Camila apagó el motor del auto y sonrió dirigiendo la mirada hacia la entrada del lugar. Pleasure. Las letras de color rojizo, que en ese momento se encontraban apagadas, le hicieron recordar la noche que se conocieron. Provocando una punzada de inquietud.
«No, esta vez no será como esa noche, ni como ninguna otra», se dijo mentalmente tomando del asiento su pequeño bolso.
Respiró con fuerza, asegurándose que su atuendo no revelaba demasiado lo que había debajo o mejor dicho lo poco que llevaba puesto. Ya que el vestido y gabardina eran solo una pantalla. Sonrió al imaginar el rostro de Blake cuando se plantara frente a él.
―Bien. ―Aspiró de nuevo y se encamino hacia donde un par de hombres, los guardias, dedujo por su aspecto, conversaban distraídamente. Al verla, ambos se giraron hacia ella y cambiaron sus expresiones―. Buenas tardes. Estoy buscando al señor Grover ―dijo mostrando una amable sonrisa que no fue correspondida.
Tomándose el tiempo para escanear su figura, negaron colocándose delante de la puerta. Dejándole ver que no estaban dispuestos a permitirle la entrada.
―Lo siento, pero a esta hora no está abierto al público ―dijo uno de ellos con cierta aspereza.
Camila suspiro, preparándose para hacerles saber que no era una persona cualquiera o que solo intentaba molestar.
―Eso lo sé, pero como acabo de decirles quiero ver al dueño.
―No se encuentra ―mintió el otro hombre.
―Imposible ―negó cruzándose de brazos―. Acabo de llamarlo hace un momento y sé que está adentro. Así que... ―Trató se pasarlos, se movieron al mismo tiempo, bloqueando por completo su camino.
―No puede pasar.
―Ya les dije...
―Le repito que no está abierto. El señor no esta y no puede pasar, señorita.
―Pero...
―¿Qué está pasando? ―Una voz conocida detuvo su protesta y la hizo volver el rostro.
―Señorita, Minerva ―balbuceo el primero de ellos, al verla aproximarse a ellos―. Es que...
―¡Camila! ―exclamo con una sonrisa al reconocerla.
―Hola ―susurro sorprendida de verla ahí, pero sobre todo por su aspecto formal. Un traje de falda y saco en color claro, su cabello ondulado recogido en un moño alto y un maquillaje ligero. Algo completamente distinto a las ocasiones anteriores.
―¿Qué haces aquí? ―pregunto colocándose a su costado, un poco divertida ante su repentina expresión tímida. Aunque pensaba que Blake había desistido de llevarla a su terreno, su presencia en el club le indicó lo contrario.
―Ah... quería ver a Blake, pero... ―Miró con desagrado a los hombres y negó―. Dicen que no puedo pasar.
Minerva les dirigió una mirada suspicaz. Conocía a ese par y no lo costó demasiado percatarse de que trataban de ocultar algo. Sus años como fiscal a veces eran verdaderamente efectivos, en especial cuando de tipos duros se trataba.
―Ella puede pasar, chicos ―aseguro tomándola del brazo―. Camila es la novia del jefe.
―Mil disculpas ―balbucearon al mismo tiempo los dos hombres.
―Vamos, Camila. Te acompaño ―dijo conduciéndola.
―¿La novia? ―preguntó apenas los perdieron de vista. Minerva se encogió de hombros, divertida por su repentina vergüenza.

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Pleasure
RomantikPrimera parte de la serie Pleasure. Dolida ante la ruptura de su compromiso con el hombre que ha creído el amor de su vida, Camila busca venganza de la peor de las maneras. Castigándose a ella misma. Encontrándose así con un desconocido que es...