esta bien –dijo moviendo su mano mientras Samuel y Agustín se iban.

Andrea subió nuevamente con Martina a su habitación, pero no la vio donde la había visto por última vez, estuvo a punto de salir cuando escucho que algo se rompía en el baño.

Andrea: ¿Martina? –dijo entrando al ver un pedazo de vidrio en el suelo y Martina le sonrió graciosa.

Martina: Andrea, solo quería verme en el espejo pero se me cayo, fue sin querer, te lo juro...

Andrea: Esta bien, ven con cuidado –dijo ayudándola a caminar, sinceramente no entendía como pudo llegar sola hasta ahí, aunque conociendo a Martina se las debe haber ingeniado.

Graciela: Martina, mi niña ¿estás bien? –dijo entrando notablemente preocupada después de haber escuchado desde donde estaba como el vidrio se rompía.

Andrea: Esta todo bien, pero debemos solucionar de alguna manera como se va a desplazar, pudo lastimarse cuando iba para el baño.

Graciela: Creo que puedo conseguir unas muletas de su tamaño, las puede usar pero solo para moverte cuando sea necesario.

Martina: Esta bien, pero no le digan a mi hermano que rompí el vidrio por favor –suplico.

Andrea: No le diremos a tu hermano si prometes hacernos caso a todo lo que te digamos –dijo acercándose a ella mientras sonreía asintiendo.

Graciela le consiguió las muletas a Martina y gracias a esto lograba llegar al baño con más cuidado de no apoyar el pie, Andrea le consiguió algunos libros para leer, que solo leía el principio y terminaba sustituyéndolo por una película o alguna otra actividad.

Mientras los días iban pasando, Agustín y Andrea tuvieron mejor comunicación, hablaban casi a diario y el frecuentaba muy seguido en el rancho Gallardo, algo que Samuel notaba y lo incomodaba de alguna manera.

Laura: ¿Hoy te veras con el doctor? –pregunto a Andrea cuando esta se encontraba estudiando.

Andrea: No creo, tengo que estudiar mucho –dijo sin despegar su vista del libro de finanzas que estaba leyendo.

Laura: Que lastima... yo quería ir contigo...

Andrea: Te dije que a Agustín no le vas a interesar, mejor ponte a estudiar o lee un libro, es mejor que estar lamentándose por no salir.

Juego del Destino #PSF2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora