Capitulo 11: ¿quieres?

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Andrea: Mama... mama –repetía mientras lloraba- ¿Por qué mi papa me encierra? no me gusta –dijo llorando mas fuerte mientras su madre la abrazaba tratando de tranquilizarse.


Estela: Tranquila, mi niña ya paso. No permitiré que te vuelva a encerrar, lo prometo.


Tan solo era una niña, su padre siempre la encerraba para que no saliera a jugar, su madre era la única que la entendía, pero a veces las cosas se salían de control.


Bernardo: ¡Andrea! –grito mientras se apresuraba hasta la habitación donde estaba. Andrea tuvo tanto miedo que se escondió tras la espalda de su madre, era el único lugar donde se sentía protegida- te dije que no le abrieras la puerta –dijo enojado.


Estela: ¿Cómo le puedes hacer esto? ¡Es tu hi...! –inmediatamente sintió la mejilla arder después que este estrellara su mano contra ella.


Bernardo: Que sea la última vez que me desautorizas, ¡Entendido! –estaba fuera de si. Andrea solo se quedaba pasmada viendo la forma en que su padre trataba a su madre, de un momento a otro sintió la respiración pesada, su madre observo la mirada perdida de Andrea y pensó lo peor cuando la vio sujetarse del pecho mientras intentaba respirar.


Estela: No... Andrea respira por favor –dijo apresurándose a llegar hasta ella y ayudándola a sostenerse de la orilla de la cama.


Bernardo: Ahí viene de nuevo con su drama de siempre...


Estela: ¡Bernardo, ya basta! ¿No ves que no puede respirar?


Bernardo: Ya me largo de aquí, y no quiero que salga, está castigada.


Estela: Eres un insensible, ¿Cómo puedes ser así con tu propia hija? –solo alzo los hombros quitándole importancia y salió. Ella miro nueva mente a Andrea que aun seguía sin respirar bien, busco su bombita y se la puso en la boca empezando a bombardear.


Estela: Vamos Andrea, tienes que conseguirlo...


el lugar era obscuro, hace unos minutos que había perdido el conocimiento, sentía esa opresión en su pecho que no la dejaba respirar bien... pero poco a poco empezó a sentir como se normalizaba, ya lo estaba logrando, volvía a recobrar el conocimiento, y lo primero que sintió fue como algo invadía su boca, y no era precisamente su bombita, abrió los ojos de golpe y se dio cuenta que era eso.


¡Era el! Samuel lo había hecho, le había dado respiración artificial para ayudar a sus pulmones a tener el aire necesario, ¿le había salvado la vida?


Samuel: Por fin... ¿Cómo se siente? –dijo mirándola a los ojos.


Andrea: Eh... yo –no sabía ni que decir, aun estaba sorprendida.


Samuel: Tuve que hacerlo para que no muriera, tenía el pulso muy débil y ya se había desmayado.

Juego del Destino #PSF2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora