Sintiendo un enorme agotamiento, más que de naturaleza física, de un fondo mental, abandonó el lecho y caminó hasta la sala de su departamento. Apenas había logrado dormir un par de horas, la inquietud e incertidumbre de la situación de su hermana la abrumaba. Pero sobre todo, lo que ocurriría con Blake. Él se había mostrado compresivo y asegurado que no cambiaba nada entre ellos, pero recordaba el malestar y dolor cuando le habló sobre la estafa de quien consideraba su mejor amigo. No entendía como las cosas habían llegado a eso y como de todas las personas, tenía que ser Rubén, el marido de Nax.
Suspiro mirando el sol despuntar a través de las pálidas cortinas. Aún quedaban un par de horas para dormir, pero definitivamente lo descartó. No podía dejar que pensar y sabía que definitivamente lo peor estaba por llegar. Avanzó hacia el fregadero y tomo un vaso que llenó de agua y bebió de golpe, sintiendo de pronto una enorme necesidad. Parecía una pesadilla.
Volvió el cuerpo al escuchar la puerta abrirse, espero unos segundos y la vio aparecer.
―¿Qué pasó? ―preguntó Claire despojándose de su bolso y abrigo―. Vi tu mensaje pero tenía turno en urgencias. Y fue una noche bastante pesada.
Camila asintió sin atisbo de reproche alguno. Después de conversar con su hermana y sabiendo que necesitaba ayuda, trató de ponerla al tanto, aunque opto por dejarle un texto pidiéndole que fuera a verla cuando terminara su jornada en el hospital. Ya que con ella nunca se sabía si estaba en cirugía o atendiendo sus pasatiempos.
―Detuvieron al marido de Nax ―resumió sintiendo el amargo sabor de las palabras. Odiaba tener que decirlo en voz alta, pero era un hecho que no podía negar.
―¡¿Qué?! ―exclamó horrorizada y al mismo tiempo con un poco de diversión ante tal noticia. Él no era santo de su devoción, su actitud pedante y prepotencia lo hacían ser alguien indiferente. No obstante, su relación con Nax le hacía sentir consideración.
Camila negó, llevándose el dedo a los labios, indicándole que bajara la voz. A lo que Claire frunció el ceño, dando una rápida mirada a su espalda.
―Ella está durmiendo en mi habitación ―explicó esperando que no la hubiera escuchado. Su reacción no había sido buena.
―¡Dios! ―gimió pasándose las manos por el rostro. Se acercó a la isleta y se dejó caer en una de las sillas―. Pero... ¿Qué demonios hizo? ―cuestionó dando por hecho que era responsable―. ¿Quién lo acusa? ¿Ya contactaste a Brent?
―Si, ya lo llame, se está encargando de averiguar si es verdad. ―Suspiro y movió ligeramente la cabeza―. Respecto a quien lo acusa ―hizo una pausa―, es Blake. ―La expresión de su prima cambio del asombro al desconcierto, pero consiguió suprimir una exclamación ante la mirada de advertencia de Camila.
―Estás bromeando, ¿cierto?
―No, Claire ―negó deseando que fuera así. De ese modo no se sentiría tan culpable, algo que seguramente ella opinaría que estaba fuera de lugar, pero así lo percibía―. Es verdad.
―Camila... ―comenzó a decir, pero ella la interrumpió.
―Su mejor amigo robó dinero del club e hizo cosas ilícitas.
―¿Lo sabias? ―inquirió sorprendida ante la tranquilidad mostrada. Aquello no pintaba nada bien, pero su actitud no lo reflejaba. Y teniendo en cuenta que Camila no era de las que se portaba indiferente ante los problemas, le extraño demasiado.
―Sí, me contó hace poco ―explico tomando aliento―. Dijo que su amigo que se aprovechó de su confianza y le estafó, pero nunca imagine que era Rubén.

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Pleasure
RomantikaPrimera parte de la serie Pleasure. Dolida ante la ruptura de su compromiso con el hombre que ha creído el amor de su vida, Camila busca venganza de la peor de las maneras. Castigándose a ella misma. Encontrándose así con un desconocido que es...