Capitulo 77: Va a dar a Luz.

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Andrea estaba sorprendida, a la última persona que esperaba ver tras abrir la puerta, trago en seco antes de intentar cerrar la puerta, pero este se apresuro poniendo su pie para que no lo consiguiera.

Bernardo: Espera hija...

Andrea: ¿Ahora si soy su hija? ¡Por favor no sea hipócrita!

Bernardo: Andrea, vengo en son de paz, te lo juro...

Andrea: Usted juro muchas cosas que al sol de hoy no ha cumplido, ¿Cómo espera que le crea ahora? Quiero que se vaya o lo mandare a sacar con los empleados.

Bernardo: Por favor Andrea, mira –dijo sacando un sobre- vine a entregarte esto, quiero que mi nieto tenga un regalo de su abuelo –saco dinero del sobre, era mucho dinero, pero sabia las verdaderas intensiones de su padre, y ella por supuesto no caería.

Andrea: Dije que se largue, no lo quiero cerca de mí, y menos de mi hijo, el no necesita nada de usted, me tiene a mí y a Samuel que es su padre, no necesita nada mas...

Bernardo: Pero yo soy su abuelo, yo le puedo dar más, mucho más de lo que puede darle el Gallardo –refiriéndose a Samuel- no me puedes prohibir el hacerle un regalo a mi nieto.

Andrea: Por supuesto que sí, es la última vez que se lo digo, váyase –dijo mientras sostenía una firme mirada, entonces no le quedo más opción que hacer lo que le pedía.

Graciela: Señora, escuche unos gritos, ¿sucede algo? –dijo acercándose junto a Martina, pero ya Bernardo se había ido.

Andrea: Nada, solo una desagradable visita.

Martina: ¿Estás bien Andrea? –pregunto al verla agitada.

Andrea: Si, solo estoy cansada, quiero dormir un poco, ¿me acompañas? –dijo extendiendo su mano y Martina la sostuvo para acompañarla a la habitación.

Laura y David estaban pasándola increíble en su viaje, habían visitado casi todos los países de Europa, conociendo casi todos los atractivos turísticos y por supuesto, su amor se ha fortalecido, más fuerte que nunca. Estaban en Paris, Francia, en un restaurante tomando café, cuando David saco su cámara para fotografiar a Laura una vez más.

Laura: David, ya deja eso, todos nos están mirando –dijo riendo mientras ponía su mano para que dejara de tomarle fotos.

David: No me importa, ¿qué tiene de malo que quiera fotografiarte? Esos son unos envidiosos porque tu no andas con ellos –dijo y logro sacarle otra foto cuando ella se descuido- estas hermosa.

Laura: Contigo no se puede –dijo riendo más fuerte y luego tomo de su tasa, el café de ese lugar era exquisito, pero ninguno como el de su mama.

David: Ya volveremos en una semana, no quiero volver, ¿por qué no mejor nos quedamos a vivir?

Laura: Porque no, extraño a mi mama, además Andrea esta casi al dar a luz y quiero conocer a mi primito, igual podemos volver cuando queramos, pero por ahora hay que volver.

David: Bueno, como quieras, ¿nos vamos? –dijo y los dos salieron para tomar un taxi hacia el hotel. El día había sido bastante agotador, se levantaban muy temprano para que les dé tiempo de visitar todos los lugares que quisieran.

Laura: Uff que cansancio –dijo después de entrar a la habitación del hotel y lanzándose hacia la cama- pero me encanto el paseo de hoy.

David: ¿Qué te parece si mañana pasamos el día los dos solitos aquí encerrados, tengo ganas de pasar tiempo a solas contigo –se recostó en la cama después de quitar su bufanda y las botas que llevaba puesta- podemos pedir comida, ver una película, hacer el amor –sonrió al escuchar las carcajadas de Laura.

Juego del Destino #PSF2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora