Capítulo 5

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Ese anillo... Ese anillo se lo vi guardado una vez a Kya, cuando yo tenía tan solo 11 años.

~Flashback~

Estoy jugando con un cuchillo que me ha regalado papá por mi cumpleaños. Es mi cuchillo favorito y lo llevo siempre conmigo. Cuando paso por la habitación de Kya, la mejor amiga de mamá, oigo llantos, así que decido entrar.

-Kya, ¿estás ahí? -Está sentada en su cómoda cara al espejo. Se gira y se limpia las lágrimas.

-Cariño, ¿qué haces aquí? -Se levanta- Ven, pasa.

-Estaba jugando con mi nuevo cuchillo y pasaba por aquí -Se lo muestro- ¿Por qué llorabas?

-No era nada cariño, solo estaba pensando -Fuerza una sonrisa.

Me dirijo hacia su cómoda y veo allí reposado un anillo muy bonito.

-¿Es tuyo este anillo, Kya?

-Sí, lo llevaba cuando pertenecía a la AAS. Igual que aquí llevamos un reloj, allí llevan un anillo. -Me dice mientras mira con anhelo el anillo.

-¿Echas de menos la AAS? –Me asusta realmente su respuesta.

-¡NO! –Su contestación es firme- Solo echo de menos a mi hijo. Este anillo me recuerda a él.

-Ah... -No entiendo muy bien lo que dice, pero espero entenderlo algún día- ¿Y llevan un chip como nuestros relojes?

-Sí. Pero sus chips son diferentes, ya que ellos solo lo utilizan para acceder a las salas de su sede, y por lo tanto les falta el programa de comunicación que nosotros sí tenemos.

-Ah. Te prometo que algún día conseguiré que tu hijo y tú volváis a estar juntos. –Le dedico una de mis mejores sonrisas.

~Fin Flashback~

Así que sí, mi padre tenía razón. No podía estar detrás de esto nadie que no fuese de la AAS.

-Empezaba a aburrirme de tanto vigilar -Le sonrío juguetona- ¿Vienes a entretenerme?

-Ya te gustaría a ti que te entretuviese, nena -Su voz suena distorsionada porque lleva las mismas gafas AS que yo- No me puedo creer que me hayan puesto tan fácil robar una piedra.

-¿Te lo han puesto fácil? -Levanto una ceja, aunque él no puede verme el rostro.

-Pues claro... ¿Enserio que tengo que luchar con una chica? Venga ya...

-Vaya... Así que tengo por aquí a un maldito machista, ¿eh? -Sonrío con ganas de reformarle la cara- Te sorprendería lo rápida que soy capaz de derribarte.

-¿Ah sí? Si eres tan poco precavida como la chica que había ayer por la tarde delante de la sala de la piedra creo que saldrás perdiendo.

-¿Qué? -Ahora estoy confundida- ¿Qué te dijo ella?

-Oh, nada, solo mencionó el pequeño detalle de cómo acceder a la piedra de diamantes... y aquí estoy... -Sonríe, pero no es una buena sonrisa.

De repente coge una pistola y me dispara, pero soy capaz de prever lo que estaba planeando y me agacho a tiempo antes de que me alcance la bala.

-¿Me estás jodiendo? ¿Una pistola ULTRA? ¿Y encima silenciosa? -Le reprocho.

Vuelve a sonreír y vuelve a disparar. Este chico no tiene piedad, pero yo tampoco. Como ya dije una vez, a mí no me ganará nadie de la AAS. Nunca. Y vengaré a mi madre pasando por encima de cualquiera de la AAS.

A Punta De PistolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora