Juego del Destino #PSF2017

Capitulo 40: Llanto.

Por fin pudo decírselo, después de haber sido interrumpidos en el hospital por Martina, esta vez se había llenado de valor, aunque sus manos le sudaban y sentía el corazón en la boca, no le importaba nada en este momento que escucharla. Ella estaba, atónita, nunca se imagino que Samuel le diría algo como eso, parpadeo varias veces y suspiro antes de dirigirle la palabra.

Andrea: Samuel...

Samuel: Andrea, te amo, te juro que ya no puedo mas –tomando sus manos y mirándola fijamente- nunca había sentido esto por nadie, te lo juro...

Andrea: Entonces como sabes que lo que sientes es amor, puede ser agradecimiento –dijo y el la miro con tristeza, en verdad no le creía, y eso le dolía profundamente.

Samuel: No es agradecimiento, se lo que siento por ti, quiero estar contigo, protegerte –dijo intentando besarla pero ella se aparto.

Andrea: Pero esto no... esto no puede ser, seguro estas confundiendo las cosas... entre tú y yo no puede haber más que una relación de jefe a empleada, y una simple amistad.

Samuel: ¿Amistad? Enserio crees que puedo ser tu amigo? No Andrea, yo quiero algo más que eso, que estemos juntos...

Andrea: Pero eso no podrá ser, ahora si me disculpas, quiero descansar, gracias por la cena –dijo abriéndole la puerta para que se fuera, sintiendo un nudo en la garganta cuando vio su cara de tristeza.

Samuel: Adiós Andrea –dijo antes de cruzar la puerta para irse con un gran dolor en su corazón.

Al día siguiente, estaban desayunando Laura y Margarita cuando Andrea bajo, las dos se quedaron mirando por unos segundos hasta que ella tomara asiento.

Andrea: ¿Qué les pasa? ¿Por qué me miran así?

Margarita: Este... queremos saber...

Laura: Si ya andas de novia con Samuel –dijo sonriendo con picardía y Andrea rodo los ojos.

Andrea: No –dijo y ambas la miraron atónitas- no me vean con esas caras que lo único que me dices es que ustedes sabían de esta locura...

Laura: Ay Andrea, por supuesto que sabíamos, pero no se me hace justo que lo rebotaras...

Andrea: Lo que no concibo es que se hayan puesto para esto, especialmente tu tía, me sorprendes.

Margarita: Andreita... es que el se ve tan enamorado de ti, no sabes lo pendiente que estuvo todo el tiempo que estuviste en el hospital, iba día a día a verte y hasta se ofreció a pagar tus gastos...

Andrea: Ustedes no se lo habrán aceptado –dijo pero solo recibió el silencio de parte de ambas- no lo puedo creer.

Laura: Andrea, no seas exagerada por Dios.

Andrea: ¡Exagerada! Les recuerdo que yo trabajo, el es mi jefe y no permitiría que se ocupara de mí, todavía tengo fuerzas para trabajar, así que ni crean que dejare las cosas así, porque le pagare hasta el último centavo –dijo y se levanto enojada subiendo a su habitación.

Samuel y Martina estaban desayunando como de costumbre, ella tenía interés en visitar a Andrea, pero él no se lo permitía porque aun estaba recuperando, así que era mejor que Martina se quedara en casa y ya la llevaría otro día. Recibió una llamada de Rebecca diciéndole que tenían que juntarse para el almuerzo a tratar algunos asuntos, a duras penas acepto porque se trataba de negocios, pero la verdad es que no quería ir.

Samuel: Martina, hoy tendrás que almorzar sola, recibí una llamada de Rebecca y tendré que salir.

Martina: ¿Qué? No por favor...