Capitulo 46: Me odia.

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A la mañana siguiente, Samuel paso muy temprano por Andrea, tal y como habían quedado, estaba ansioso por su fin de semana juntos, con Martina quien todavía no le hablaba, lo que más le extrañaba es que si hablara con Andrea, pero cuando él hacia alguna pregunta inmediatamente volvía a su posición inicial. Al llegar a la gran mansión que estaba en frente de la playa, Andrea la miro alucinada, era un verdadero sueño, tenía una alberca, y un balcón con vista al mar que no dudaba que en las noches podía contemplar perfectamente el cielo estrellado.

 Al llegar a la gran mansión que estaba en frente de la playa, Andrea la miro alucinada, era un verdadero sueño, tenía una alberca, y un balcón con vista al mar que no dudaba que en las noches podía contemplar perfectamente el cielo estrellado

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Andrea: Esta casa, está muy hermosa –dijo alucinada mientras se bajaban del vehículo.

Samuel: Si, mi mama se procuro de tenerla perfecta para Martina –dijo dirigiéndose al baúl para sacar las maletas al tiempo que Andrea miraba a Martina quien se encaminaba hacia la casa.

Andrea: ¿Entonces esta casa es de Martina?

Samuel: Así es –dijo sonriendo.

Cuando entraron la vista era aun más espectacular, le encanto cada detalle y buen gusto en la decoración, en seguida notaron cuando Martina subía las escaleras sin decir una palabra.

Samuel: Esta así por mi –dijo con la mirada triste- quizás lo mejor será dejarlas a ustedes, así podrían disfrutar más el fin de semana...

Andrea: No digas eso –dijo cuando el sintió que lo envolvía con sus brazos en su cintura- solo tenle paciencia, ya verás cómo se le pasara. Me consta que tu hermana te quiere mucho.

Samuel: Pero siempre termino alejándola de mi, y yo no quiero eso Andrea, te juro que quiero a mi hermana –dijo desesperado haciendo silencio al sentir los labios de Andrea posándose sobre los suyos, ella quería dejarle entender que estaba con él, y lo entendía, sabia lo frustrante que era para él todo lo que estaba pasando.

Andrea: No te preocupes, hablare con ella –dijo cuando se separaron y el la miro con ilusión.

Samuel: Preparare algo de comer para los tres –dijo sonriendo y la vio subir las escaleras antes de ir a la cocina.

Andrea: Martina –dijo llamándola cuando entro a la que supuso era su habitación ya que tenía su nombre escrito en la puerta. Al entrar se sorprendió al ver aquel cuarto, parecido al de las princesas de los cuantos que acostumbra a leerle a Martina, en el centro estaba un enorme castillo que llegaba casi hasta el techo, cuando se acerco un poco más, pudo ver su silueta moviéndose dentro de ese castillo para luego verla salir.

 Al entrar se sorprendió al ver aquel cuarto, parecido al de las princesas de los cuantos que acostumbra a leerle a Martina, en el centro estaba un enorme castillo que llegaba casi hasta el techo, cuando se acerco un poco más, pudo ver su silueta ...

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Martina: Andrea, ven –dijo sosteniendo la mano de Andrea y la acerco a su cama- hace tiempo quería mostrarte este lugar, ¿Qué te parece mi casa? Puedes venir cuando quieras eh... solo que me gustaría que mi hermano no estuviera con nosotras.

Andrea: No digas eso, tu hermano está preocupado, le entristece tu actitud con el... ¿Por qué actúas así? –dijo mirando como Martina borraba la sonrisa que le había mostrado anteriormente.

Martina: El me llevo a esa fiesta... yo no quería pero el... -empezó a llorar y Andrea se le rompió el corazón verla así, no dudo en abrazarla.

Andrea: Shh ya, tranquila –dijo consolándola y después de unos minutos ella se tranquilizo.

Martina: ¿Tienes algo con mi hermano? –pregunto mirándola con sus ojos notablemente hinchados.

Andrea: Eh... yo...

Martina: A mí no me molestaría que estuvieran juntos, mi hermano te quiere, lo escuche diciéndoselo a mi primo David el otro día, ellos siempre se cuentan todo –dijo y de pronto Andrea sintió el calor en sus mejillas.

Andrea: Eh bueno... podría decirse que estamos intentando algo...

Martina: ¿Entonces si son novios? –pregunto esta vez mostrando un brillo en sus ojos, y antes que Andrea pudiera contestar Samuel entro trayendo una bandeja con sándwich y jugo.

Samuel: Aquí está la comida –dijo colocando la bandeja en una mesita- ¿Qué les parece si después de comer vamos a la playa? –dijo y las dos asintieron mordiendo cada una de su sándwich.

El sol, la playa, brisa, arena... todo era perfecto en ese lugar, Samuel se acostó en la arena con unos lentes de sol, observando a Martina jugar con Andrea en la playa, como las olas golpeaba sus cuerpos y ellas saltaban lanzando un grito para luego comenzar a reír. Después se salieron de la playa empezando a jugar con una pelota, en una ocasión Andrea lanza la pelota muy alto y a Martina se le escapa cayendo justo al lado de Samuel, el la sostuvo y se levanto mirándola a ambas.

Samuel: ¿Les parece si juego también? –pregunto divertido, pero Martina hizo un gesto poniéndose seria y empezó a caminar hacia la casa- espera, yo hablo con ella –detuvo a Andrea dándole la pelota y se apresuro a alcanzar a Martina- hey, Martina... detente. Si no quieres que yo juegue está bien –se puso en frente de ella para detenerla viendo como querían escaparse algunas lagrimas- dime lo que quieras, pero no llores por favor –intento acercarse a ella pero Martina retrocedió evitando el contacto.

Martina: ¿Por qué hasta ahora tienen que ser las cosas así entre nosotros? No quisiste escucharme cuando te hablaba y ahora quieres verme feliz, pues no puedo ser feliz con alguien que me considera un estorbo en su vida –dijo gritando, sacando todo lo que quería decir en un momento y no pudo. Samuel la miro sorprendido, con dolor, en verdad no considera a su hermana como un estorbo, pero le dolía que ella lo pensara.

Samuel: Martina, no... -trato de explicarse, pero Martina no se lo permitió.

Martina: Siempre fuiste mi hermano, esperaba por ti, a que tuvieras un momento para mí porque lo necesitaba, te buscaba mientras tú solo pensabas en lo fastidiosa que era, por eso quisiste mandarme a un internado, para tenerme lejos de ti, pero no te preocupes que nunca más te molestare, hermanito –dijo con un tono de frialdad y a Samuel se le erizo la piel mientras mantenía su mirada hacia algún lugar y Martina seguía su camino hacia la casa.

Andrea: ¿Qué paso? –pregunto acercándose al ver que no tuvo éxito.

Samuel: Me odia, mi hermana... me odia.

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Hola, aquí estoy después de una difícil semana. Perdón por no haber actualizado pero andaba ocupada con el final de Ciego Amor, por cierto gracias a todas las lectoras que leyeron esa historia nunca olvidare al #TeamOliMelia y al #TeamTeronica. Otra cosa es que ayer se me borraron datos de este capítulo que o pude recuperar, pero como Dios es bueno, este capítulo me salió mucho mejor. Quiero saber si les gusto el capitulo, para así saber si les gustara lo que viene. Muchas gracias por leer, hasta la próxima.

Juego del Destino #PSF2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora